JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Semifinales Oeste
San Antonio apabulla a New Orleans y empieza a emitir señales de su espíritu ganador
El gran trabajo defensivo sobre Paul, West y Stojakovic atenaza a los Hornets
Duncan domina, Ginóbili acaba con 15 puntos y 8 asistencias y Oberto con 4 tantos
Los Spurs se ponen serios. Paso a paso van subiendo sus exigencias, especialmente defensivas, a la par que van tomando el pulso a un rival durísimo, como son los actuales Hornets de Nueva Orleans.
Anoche, el equipo de Popovich brilló a gran altura. Su trabajo defensivo recordó la calidad colectiva de un conjunto que ha ganado en los últimos años 4 anillos de la NBA. Esa labor de retaguardia llevó a los Spurs a una fácil victoria ante los Hornets (100-80) y, con ello, al empate en la eliminatoria (2-2).
La secuencia del encuentro disputado en el AT & T Center fue de lo más lógica. San Antonio ahogó la capacidad de distribución de balón de Chris Paul y seccionada esa vía principal de ataque, las vías secundarias se quedaron a oscuras. Una vez tapado Paul en su labor de director de juego, que no en su capacidad anotadora, sus dos grandes lugartenientes, David West y Peja Stojakovic, se vieron desabastecidos. El primero acabó con unos números muy pobres -10 puntos y 5 rebotes con 4 de 15 en el tiro- y el segundo finalizó frustrado por la gran defensa de Bruce Bowen, que le dejó anoche en 6 puntos para un total de 14 tantos en los dos últimos encuentros.
Como bien dijo Parker al final del encuentro, "nuestra defensa fue sólida". Lo fue, como apuntó también el propio base francés, gracias a un gran ejercicio de ayudas defensivas en torno a Paul y West. El resultado fue de una regularidad asombrosa. San Antonio recibió en cada cuarto 22, 20, 19 y 19 puntos, una labor casi matemática. Y es que cuando los Spurs defienden tiembla el rival.
Un dominio incontestable
No hubo partido en el AT&T Center. Al menos a partir del segundo cuarto. Fue en ese momento cuando se rompió el encuentro merced a una poderosa defensa local y un fácil quehacer ofensivo que no precisó, ni siquiera, de la aportación de Duncan.
En los primeros 6 minutos y 33 segundos del segundo cuarto, los texanos endosaron un parcial de 21-6 a los de Louisiana para dejar el luminoso en un esclarecedor 45-28. A partir de ahí todo fue coser y cantar.
Ese momento de ruptura contó con la participación de gran parte de las piezas que componen el rompecabezas de Popovich. Anotaron Parker, Ginóbili, Udoka, Bowen. No lo hizo Duncan, que sin embargo fue vital en ataque durante todo el partido, terminando el encuentro descansando en el banquillo con 22 puntos, 15 rebotes y 4 tapones, y un espectacular acierto en el tiro de campo (10 de 13).
La imagen de Duncan sonriendo en el banquillo en compañía de Parker (21 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias) y Ginóbili (15 puntos y 8 asistencias, aunque flojo en el tiro) contrastaba con los rostros de funeral de estos mismos hombres en los últimos cuartos de los dos primeros partidos disputados en Nueva Orleans.
Y es que esos 15 puntos de ventaja adquiridos a mitad de segundo cuarto se fueron agrandando en el tercero. Los parciales sumados de los cuartos 2 y 3 no dejan lugar a dudas: 61-39 para los texanos. Eso es romper un encuentro, que llegó de esta manera al último cuarto con un brutal 85-61 en el marcador.
Ante semejante paliza, el entrenador visitante, el laureado Byron Scott, decidió poner de inicio en los últimos 12 minutos a sus suplentes y Gregg Popovich le siguió al poco tiempo. Fue un cuarto plagado de minutos de la basura en el que la risa y el buen ambiente pobló las gradas y el banquillo local, mientras que un rictus de seriedad y preocupación invadía el banco visitante.
Unos Hornets desaparecidos
Chris Paul estuvo muy acertado en ataque, ya que a partir de grandes porcentajes alcanzó los 23 puntos, pero su naturaleza generosa fue cercenada por la defensa local. Sólo pudo ofrecer 5 asistencias a sus compañeros. Fue éste un aspecto capital para el desenlace del partido. Los Hornets dieron en 48 minutos 12 asistencias, mientras que sólo entre Parker y Ginóbili repartieron 16 (8 cada uno) para un total de 27 de su equipo.
El problema para New Orleans fue que una vez anulados sus titulares, sus suplentes no estuvieron a la altura. El único que aportó puntos fue Pargo (11), pero desde un espíritu chupón y errático (hizo 14 tiros en 17 minutos).
Mientras, los suplentes de los Spurs aportaron su grano de arena. En este sentido cabe destacar el partidazo de Udoka, que concluyó con 15 puntos, 6 rebotes y 4 robos y el apoyo de Finley, que anotó 12 tantos.
Menos feliz fue la actuación del argentino Fabricio Oberto, que en 21 minutos hizo 4 puntos, pero no aportó más estadística, sorprendiendo su falta de rebote -no capturó ni uno-.
Los Spurs atacaron con criterio y tuvieron puntería (51,3% en el tiro por 40,2% del contrario). Frente a ese acierto, los Hornets pecaron de falta de agresividad en ataque. Lo hicieron hasta tal punto que apenas forzaron a sus rivales, yendo a la línea de personal sólo 12 veces en todo el encuentro.
Esta claro que la eliminatoria está rota. El empate a 2 actual deriva del desarrollo de dos mundos distintos. El mundo de Nueva Orleans, donde los Hornets han ganado por 19 y 18 puntos y el mundo de San Antonio, donde los Spurs se han impuesto por 11 y 20 tantos de diferencia. El primero que rompa uno de esos dos universos llegará a la final del Oeste, aunque los Hornets tienen la ventaja de no estar obligados a hacerlo porque tienen a su favor el factor cancha.
Por ahora, mientras se decide la eliminatoria, algo sí que está claro. El gran Horry sigue haciendo historia. Anoche, Robert Horry jugó su partido de playoff número 237 empatando el récord histórico de la NBA, que estaba en posesión de Kareem Abdul-Jabbar. "Un sueño hecho realidad", según palabras del propio Horry.
Cuando el jugador de los Spurs juegue su siguiente encuentro se quedará solo en la cima. Algo a lo que está habituado Horry, que ha ganado 7 títulos de la NBA con 3 equipos diferentes: Houston Rockets, Los Angeles Lakers y San Antonio Spurs. En el ocaso de su carrera, a punto de cumplir los 38, Robert sigue en lo más alto, aunque sus números se resientan. Pero, ¿quién sabe si aún tiene en la recámara uno de sus famosos tiros letales sobre la bocina?. Los Spurs los necesitan.
SAN ANTONIO: Parker (21), Ginóbili (15), B.Bowen (9), Duncan (22), Thomas -cinco inicial- Udoka (15), Finley (12), Oberto (4), Vaughn, Horry (2), Barry y Stoudamire. |
NEW ORLEANS: Paul (23), Peterson (7), Stojakovic (6), West (10), Chandler (2) -cinco inicial- Wright (4), Pargo (11), Wells (6), Armstrong (9), James (2), R.Bowen y Ely. |
Parciales: 24-22, 31-20, 30-19 y 15-19. |