Michigan State y North Carolina completan la Final a Cuatro
La Universidad de Louisville, en la que milita Sosa, queda eliminada
Blake Griffin hace un partidazo, pero se queda en el camino
El jugador hispano Edgar Sosa no estará en la Final Four de Detroit el próximo sábado. Su equipo, Louisville, el favorito número 1 según la clasificación nacional, fue eliminado por Michigan State, que podrá así disputar el título en su propio estado.
El otro clasificado es todo un clásico, North Carolina. Los Tar Heels se impusieron al equipo de Oklahoma, liderado por ese fenómeno de la naturaleza que es Blake Griffin, que ha completado un gran Torneo de la NCAA, pero se ha quedado a un paso de la ansiada Final Four.
Se da la circunstancia de que las dos universidades que se clasificaron anoche para la Final a Cuatro son los dos programas baloncestísticos de Estados Unidos con más éxito en el último decenio. Michigan State ha accedido a 5 Final Four en los últimos 10 años y North Carolina lo ha hecho 4 veces.
Louisville 52 Michigan State 64
El Lucas Oil Stadium de Indianápolis era un hervidero para presenciar la Final Regional del Medio Oeste. En las gradas, 36.000 espectadores expectantes; en la pista, el favorito número 1 según los especialistas, Louisville, y uno de los más serios candidatos para desbancarle, Michigan State. Y al final el outsider se comió al favorito.
Michigan State tenía en su cabeza una motivación extra, ya que la Final Four se jugará en Detroit. Es decir, en su estado, muy cerca del campus de su universidad. Pero aún así, Louisville, el equipo que dirige con mano firme Rick Pitino, era el favorito.
Sin embargo, no pudo hacer valer ese criterio y fue derrotado con claridad, fundamentalmente porque la gran defensa de los Spartans atascó por completo la ofensiva de los Cardinals, en los que sólo Earl Clark (19 puntos) y, en menor medida, el suplente Preston Knowles (11) encontraron ciertos huecos ante el muro rival. No los encontraron, por el contrario, importantes hombres de Louisville, tales como el novato jamaicano Samardo Samuels (0 puntos con 0 de 6 en el tiro de campo) o el alero de último año Terrence Williams (5 puntos con 1 de 7 en el tiro).
Mientras, el jugador de origen dominicano Edgar Sosa acabó con 5 puntos, 2 asistencias y 1 rebote en los 16 minutos que estuvo en cancha. Anotó el triple que intentó y los 2 tiros libres que lanzó.
El equipo de Tom Izzo dominó el choque. Lo hizo defendiendo. Dejando al rival en un 38,3% en el tiro de campo. Y lo hizo dejando la ofensiva a chicos como el senior Goran Suton -el jugador del partido con 19 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias-, Kalin Lucas (10 puntos y 5 asistencias) o el suplente Darrell Summers -12 puntos-, que impelido tal vez por su origen, nació y se crió en Detroit, lucho si cabe con más ahinco por alcanzar la Final Four.
North Carolina 72 Oklahoma 60
Aquí sí que los favoritos ganaron. En el FedExForum de Memphis se enfrentaban dos grandes equipos en pos del título Regional del Sur, pero uno de ellos es, hoy por hoy, mucho más experimentado que el otro, y ese equipo se llevó el gato al agua.
North Carolina tiene un notabilísimo quinteto inicial que está cargado de batallas universitarias. Todos los titulares son juniors o seniors. O lo que es lo mismo, todos ellos han jugado 3 ó 4 años en la universidad, donde acercarse a agotar el ciclo universitario o agotarlo cuando se tiene cierta clase es cada día más extraño.
Por ello, a los Tar Heels, curtidos ya en mil disputas, les tembló poco el pulso al tirar, por ejemplo, tiros libres (15 de 16, un 93,8% de efectividad). Como les tembló poco el pulso en el partido en general. Anotaron más del 50% de sus tiros y dominaron desde el primer tiempo defendiendo con intensidad (32-23).
Ty Lawson -19 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias- y Danny Green -18 tantos- fueron los mejores. Y es que los Tar Heels ni siquiera necesitaron la mejor noche ofensiva de jugadores como Tyler Hansbrough o Wayne Ellington.
Al otro lado de la cancha estaban los Sooners, que sí notaron la presión. La notaron en los libres, con un 62,5%, aunque donde naufragaron por completo fue en el lanzamiento de perímetro, al anotar sólo 2 triples de 19 intentos en una infausta serie.
Blake Griffin, ese proyecto de estrella que forma en el quinteto titular con su hermano Taylor, volvió a ser una bestia negra en la zona (23 puntos y 16 rebotes), pero él solo, con la única ayuda del texano Willie Warren -18 puntos-, poco podía hacer ante un equipo muy hecho cuyos jugadores llevan ya varios años jugando juntos, algo que en la Liga Universitaria de hoy es todo un lujo.