JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Primera ronda Oeste

San Antonio reivindica su condición de favorito tras ganar en Phoenix con una exhibición de Parker

El francés anota 41 puntos, reparte 12 asistencias y pone contra las cuerdas a los Suns (3-0)

El argentino Manu Ginóbili logra 20 puntos en 28 minutos

hispanosnba.com |

San Antonio mandó anoche una indiscutible señal a sus rivales: es el equipo campeón y, por lo tanto, el máximo favorito para lograr el título de la NBA. Lo hizo a lo grande (99-115), dando una auténtica lección de baloncesto bajo el sol de Arizona, en el US Airways Center, el lugar donde los Suns de Phoenix esperaban reivindicar, a su vez, su condición de gran aspirante al anillo. Pero la realidad frustró todas sus expectativas.

La realidad no fue otra que el entrenador visitante, Gregg Popovich, le ganó la partida sin discusión al técnico local, Mike D'Antoni, una superioridad que se trasladó a la pista de modo descarnado en el recital de baloncesto que ofreció el ejecutor en la cancha del ideario de Popovich, su base titular, Tony Parker.

El francés no tuvo piedad anoche de la extensión de D'Antoni en el parqué, su alter ego en la pista, el gran Steve Nash. El armador canadiense se vio superado por un Tony Parker desatado, que acabó con 41 puntos y 12 asistencias. El director de juego galo encestó 17 de los 26 tiros que hizo a canasta, repitiendo una y otra vez la misma estrategia de juego, un uso magnífico del bloqueo y continuación que derivó en constantes tiros cómodos de 4, 5 y 6 metros en los que resultó casi infalible. Muchas veces la defensa de Phoenix se centró tanto en parar a Duncan que flotó en demasía a Parker, y el jugador europeo hizo sangre, mucha sangre.

Lo peor para los Suns es que Tony Parker va a más. En el primer partido hizo 26 puntos y 5 asistencias, en el segundo 32 y 7 y en el tercero 41 y 12. Sus medias asustan: 33 puntos, 8 asistencias y un 57,7% de efectividad en el tiro de campo.

Tres derrotas consecutivas

Phoenix Suns no había sido derrotado nunca en la fase regular de la presente temporada tres veces seguidas. Ha tenido que suceder justo ahora, en la primera ronda de los playoffs. Esa cadena de partidos perdidos deja a los de Arizona al borde del abismo, al que caerán con toda seguridad, ya que nadie, en su sano juicio, puede pensar en una remontada histórica encandenando 4 triunfos, más aún cuando la propensión de D'Antoni a utilizar en la temporada rotaciones muy cortas hace llegar a sus jugadores con la lengua fuera a los playoffs, o al menos eso es lo que parece. La cuestión ahora será caer con dignidad y evitar a toda costa un humillante 4-0.

El partido jugado anoche puede representar casi con toda seguridad el final de un ciclo. Una etapa plena de baloncesto espectáculo que parece llegar a su fin. Mike D'Antoni ha agotado su crédito. Es una pena, su baloncesto, su bella y atrevida concepción del juego, se ha quedado a medio camino por la falta de grandes resultados, aunque sería falaz no hablar de buenos resultados en la era D'Antoni. El problema es que el equipo no ha evolucionado esta temporada. El ejemplo más rotundo es que el año pasado Phoenix puso contra las cuerdas al campeón al que mereció ganar. Hubiera sido la gran oportunidad de ganar el anillo, pero debido a que las circunstancias se aliaron contra los Suns no pudo ser. Ahora, el retroceso es indudable.

Sería injusto culpar de la situación en exclusiva al cuerpo técnico y al posible agotamiento de su propuesta estética del juego. Algo tendrá que decir Steve Kerr, el General Manager, que parece ser que se irá de rositas y será el encargado, si no hay sorpresas, de emprender una reestructuración deportiva. Suya fue la decisión de hacerse con O'Neal.

Esa arriesgada decisión pareció ser todo un acierto. Ésa fue la sensación que dieron los enfrentamientos directos entre los Suns y los Spurs en la temporada regular una vez llegó Shaquille O'Neal a la disciplina de Phoenix. Y ésa fue también la idea que circuló por los ambientes baloncestísticos cuando San Antonio tuvo que recurrir a dos prórrogas para ganar el primera partido de esta serie en su campo. Pero anoche todas esas impresiones se vinieron abajo y los Spurs, como es su costumbre, bordaron el baloncesto en el momento clave. Porque éste es un equipo que no se esconde en las grandes ocasiones.

Un partido sin emoción

El encuentro careció de emoción porque los de Popovich arrasaron desde el principio amparados en sus tres estrellas, que no fallaron. Al enorme partido de Parker hay que sumar la explosividad y la inteligencia del argentino Ginóbili, que anotó 20 puntos en 28 minutos, enchufando 4 triples de 7 intentos. Y al buen rendimiento del bahiense hay que añadir la extrema solvencia de un jugador inimitable como es Duncan. El ala-pívot nacido en las Islas Vírgenes acabó con 23 puntos y 10 rebotes.

El partido, como decimos, se decidió en el primer cuarto, que acabó con un concluyente 19-33 con 13 puntos y 5 asistencias de Parker, que se comió con patatas a Nash y a la defensa colectiva de Phoenix, que no supo ejercer ayudas adecuadas para detener a un Parker cuya explosividad no puede ser defendida por el base canadiense, que es tan excelso jugador en la ofensiva como discreto a la hora de ejercer como defensor. El continuo juego de bloqueo y continuación de Parker derivó constantemente en desajustes que el francés aprovechó de maravilla.

Un triple de Manu Ginóbili puso ya la diferencia en dobles dígitos (23-12) y poco después una canasta de Parker la llevaba hasta los 15 (27-12). La última jugada del primer cuarto fue la imagen del partido por su simbolismo: Kurt Thomas anotó un dos más uno a 3 décimas de que sonara la bocina.

Nunca hubo opción de remontar

Los Suns nunca dieron la impresión de poder remontar el choque. El segundo cuarto se movió en una dinámica suave. La diferencia en el marcador se situó en torno a la decena de puntos y lo más que lograron acercarse los locales fue a 6. Otro triple, esta vez de Brent Barry, llevó el luminoso hasta un 57-43. Restaban 58 segundos para alcanzar los vestuarios y el juego de Phoenix seguía lastrado.

La reanudación fue más de lo mismo. Un tremendo grito de impotencia de los Suns ante el baño que le estaban dando los Spurs que con otro triple del argentino Ginóbili marcaron la máxima distancia en el electrónico a 5:22 del final del tercer cuarto (56-79). Para entonces el US Airways Center era un retrato colectivo de rostros desolados.

Y es que la defensa de Phoenix brilló por su ausencia. Los locales ya habían recibido al descanso 61 puntos y al final del tercer acto habían encajado 91.

Esa mala defensa se tradujo en un 56,1% de acierto de los visitantes en el tiro a lo largo de los 48 minutos. Si a esa gran efectividad le sumamos la gran defensa de San Antonio en el juego de perímetro (los Suns apenas utilizaron el tiro de 3) y la desastrosa serie de lanzamiento de los locales desde la línea de personal (17 de 29 merced a otra lamentable actuación de Shaq -9 de 17-), no es difícil explicar el origen del resultado final.

Es cierto que las tres estrellas de San Antonio totalizaron 84 puntos, pero no hay que olvidar la gran labor efectuada por los Bowen, Udoka, Kurt Thomas u Oberto (el argentino acabó con  6 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias en 25 minutos), por citar algunos. Todos ellos aportaron su granito de arena y lo hicieron con realismo, sin intentar cosas que están fuera de su alcance, pero haciendo muy bien las que entran dentro de su rango de acción.

Los equipos titulares sufrieron algunas alteraciones. Kurt Thomas tomó la titularidad de Oberto en San Antonio y Leandro Barbosa hizo lo propio con el puesto de Grant Hill en los Suns. Este último cambio, motivado por los problemas físicos de Hill, que le impiden jugar al cien por cien, es más importante de lo que parece. Mientras el físico de Hill se mantuvo arriba Phoenix desarrolló una buena temporada, pero desde que empezó a flaquear el juego colectivo se resintió, y mucho.

Precisamente Barbosa fue uno de los mejores de los de Arizona. Logró 20 puntos, superando su desastrosa actuación del partido anterior en el que fue incapaz de anotar. Pero el mejor jugador de los Suns fue Stoudemire con 28 puntos y 11 rebotes. Tampoco se puede culpar a O'Neal del resultado, pues aportó 19 puntos, aunque anduvo flojo en el rebote.

"Fueron casi perfectos", afirmó D'Antoni tras el encuentro. Una impresión ratificada por Popovich: "Jugamos posiblemente nuestro mejor partido del año". Así son los Spurs, juegan su mejor baloncesto en los momentos más calientes.

Phoenix Suns 99 San Antonio Spurs 115 (1-2)
PHOENIX: Nash (7), Barbosa (20), Bell (5), Stoudemire (28), O’Neal (19) -cinco inicial- Diaw (10), Hill (6), Giricek (2) y Skinner (2).
SAN ANTONIO: Parker (41), Finley (7), Bowen (4), Thomas (9), Duncan (23) -cinco inicial- Ginóbili (20), Oberto (6), Udoka (2), Barry (3), Vaughn, Horry y Stoudamire.
Parciales: 19-33, 28-28, 25-30 y 27-24.