Sergio Rodríguez se cae de la rotación de Nate McMillan en los playoffs
Totaliza 14 minutos en 3 partidos, si bien en el último no saltó a la cancha
Enésimo capítulo del desencuentro perpetuo entre el base español Sergio Rodríguez y su entrenador, Nate McMillan. El jugador canario se cae definitivamente de la rotación del estricto técnico de los Blazers, que ya advirtió de la frágil situación de 'El Chacho' antes de que comenzara el tercer encuentro ante Houston.
Ante las preguntas de los periodistas sobre la ausencia futura del armador español en la rotación del equipo, McMillan respondió de un modo que ya dejaba caer lo que se avecinaba: “es posible”, dijo el entrenador de Portland.
Una advertencia que cobró sentido pleno en la derrota sufrida anoche por Portland en tierras texanas en el tercer partido de la serie que enfrenta a ambos equipos. Sergio Rodríguez no se desprendió del chándal en toda la noche. Animó desde la banca, ésa fue toda su contribución al universo baloncestístico McMillan.
La idea del entrenador quedó dibujada con toda claridad cuando aseguró que “con Brandon (Roy) de base junto con Rudy somos más grandes...” y luego esa continuación de la frase que expresa sin tapujos dónde se encuentra la esencia del desencuentro entre McMillan y Rodríguez, “... y podemos defender tan bien como lanzamos a canasta”.
Estancamiento personal
Sergio Rodríguez explotó como jugador muy joven. Tanto que no hay que olvidar que aunque ya lleva 3 temporadas en la NBA todavía no ha cumplido los 23 años.
El base español debutó muy pronto en la Liga ACB española, jugó su primero partido con la selección nacional de su país con 19 años, ganó el Campeonato del Mundo a una edad tempranísima y llegó a Estados Unidos con 20 años.
Tal vez su error fue ese. Llegar a la NBA demasiado pronto, sin la madurez suficiente, y recalar en el lugar equivocado, en un equipo dirigido por el entrenador que más hace sufrir a los jugadores novatos. Y su juego, en estos 3 años, se ha estancado, lo que le ha hecho, además, perder su puesto en la selección nacional.
Si en su primer año con McMillan jugó 67 partidos con 12,9 minutos por noche, un inicio muy prometedor, en su segunda temporada sus números bajaron (72 partidos a razón de 8,7 minutos) y en el tercero han crecido de forma insuficiente (80 encuentros con 15,3 minutos por partido).
Los desencuentros han sido constantes, viviéndose los momentos más tensos cuando el agente del jugador pidió al inicio de esta temporada su traspaso. Y cuando llegó el momento crucial, cuando Steve Blake se lesionó, McMillan demostró que su confianza en el base canario era nula.
Desaparece de la rotación
Estos playoffs tienen camino de representar la destrucción definitiva de la relación Rodríguez-Blazers. Sergio jugó 11 minutos en el primer partido de postemporada porque hubo muchos minutos de la basura, ya que Houston masacró a Portland; en el segundo choque sus minutos se redujeron a 3, una presencia meramente simbólica; y anoche, en el tercero, no jugó ni un solo segundo.
Todo indica que Rodríguez sólo se vestirá de corto ante Houston en caso de extrema necesidad (lesiones, problemas de personales o un partido que se va definitivamente de las manos y se intenta cambiar su curso) o por simple abandono (minutos de la basura porque el encuentro esté decidido). Su peso en la eliminatoria será nulo. Ya lo ha dicho McMillan de palabra y acción.
España se indigna con McMillan
En el país de origen de Rodríguez, España, McMillan no es un hombre muy popular, por decirlo finamente. Son muchos los que se distanciaron del entrenador de Portland por el trato que dio durante estos años a Sergio Rodríguez. Y anoche, McMillan recabó aún más 'apoyos' de los aficionados españoles, que están que trinan ante lo que consideran un trato lamentable al otro español del equipo, Rudy Fernández.
Los medios de comunicación españoles han sido muy críticos con la poca participación dada anoche en la segunda parte a Rudy a pesar del partidazo que hizo (17 puntos en 22 minutos) y los foros de Internet resultan sangrantes. Lo menos que se pide es la destitución de McMillan por no ser capaz de desarrollar con los Blazers un juego acorde con la gran plantilla del equipo.
Pero las críticas no solo le llegan a McMillan desde el otro lado del charco, desde España. En Portland también se alzan voces críticas. Algunos analistas destacan que Rudy Fernández tendría que tener más peso en su equipo y los comentarios de los aficionados no dejan lugar a dudas: están a muerte con el español y no entienden que el mallorquín jugara 22 minutos mientras un Outlaw completamente desafortunado jugara 31.