JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Primera ronda Este
Atlanta fuerza el séptimo partido tras ganar a los Celtics por 103-100 en una atmósfera increíble
El dominicano Al Horford destaca con 16 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias
Johnson resulta decisivo al final y Rondo falla el triple que hubiera empatado el choque
Éste era otro Philips Arena. Nada que ver con el pabellón de los últimos años, muchas veces triste y desangelado. Anoche, en una atmósfera increíble, por momentos de locura, los Hawks no abandonaron su sueño, que está dejando noqueado al mundo del baloncesto. Atlanta derrotó en el sexto partido de la serie a los Celtics por 103-100 y con empate a 3 acudirá el domingo a Boston, donde se decidirá la eliminatoria.
El partido concluyó con locura colectiva en las gradas y en la pista, donde Pachulia con un micrófono en la mano empezó a proferir gritos y cánticos de alegría mientras el pabellón al unísono decía "Siete, siete, siete...", en alusión al insospechado lugar al que ha llegado esta eliminatoria.
Todos los pronósticos vaticinaban un cómodo camino de Boston hacia las semifinales de su conferencia. Los analistas hablaban de una gran ventaja de los Celtics y, en general, de los grandes equipos del Este porque llegarían a una hipotética final de la NBA mucho más descansados que sus rivales del Oeste, pero la realidad está siendo otra bien distinta. Los Spurs se han desembarazado de los Suns por 4-1, los Lakers de los Nuggets por 4-0 y los Hornets de los Mavericks por 4-1. Mientras, Boston sigue en el tajo. De hecho, cuando ya se hayan jugado dos partidos de semifinales de conferencia, los Celtics aún no habrán decidido su compromiso con los Hawks, cuyo desenlace se vivirá en el Garden el domingo.
Horford y el trabajo colectivo
A nivel hispano hay que destacar, una vez más, el gran papel desempeñado en el partido de anoche por el dominicano Al Horford. El novato de los Hawks fue un hombre muy importante en el triunfo. Sus estadísticas le avalan: 16 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones en 36 minutos, con buenos porcentajes de tiro de campo y, especialmente, desde la línea de tiros libres.
Horford fue una pieza clave dentro de un rendimiento colectivo que llevó a que 6 jugadores del equipo de Mike Woodson anotaran más de 10 puntos y 5 alcanzaran o superaran la quincena.
Ese rendimiento colectivo permitió a los locales llegar a un final igualado a pesar de que sus dos mejores anotadores -Joe Johnson y Josh Smith- no tuvieran su mejor noche. Entre los dos anotaron 26 puntos con una serie de 7 canastas de 21 lanzamientos. Pero ese importante inconveniente tuvo solución, ya que surgieron otros nombres que hasta ahora habían estado agazapados en la eliminatoria. Así, Marvin Williams (18 puntos) hizo su mejor partido de playoff y Josh Childress (15 puntos y 6 rebotes) aportó desde la suplencia lo que no había aportado hasta el momento. Además, Mike Bibby elevó su rendimiento (17 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias), aunque no tiró bien (6 de 17), si bien estuvo colosal en la dirección de juego, terminando sin pérdidas de balón un partido en el que jugó 41 minutos.
Pero aparte de individualidades y colectividad, si algo demostró este joven equipo de los Hawks es fortaleza mental y aplomo, porque no resulta fácil sobreponerse, como lo hicieron, a un primer cuarto en el que los Celtics se adelantaron 20-32.
Ante esa situación, con la Espada de Damocles sobre la cabeza ya que una derrota era la eliminación, Atlanta reaccionó de inmediato y en el segundo cuarto dio la vuelta al marcador con un parcial de 29-18.
Un final de infarto
El Philips Arena era una olla a presión, que alcanzó su máxima expresión en el último minuto, en el que se vivió un final de infarto en el cual los locales volvieron a dar muestras de una insospechada fortaleza mental.
En el banquillo de los Celtics se podía ver a Paul Pierce con el corazón fuera del pecho, tapándose con una toalla la cabeza, arrastrándose por el parqué, sufriendo de verdad. Y es que el alero de Boston había sido eliminado por faltas personales y tuvo que vivir los últimos 5 minutos desde el banco. Fue Pierce uno de los damnificados por el abultado número de personales que cometieron los bostonianos (33 faltas), lo que llevó a su rival a la línea de personal 47 veces, un dato que pudo resultar decisivo en la victoria local.
Pero a pesar de todas esas personales los dos equipos llegaron al final en un plano de igualdad. Y fue allí donde resurgió la figura de Joe Johnson, desaparecido hasta entonces.
El partido entró en el último minuto con un 100-95 para los locales gracias a un triple de Johnson, que empezó a asumir toda la responsabilidad en ataque.
Al triple de Johnson respondió Posey con otro (100-98 a 48 segundos). Seguidamente Johnson falló el ataque local y Ray Allen tuvo un triple para adelantar a los célticos, pero erró. Faltaban 13 segundos. El rebote defensivo lo atrapó el omnipresente Joe Johnson que tuvo que irse a la línea de personal. No le tembló el pulso y anotó los dos lanzamientos (102-98 a falta de 10 segundos).
La mala noticia para los de Georgia fue la celérica jugada que en apenas 2 segundos supuso apretar el marcador. Un saque de banda directo sobre Kevin Garnett que dentro de la zona anota contra tablero (102-100 a falta de 8 segundos). Estaba por llegar lo peor, ese momento en el que los marcapasos sufren.
Rondo falla y el pabellón se viene abajo
A falta de 7 segundos Mike Bibby se enfrenta a dos tiros libres, pero sólo anota uno (103-100). Y los Celtics sacan de fondo, ya que no les quedan tiempos muertos.
El balón llega al base visitante Rajon Rondo que traslada la bola con gran rapidez a la línea de triple donde busca a un compañero, pero no lo encuentra. La defensa de los Hawks es tremenda, a vida o muerte, y ningún jugador del equipo de Doc Rivers es capaz de escaparse de su defensor. Esa intensa defensa individual no deja opciones a Rondo, que se ve en la obligación de jugarse un triple que ya sabe desde el principio que tiene pocas opciones de ser salvador. El balón no llega ni siquiera al aro. Entonces, el Philips Arena estalla de un modo atronador y la locura invade a todos los aficionados, jugadores, cuerpo técnico... Tras 9 años sin playoffs la temporada 2007-2008 será recordada, a buen seguro, por el atracón que se ha dado el aficionado, que jamás soñó con ver 3 veces a los Celtics.
En la otra cara de la moneda rostros desolados. Garnett (22 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias), Ray Allen (20 puntos, aunque 1 de 8 en el triple) y Paul Pierce (17 puntos y 6 rebotes, con su toalla y su sufrimiento a cuestas) no dan crédito a lo que está sucediendo. Tendrán que decidir en su terreno.
A pesar de todo, los Celtics siguen siendo los favoritos indiscutibles. El equipo de Massachusets ha ganado con solvencia los tres partidos que ha disputado en su casa ante Atlanta. Hasta ahora, en lo que va de eliminatoria, el TD Banknorth Garden, ha sido inexpugnable. Palabras mayores para los Hawks.
Sin embargo, como dijo anoche Josh Smith a la conclusión del sexto choque: "Es definitivamente un sueño". Y aunque los sueños, sueños son, algunos, aunque parezca mentira, se hacen realidad.
ATLANTA: Bibby (17), Johnson (15), Smith (11), Williams (18), Horford (16) -cinco inicial- Pachulia (9), Childress (15), Law (2), West y Jones. |
BOSTON: Rondo (8), R.Allen (20), Pierce (17), Garnett (22), Perkins (14) -cinco inicial- Posey (6), Cassell (4), Powe (9), Brown, Davis, House y T.Allen. |
Parciales: 20-32, 29-18, 30-32 y 24-18. |