Entusiasmo en los vestuarios de la NBA por la victoria de Obama
No es habitual que los jugadores y técnicos de la NBA hablen de política. En realidad, no es habitual en ningún deporte y en ningún país del mundo. Son pocos los que se pronuncian públicamente sobre un tema que genera siempre divisiones y que puede conseguir que caigas en desgracia ante la parte de tu afición que no comparte tus ideas.
En realidad, la gran mayoría de la gente a la que le gusta el deporte admira a los deportistas por encima de que comparta o no sus ideas políticas, pero aun así, la posibilidad de ganarse antipatías espanta a los anunciantes y la publicidad manda. De ahí que la mayor parte de los deportistas, incluidos los de la NBA, suelan guardar silencio sobre sus simpatías políticas.
Una ocasión histórica
Pero esa regla parece haberse roto en la NBA con la victoria de Obama. Y es que la elección del primer presidente negro de la historia de los EEUU no podía dejar indiferente a una liga en donde la gran mayoría de los jugadores son de su mismo color.
El entusiasmo se desbordó tras la victoria del candidato demócrata. “Los chicos lo están celebrando ahí dentro”, decía el entrenador de los Celtics Doc Rivers, quien no podía disimular su propio entusiasmo.
“Yo les digo que no es una cosa de blancos y negros, que no hay que mirarlo en ese sentido. Es bueno para América [por EEUU]. No importa a quien hayas votado, América se ha involucrado”, decía Rivers que aseguraba que nunca había visto entre los deportistas tanto interés por unos resultados electorales como en esta ocasión.
Mike Woodson, técnico de los Hawks, era elocuente al señalar el porqué del entusiasmo de la comunidad negra norteamericana “cuando era un niño nunca hubiera pensado, jamás en la vida, que vería a un hombre negro ser presidente”.
Una legión de adeptos
El más gráfico a la hora de mostrar su alegría fue Magic Johnson que no dudó en asegurar que se pasó toda la noche gritando para celebrar la victoria y que espera que Obama “por fin, traiga cambios a America y a todo el mundo”. Pero hay muchos más.
La lista de jugadores y ex jugadores que han mostrado públicamente su apoyo a Obama antes y después de su elección es interminable. Muchos de ellos, incluidas algunas de las grandes estrellas, han participado en actos electorales del candidato demócrata o han donado dinero para su campaña.
Chris Bosh ha grabado un vídeo de felicitación para él, LeBron James donó 20.000 dólares a su campaña y le mostró públicamente su apoyo, Derek Fisher y Chris Duhon asistieron a la convención demócrata en Denver. Steve Francis apareció en el banquillo de Houston con una chaqueta con un lema de apoyo similar al que lucía en la camiseta el jugador de los Wizards Etan Thomas.
Algunos no han tenido reparos en hacer discursos en actos electorales a favor de Obama (Baron Davis), otros le han servido de presentadores en actos públicos (Chauncey Billups) o han pedido el voto para él en anuncios (Chris Paul). También pidieron el voto para Obama los jugadores de Portland Greg Oden, Channing Frye y Jerryd Bayless, el alero de los Suns Grant Hill o el polémico alero de los Mavs Josh Howard, por citar algunos.
Los ‘otros’
Entre tanto fervor por Barack Obama, pocos se han atrevido en la liga a posicionarse en el lado contrario. Pero ahí estaba Spencer Hawes, pívot de los Kings y blanco para más señas. Hawes no tuvo reparo en asegurar que acudiría, a sus 20 años, a votar por primera vez y lo haría por McCain.
Y ya puestos en harina, no tuvo empacho alguno en reconocer que en sus tiempos de instituto llevaba una pegatina en el parachoques de su coche que rezaba “Dios bendiga a George W. Bush”. Y eso, siendo natural de Seattle, feudo demócrata y considerada por los norteamericanos más conservadores una de las ciudades más libertinas del país (tiene, entre las grandes ciudades, el mayor número de ateos y agnósticos declarados del país y está considerada como la menos religiosa de los EEUU).
Por último están los que no se mojan. Carmelo Anthony dijo apoyar a los 2 candidatos y Gilbert Arenas, mirando por su abultada cartera, declaró que no votaría a ninguno de los dos porque estaba seguro de que cualquiera de ellos subiría los impuestos.
Los impuestos, sin embargo, no eran una preocupación para otros como Ben Gordon o Drew Gooden, que manifestaron su apoyo a Obama y a su anunciada subida de tasas para las rentas superiores a los 250.000 dólares anuales (casi la mitad del salario mínimo de la liga).
El jugador de los Warriors Stephen Jackson, preguntado por la prensa, resumió la posición de estos últimos en una frase: “Creo que deberían hacer los impuestos más justos. Al fin y a la postre, tengo un buen trabajo. Y si los suben, todavía seré capaz de hacerme cargo de mi familia. Pero no todo el mundo gana lo que ganamos nosotros”.