Carlos Arroyo abandona la NBA y se marcha a Europa tras fichar por Maccabi Tel Aviv
El internacional puertorriqueño cobrará 2,5 millones de dólares netos anuales
El contrato es de 3 años y el jugador podrá volver a la NBA al final de cada temporada
El éxodo continúa. Primero fue el argentino Carlos Delfino, después el español Jorge Garbajosa y ahora el puertorriqueño Carlos Arroyo. Tres jugadores hispanos que han decidido abandonar la NBA para irse a Europa. El último ha sido Arroyo, que ha fichado por Maccabi Tel Aviv.
De todos era conocido el interés del equipo israelí por hacerse con un base de garantía. Habían sonado nombres ilustres de la NBA como Jason Williams o el diminuto base Earl Boykins, pero finalmente ha sido el armador boricua Carlos Arroyo el que ha decidido dejar atrás una trayectoria de 7 años en la mejor liga del mundo para embarcarse en uno de los mejores equipos de Europa de todos los tiempos: el Maccabi.
De nuevo, como en el caso de Delfino y Garbajosa, poderoso caballero ha sido don dinero, si bien en el caso del armador caribeño también hay que sopesar el tremendo prestigio del club de Israel, toda una institución europea en la que Arroyo se va a encontrar con otros 3 ex NBA: los estadounidenses Marcus Fizer y Rodney White y el uruguayo Esteban Batista.
El máximo dirigente del Maccabi Tel Aviv, Effy Birenboim, lo ha dejado bien claro. El fichaje de Arroyo era una prioridad para el club macabeo. Las palabras de Birenboim no ofrecen dudas, y contrastan con la falta de interés mostrada por su anterior equipo, los Magic de Orlando. “Aparte de sus cualidades dentro de la cancha, Carlos también es un líder probado, y eso es muy importante para nosotros. Arroyo es un jugador del más alto calibre”, ha dicho Birenboim.
Un contrato espectacular
La noticia del fichaje de Arroyo por Maccabi fue avanzada por algunos medios de comunicación de Israel y fue el diario puertorriqueño El Nuevo Día el que primero se refirió al sueldo que podría cobrar el jugador caribeño.
En Estados Unidos, medios como el Orlando Sentinel y ESPN se hicieron eco de inmediato, más aún cuando el asunto del éxodo de jugadores a Europa está tan en boga y empieza a preocupar seriamente.
Arroyo es, en este sentido, más de lo mismo. Se trata de un nuevo contrato espectacular suscrito por un equipo europeo. El jugador fajardeño adquiere un compromiso de 3 temporadas, que en realidad es un acuerdo que irá cobrando forma año a año. En la primera campaña cobrará 2,5 millones de dólares netos, un sueldo equiparable a lo que cobraría en la NBA de percibir 5 millones de dólares una vez restados los impuestos. La idea es que el jugador tendrá opción al final de temporada de decidir si regresa o no a la NBA. Un mecanismo que se repetirá –sueldo y opción de regreso- en la segunda campaña. De ejecutarse la tercera temporada, Arroyo seguiría percibiendo 2,5 millones de dólares netos y quedaría libre a su finalización.
El jugador boricua ya lo había expresado en alguna ocasión una vez acabada la temporada. Su objetivo era lograr un contrato multianual que se extendiera por 3 temporadas, y eso es lo que básicamente le ofece Maccabi, con la ventaja de que el contrato puede romperse al final de cada campaña si el jugador así lo decidiera.
Arroyo es el octavo jugador de la NBA que ha abandonado este verano la liga estadounidense para recalar en el baloncesto europeo. La lista empieza a ser espectacular: Childress, Krstic, Nachbar, Delfino, Brezec, Garbajosa, Navarro y ahora Arroyo. A ellos habría que añadir a la gran promesa estadounidense Brandon Jennings, que ha decidido pasar directamente de la High School al baloncesto europeo saltándose la universidad con el objetivo de ingresar en la NBA a su vuelta de Italia.
Más de uno de los jugadores nombrados han firmado contratos con cláusulas por las que podrán ejercer su derecho a regresar a la NBA al final de cada temporada, tal y como ha hecho Arroyo.
Orlando nunca mostró interés
El base nacido en Fajardo militó la última campaña en Orlando Magic, donde promedió 6,9 puntos y 3,5 asistencias en 62 partidos.
Una vez acabada la temporada se convirtió en agente libre sin restricciones, es decir, era un jugador metido de lleno en el mercado de fichajes que podía negociar sin obstáculo alguno con cualquier equipo.
Lo que estuvo claro desde el principio fue la falta de interés de los Magic, que no se dirigieron en ningún momento al agente del jugador, Leon Rose, y que dejaron a la vista sus cartas cuando contrataron al base Anthony Johnson.
Sin embargo, había otros equipos de la NBA que sí se interesaron por Arroyo, que siempre dijo que prefería quedarse en Estados Unidos sin que ello supusiera descartar Europa, donde su destino preferido era España. Pero ninguno de esos contactos fructificó, o bien porque no fueron lo suficientemente firmes o bien porque no pudieron competir con la fantástica oferta de Maccabi.
Arroyo, de 29 años, había firmado hasta la fecha una trayectoria de 7 años en la NBA, sólo interrumpida por un paréntesis de apenas 2 meses en el equipo español Tau de Vitoria.
En esos 7 años pasó por los equipos de Toronto, Denver, Utah, Detroit y Orlando, lo que demuestra que a pesar de ser un jugador bien consolidado en la liga, jamás logró esa solidez a nivel de equipo.
Su mejor momento fue en la temporada 2003-2004, cuando militaba en Utah Jazz a las órdenes de Jerry Sloan. Aquella campaña promedió 12,6 puntos y 5 asistencias. Pero las desavenencias posteriores con Sloan truncaron su momento más dulce en Estados Unidos, un momento que no pudo recobrar en los años posteriores.