JORNADA NBA / Bryant y Gasol no juegan el último cuarto
Los Lakers destrozan en la segunda parte a los Spurs y afianzan el primer puesto del Oeste
Toronto pierde ante los suplentes de Detroit
Los Lakers han dado un paso importantísimo para asegurar el primer puesto de la Conferencia Oeste al ganar con autoridad a los Spurs, que no pudieron contar con la participación del argentino Manu Ginobili, que se encuentra lesionado.
El equipo angelino hizo una segunda parte magistral en defensa y superó en todos los órdenes del juego a su rival al que acabó venciendo por un contundente 106-85. Y lo hizo jugando todo el último cuarto con sus jugadores suplentes acompañados por el titular Lamar Odom.
Tan grande fue la superioridad californiana que Phil Jackson pudo prescindir durante todo el último cuarto de Bryant y Gasol, que disfrutaron de la exhibición de sus compañeros desde el banquillo.
El español hizo un gran partido en los dos lados de la cancha, brillando especialmente en su trabajo defensivo ante Duncan y en la tarea reboteadora. Peor suerte tuvo Oberto, que jugó muy poco y pasó inadvertido.
En otro partido de la noche, Toronto, donde no brillaron ni Calderón ni Delfino, perdió por escaso margen ante un Detroit sin Herrmann. Los Raptors perdieron una gran oportunidad para afianzarse en la sexta plaza, ya que Saunders dio bastante descanso a sus mejores hombres. La decepción de Toronto fue doble: perdieron y lo hicieron contra los jóvenes suplentes de los Pistons.
L.A Lakers 106 San Antonio 85
Los Lakers dieron anoche un auténtico golpe de mano en el Oeste, un golpe de autoridad que les ha dejado a un paso de asegurarse el primer puesto de la conferencia y con ello la ventaja de campo en los playoff.
El partido que les enfrentaba contra San Antonio era un partido de alta tensión, cargado de electricidad por todas partes. Se trataba de un encuentro decisivo para ambos conjuntos, como demuestra que la victoria ha colocado a los Lakers como líderes en solitario del Oeste y hubiera rebajado a los Spurs hasta la quinta posición de no haber perdido también anoche su rival directo, Houston, con el que ahora mismo se encuentran empatados a victorias y derrotas.
Alcanzado el ecuador del partido nada hacía presagiar el tremendo desenlace que estaba por llegar. A los vestuarios se fueron ambas formaciones con un sentimiento de igualdad que no sólo se hacía realidad en el marcador (53-53), sino en todos los parámetros del juego.
Hasta ahí habían llegado los Spurs sin Ginobili, pero con un gran Tony Parker. El base francés se mostró en toda su grandeza en los dos primeros cuartos. Dirigió con soltura a los suyos, penetró de forma imparable hasta la canasta contraria y fue capaz de divisar y ejecutar, normalmente, el pase más adecuado. Suya fue la canasta que a 3 segundos del descanso puso el empate a 53 en el luminoso y suyos fueron en esta primera mitad 18 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias en una actuación casi perfecta.
Tras el descanso llegó la metamorfosis de ambos equipos, lo que provocó una catarsis colectiva en las gradas del Staples Center.
Dos jugadas resumen el antes y el después del descanso. La primera fue la ya mencionada canasta de Parker a 3 segundos del final del segundo cuarto y la segunda el triple de Bryant sobre la bocina del tercero. Fue una jugada eléctrica. Gasol atrapó un poderoso rebote defensivo y dio un pase larguísimo hasta la otra parte de la cancha donde Bryant recogió el balón a la altura de la línea de 3 puntos, volvió sobre sus pasos y encestó sobre la bocina un triple de impresión que dejó el marcador en un clarificador 79-67.
Antes de llegar a eso, se habían introducido en el partido cambios de una importancia extrema. Por ejemplo, la defensa. El trabajo defensivo de los Lakers en la segunda mitad fue de manual. Y es que se puede decir que los locales ganaron a los visitantes dándoles dos cucharadas de su propia medicina.
La defensa planteada por Jackson en la segunda parte del partido cerró todos los caminos para las penetraciones de Parker y una vez anulado el base galo el resto del equipo se fue desmoronando poco a poco. Los datos hablan por sí solos. En la segunda mitad Parker logró 2 puntos y 2 rebotes.
Por si fuera poco, los angelinos fueron también capaces de desesperar a Duncan. Durante todo el partido el trabajo defensivo de Gasol sobre Duncan fue muy bueno, pero en el tercer cuarto empezó a ser excepcional, como excepcionales fueron las inteligentes ayudas que durante todo el encuentro planteó Jackson para parar al de las Islas Vírgenes. Esas ayudas se tejieron minuciosamente, con milimétrica precisión, pero partiendo siempre de una labor inicial de contención por parte de Gasol que resultó admirable. También aquí los datos hablan por sí mismos. Duncan anotó 5 de 10 tiros de campo en los dos primeros cuartos y 1 de 9 en los dos siguientes.
Hubo otros nombres destacables en este tercer cuarto en el que se encauzó el camino de la victoria. Fisher fue uno de ellos y Odom otro. El de Odom no se circunscribiría exactamente a este período, ya que su tarea fue una tarea de alcance que jalonó uno por uno todos los cuartos. Mientras, el veterano base eligió un buen momento para calentar su muñeca. Fue al inicio del tercer cuarto. En los primeros 7 minutos los locales endosaron a los visitantes un parcial de 17-6 con 10 puntos de Fisher, un parcial que culminaron con un mate de Radmanovic que dejó el marcador en 70-59 y al que siguió un ataque en el que los Spurs agotaron la posesión sin tirar a canasta. Fue el principio del fin de los de Popovich.
Sólo Udoka aportaba criterio a los texanos, tanto en ataque como en defensa. El alero anotaba los puntos de su equipo y se partía la cara defendiendo a Odom, que ya había sacado del encuentro a Oberto en los primeros minutos del partido, demostrando la imposibilidad del argentino a la hora de defenderle.
Y con el triple de Bryant anteriormente descrito se llegó al último cuarto con 79-67 y una sensación de que mucho tenía que mejorar San Antonio para remontar el choque.
Sin embargo, el último cuarto dejó todo patas arriba. El guión previsto se reescribió con otros personajes y con otros escenarios. Baste decir que los Lakers aplastaron a los Spurs jugando con su segunda unidad y no teniendo que utilizar en los últimos 12 minutos ni a Kobe Bryant ni a Pau Gasol, que disfrutaron como niños desde el banco de la exhibición de sus compañeros.
Con un solo titular, Odom, y el núcleo duro de la suplencia -Farmar, Vujacic, Walton y Turiaf- los locales hicieron trizas a su rival incluso cuando éste puso en pista a Parker y Duncan.
De repente, el francés decisivo ya no era Parker sino que se llamaba Ronny Turiaf. El galo se erigió en portavoz de los suyos mostrándose infalible en su tirito de 4 metros y demoledor en defensa para hacerse con el partido en unos minutos. Mientras, Odom seguía a lo suyo como un martillo percutor y Brent Barry y Manu Ginobili, los dos vestidos de calle en la grada, asistían atónitos al espectáculo.
Un espectáculo que se tradujo en distancias de vértigo. Un mate de Odom en rebote ofensivo abrió una brecha de 20 (91-71 a 6.23 del final), pero la fiesta no se detuvo. Poco después Turiaf robaba un balón, lo cedía a un compañero y esa bola llegaba segundos después al propio Turiaf en alley-oop para que el galo machacase la canasta. Así, una tras otra, un suma y sigue hasta que los Lakers alcanzaron una ventaja de 26 puntos en plena borrachera de baloncesto, ya con Parker y Duncan en el banquillo echándose las manos a la cabeza.
Los números no dejan lugar a dudas. Los Lakers dejaron a los Spurs en 32 puntos en la segunda parte con un parcial de 53-32, dominaron ampliamente el rebote (51 a 36) gracias a la gran labor de Gasol y Odom, lanzaron magistralmente de 3 sin caer, como en otros partidos, en lo abusivo (10 de 19), alcanzaron el 50% en el tiro de campo y defendieron como nunca.
A nivel individual, Bryant fue el máximo anotador de su equipo (20 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias), aunque el mejor fue Odom (17 puntos, 14 rebotes y 4 asistencias), que fue sustituido a 4:26 del final con todo el Staples Center en pie ovacionando a rabiar. Gasol hizo también un gran partido. Terminó con 14 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones en 28 minutos. Mientras que Fisher se fue también hasta los 14 tantos con excelentes porcentajes en 24 minutos.
Excepcional la labor de los suplentes, que anotaron 39 puntos y definieron el encuentro en el último cuarto. Farmar hizo 11 puntos, Turiaf 10, Vujacic 8, Walton 7...
En San Antonio, el mejor fue Udoka, que terminó con 14 puntos e hizo una importante labor defensiva. Parker anotó 20 puntos, capturó 7 rebotes y dio 5 asistencias y Duncan hizo 16 puntos y 12 rebotes, pero ambos fueron completamente anulados en la segunda parte. El argentino Oberto salió de titular, pero sólo jugó 9 minutos en los que se hizo con 3 rebotes. Nada más empezar Odom le sacó 3 personales y a partir de ahí desapareció.
Detroit 91 Toronto 84
Éste hubiera sido un buen resultado en otras circunstancias. Y es que perder por escaso margen y con opciones de victoria en el Palace of Auburn Hills ante los todopoderosos Pistons es siempre un resultado más que digno. Pero no anoche.
Anoche no porque en sus circunstancias actuales los Pistons no son los Pistons. Desde hace algunos partidos Saunders está reservando a sus primeros espadas para mejores ocasiones, es decir, para la disputa de los playoffs cuyo inicio es inminente. De este modo el técnico de los Pistons se ha dado a la rotación equitativa que priva de muchos minutos a sus titulares y otorga un tiempo extra a sus jóvenes suplentes. Pues bien, anoche esos jóvenes suplentes dejaron en evidencia a los teóricos titulares canadienses.
El partido llegó vivo al último cuarto, en cuyo inicio una canasta de Delfino puso el empate a 65 en el marcador. Y esa igualdad se mantuvo hasta que mediado el cuarto los locales se fueron ligeramente (79-71 a 6:58 de la conclusión), una ventaja que los visitantes fueron incapaces de rebajar debido a la sabia administración que hizo de la misma el equipo local. Pero no fueron Billups, ni el reaparecido Hamilton, ni Prince ni Wallace los que con su experiencia mantuvieron esa renta. Fueron los suplentes para oprobio de los Raptors.
Cierto es que los suplentes de Detroit derrochan talento, pero no menos cierto es que son jóvenes y faltos, por lo tanto, de experiencia. La segunda unidad que ganó anoche a Toronto estaba compuesta por Stuckey, Afflalo, Hayes, Amir Johnson y Maxiell. Su edad media no llega a los 23 años.
Y mientras los jóvenes presentaban sus credenciales, sus maestros disfrutaban cómodamente sentados del espectáculo.
Por Detroit saltaron a la pista 12 jugadores y anotaron puntos 11. En la rotación solidaria de Saunders los que más jugaron apenas llegaron a los 25 minutos, siendo los mejores Stuckey con 18 puntos, Maxiell y Billups con 14 y Hamilton con 10. En tan grande rotación tampoco entró esta vez el argentino Walter Herrmann.
Mientras, en Toronto sólo funcionaron los dos hombres interiores: Bosh (30 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias) y Nesterovic, que prolongó su buena forma con 18 tantos y 7 rebotes. El juego exterior de los canadienses fue una sombra de sí mismo. Ni anotaron en lanzamientos a media distancia, ni lo hicieron en la larga (3 de 16 en triples) ni fueron capaces de penetrar.
Calderón y Delfino no escaparon de esa discreción. El extremeño terminó con 4 puntos, 4 asistencias y 3 rebotes en 24 minutos y el santafesino con 6 puntos, 4 asistencias y 3 rebotes en 26.