JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Semifinales Oeste
Bryant celebra el MVP con sus Lakers doblegando por segunda vez a Utah
Gasol y Odom contribuyen a la sexta victoria consecutiva en playoffs de los angelinos
El base Derek Fisher completa una gran actuación ante su exequipo
La noche de Kobe Bryant acabó con final feliz. Tras recibir el ansiado trofeo que le acredita como MVP de la temporada, Bryant y sus Lakers se pusieron manos a la obra y, lejos de descentrarse por la emotiva situación, doblegaron por segunda vez a los Jazz de Utah (120-110). En ese guión, el escolta de Filadelfia fue, nuevamente, el actor principal al terminar con 34 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias.
La historia quiere a los californianos. Tres estadísticas les colocan ya como futuros finalistas de la NBA, si no como campeones. Pero son sólo eso, meras estadísticas.
La primera de ellas tiene que ver con la racha de victorias consecutivas en post-temporada. Los Lakers son el único equipo que aún no ha perdido en los partidos de playoffs, acumulando ya 6 triunfos consecutivos. La historia dice que los angelinos han logrado 6 o más triunfos consecutivos en playoffs en 7 ocasiones, 6 de ellas fueron campeones de la NBA y en la restante subcampeones.
La segunda es más genérica. Los equipos que se colocan con un 2-0 a favor, como hizo anoche el equipo de Gasol, en una serie a 7 partidos, son casi invencibles. Un repaso histórico nos dice que de los 211 equipos que se colocaron con 2-0 en contra, solamente 13 lograron remontar la adversa situación y ganar la eliminatoria.
La tercera es mucho más singular y es, sin duda, la más espectacular. Tiene que ver con el actual entrenador del equipo de Hollywood, Phil Jackson. Cuando un equipo de Jackson (los Bulls de Jordan o los Lakers de Bryant) ha comenzado ganando su serie el resultado ha sido inequívoco: 39 victorias por ninguna derrota.
En Los Ángeles están en plena época de levitación. Y es que esta triple variable estadística les aboca a una temporada de éxito rotundo, aunque las estadísticas están para romperlas, tal y como se suele decir.
Dominio de principio a fin
El encuentro comenzó con Kobe Bryant en el centro de la cancha recogiendo su trofeo de MVP de las manos de David Stern. Detrás sus compañeros y alrededor un Staples Center engalanado para la ocasión con miles de cartulinas amarillas que en manos de los aficionados decían "MVP". El pabellón se quedó a oscuras y atronó la música de la película "Misión Imposible". Kobe habló, su mujer y sus dos niñas salieron a la pista. Y el público comenzó a entonar al unísono el ya conocido cántico de "MVP, MVP, MVP".
Con este inicio muchos podrían pensar que a Kobe y a los suyos se les ablandó el corazón y salieron a la cancha un tanto desorientados. Nada más lejos de la realidad. El primer cuarto de los Lakers fue sensacional y marcó el devenir del encuentro.
Fue en el ecuador de ese período inicial cuando los locales comenzaron su despegue auspiciado por el gran rendimiento en ataque de la tripleta Bryant-Odom-Fisher. Su gran trabajo ofensivo (10, 8 y 8 puntos respectivamente), unido a la colosal labor de Pau Gasol en defensa con Carlos Boozer y del propio Fisher con Deron Williams, estableció una diferencia en el luminoso que obligó al equipo de Sloan a ir todo el partido a remolque en el marcador. Y es que se puede decir que a los locales les bastó aplicarse de forma notable en defensa un cuarto para ganar el encuentro.
Un triple de Fisher y una canasta de Turiaf dejó el electrónico en un esclarecedor 33-18 en ese primer cuarto. Williams y Boozer estaban anulados. El ala-pívot de los Jazz no pudo recibir casi balones ante el gran trabajo de Gasol, que cortó con sus largos brazos todas las líneas de pase que convergían hacia el jugador de Alaska. Además, Boozer se cargó de personales y a los 5 minutos de juego se tuvo que sentar con dos faltas.
Gran control local del juego
A partir de la apertura de esa brecha en el marcador los Lakers se dedicaron a controlar el partido con maestría.
El segundo cuarto resultó muy igualado, sin que los visitantes pudieran acortar distancias. Entre otras cosas porque Boozer cometió su tercera falta personal a los 19 segundos del inicio del cuarto y Fisher siguió comiéndose en la pista a Deron Williams.
Fue un cuarto en el que sobresalieron Pau Gasol (12 puntos), que se soltó en ataque, y un impresionante Paul Millsap, que empezó a crear serios problemas a la defensa local hasta tal punto que inició una carrera imposible por cubrir el aterrador hueco dejado en la pista por Boozer. Lo hizo en parte, ya que acabó el partido, partiendo desde la suplencia, con 17 puntos y 10 rebotes.
Otro que alcanzó en el segundo cuarto sus mejores prestaciones fue Kyle Korver, que llevó a su defensor, Sasha Vujacic, de forma insistente a las zonas cercanas al aro, donde hizo mucho daño.
Se llegó al descanso con un cómodo 63-49 para los de Phil Jackson, que alcanzaron los vestuarios con un 61% en el tiro. Mientras, en Utah todo funcionaba al revés. Su defensa era una caricatura de sí misma, sus mejores hombres habían sido anulados (Boozer llegó al ecuador del choque sin anotar y Williams llevaba por entonces 3 puntos) y el pulso ofensivo lo habían llevado sus suplentes (26 puntos).
Más de lo mismo hasta el último cuarto
La reanudación no supuso grandes cambios. El enfrentamiento siguió por los mismos derroteros. El encuentro había entrado en una dinámica ofensiva de intercambio de canastas que en nada beneficiaba a los de Salt Lake City, que, al menos, recuperaron en el segundo tiempo a la mejor versión de Deron Williams, que acabó el encuentro con 25 puntos (22 en la segunda parte), 10 asistencias y 5 de 5 en los triples.
También mejoró un poco Boozer, lo que no era difícil, ya que las personales hicieron que sólo jugara 7 minutos en los dos primeros cuartos. Pero su aportación al final siguió siendo muy discreta (10 puntos y 5 rebotes).
El tercer cuarto reveló a un Bryant tremendo y generoso (hizo 34 puntos en el partido tirando 18 veces a canasta) y a un Deron Williams que mantuvo en el choque a los suyos, y que culminó su gran remontada de juego anotando un triple a 1,5 segundos del final que dejó el resultado en 93-83. Nada estaba decidido.
Fue en el último acto cuando los Lakers sacaron su peor y su mejor arma, que son dos caras de la misma moneda. La peor es su incapacidad para definir los partidos, lo que permite a sus rivales no perder nunca la esperanza en la victoria; la mejor es que da la impresión de que los Lakers no juegan al 100% más que en momentos puntuales, y cuando quieren aprietan el acelerador y dicen adiós al rival. Anoche volvieron a hacerlo.
Y es que a los Jazz les costó Dios y ayuda situarse tras una larga lucha a 5 puntos de los californianos. Quedaban 5:58 para el final cuando dos tiros libres de Boozer pusieron el 99-94 en el marcador. Fue entonces, cuando daba la sensación de que la fiesta de Kobe podía acabar en tragedia, cuando surgieron los mejores Lakers. Un tiro exterior de Vujacic, un triple de Fisher y un tiro libre de Gasol dejaron en un abrir y cerrar de ojos las cosas en su sitio (105-94). No tuvo que intervenir ni siquiera Bryant. Y es que el fondo de armario de los angelinos es muy profundo.
A partir de ese nuevo tirón, los Jazz perdieron la fe, que estuvieron a punto de recuperar en el último minuto gracias a los 3 triples consecutivos logrados en los últimos 33 segundos por Deron Williams. A cada triple se sucedía una personal de los visitantes, pero los locales no fallaron. En los 60 segundos finales anotaron 11 de los 12 tiros libres que dispusieron. Vujacic hizo 5 de 6, Bryant 4 de 4 y Gasol 2 de 2. El partido era suyo.
Las claves del encuentro
Al igual que en el primer partido, los Jazz tiraron a canasta muchas más veces que su rival. Esta vez batieron su récord de la temporada al lanzar 101 tiros de campo frente a los 68 de su rival. Pero es que los porcentajes del equipo de Phil Jackson fueron extraordinarios: un 57,4% en tiros de campo y un 63,6% en los triples, donde los locales apostaron por la calidad en vez de por la cantidad (7 de 11).
Nuevamente sufrieron los californianos a la hora de cerrar su rebote (su rival atrapó 15 rebotes ofensivos) y nuevamente los tiros libres fueron decisivos. Este apartado estadístico no puede dejar indiferente. Los Lakers lanzaron anoche 43 tiros libres para un total en los dos primeros choques de 89. Esto son palabras mayores que indican bien a las claras el poderío ofensivo que tienen los angelinos tanto en el uno contra uno como en el movimiento colectivo del balón.
A nivel individual, Bryant estuvo bien secundado por Fisher (22 puntos con 4 de 5 triples), Gasol (20 puntos, 5 rebotes, 5 tapones y 5 asistencias en 44 minutos, el que más jugó), Odom (19 tantos y 16 rebotes) y Vujacic desde el banco (12 puntos).
En los Jazz, Deron Williams fue apoyado por los suplentes Millsap y Korver y, en menor medida, por Okur (16 puntos) y Kirilenko (14).
L.A. LAKERS: Fisher (22), Bryant (34), Radmanovic (2), Odom (19), Gasol (20) -cinco inicial- Vujacic (12), Walton (5), Farmar (4) y Turiaf (2). |
UTAH: Williams (25), Brewer (12), Kirilenko (14), Boozer (10), Okur (16) -cinco inicial- Millsap (17), Korver (10), Harpring (4), Collins, Price (2) y Miles. |
Parciales: 33-18, 30-31, 30-34 y 27-27. |