JORNADA NBA / Indiana no ceja en su persecución a Atlanta
Chicago Bulls fracasa con mayúsculas al quedar eliminado tras perder ante el peor equipo de la liga
Boston gana en la prórroga a Milwaukee tras desperdiciar 25 puntos de ventaja
Los Bulls han cerrado una temporada 'horribilis' y lo han hecho tal y como merecía culminarse un fracaso de tal envergadura. Anoche quedaron eliminados matemáticamente y ese desprecio por los números en el que se van a sumir en los últimos 5 partidos de la temporada regular lo alcanzaron tras caer derrotados ante el peor equipo de la liga, Miami Heat.
Los de Florida rescataron ante los Bulls una pizca de su dignidad como equipo y de paso rindieron con la victoria su particular homenaje a su entrenador, Pat Riley, que un día antes había sido elegido para formar parte del Salón de la Fama, junto a otros grandes de los 80 como Hakeem Olajuwon, Pat Ewing o Adrian Dantley.
También en el Este, Indiana se niega a cerrar prematuramente su pabellón en la presente temporada. Anoche derrotó a Atlanta de forma brillante. El partido supone un contratiempo para los Hawks en su camino por asegurar su pase a los playoffs y un nuevo acicate para los Pacers en su carrera imposible para evitar la eliminación.
Mientras, en el Bradley Center de Milwaukee, los locales perdieron ante Boston tras remontar 25 puntos y alcanzar la prórroga, donde no pudieron rematar la faena.
Los tres hispanos que jugaron en estos tres partidos -Nocioni (Bulls), Horford (Atlanta) y Villanueva (Bucks)- firmaron número bastante discretos.
Miami 95 Chicago 88
Los Heat firmaron anoche la defunción de los Bulls. Ya es definitivo. El equipo de Illinois no jugará los playoffs por el título, algo impensable cuando a comienzos de temporada todos los analistas lo colocaban como aspirante a hacerse, incluso, con el título de la Conferencia Este.
En el American Airlines Arena se dieron cita las dos grandes decepciones de la temporada, dos franquicias fracasadas, un fiasco al que Miami se acogió hace meses, prácticamente desde que comenzó la liga, y que Chicago esbozó al inicio, consolidó con el paso de los partidos y culminó en la última parte de la temporada a pesar del cambio de entrenador y el masivo intercambio de jugadores, que de nada sirvieron.
El equipo del argentino Nocioni, que ante Miami registró una discreta estadística (7 puntos en 18 minutos), se hundió en ataque en la segunda mitad tras llegar al descanso dominando por 43-49.
Sorprendentemente, Miami desplegó a partir de la reanudación un consistente dispositivo defensivo que dejó a los Bulls en 39 puntos en la segunda parte.
El mejor hombre de los locales no deja de ser una grata sorpresa. Kasib Powell (18 puntos y 6 rebotes) completó su mejor actuación en la NBA en su partido de regreso a la liga procedente de la Liga de Desarrollo, donde ha rendido de una forma extraordinaria.
Junto a Powell, destacaron Quinn (16 puntos y 6 asistencias) y Ricky Davis (16 tantos, 8 rebotes y 4 robos). Barron y Blount sumaron 13 puntos por cabeza.
Chicago es un equipo, hoy por hoy, desmembrado, falto de carácter, lleno de disensiones y ansioso por acabar la temporada y empezar a pensar en la próxima. En la derrota ante el conjunto de Pat Riley sobresalieron Deng (25 puntos con 9 de 11 en el tiro), el novato Noah (16 puntos y 13 rebotes) y Gordon (16 puntos desde el banquillo).
Una canasta de Hughes a pase de Hinrich cerró el segundo cuarto (43-49) y a partir de ahí también se cerraron las opciones de los Bulls. Y es que fue una de las pocas conexiones entre el escolta y el base de Chicago, una pareja que apenas aportó nada.
Al inicio del tercer cuarto el cinco de Boylan llegó a colocarse 48-59, pero un parcial de 12-0 en 3 minutos culminado con un triple de Ricky Davis, hizo que los locales se adelantaran y ya no abandonaran hasta el final el dominio del marcador, llegando incluso a escaparse en el último cuarto. A 2:57 del final el luminoso reflejaba un 95 a 81 que no dejaba ya lugar a dudas.
Miami, con una alineación en plenas rebajas, colocó a 5 jugadores por encima de los 10 puntos. Algo que sólo es posible si su rival deambula sin rumbo por la liga.
Indiana 112 Atlanta 98
Los Hawks se complicaron la vida en el Conseco Fieldhouse ante un equipo, Indiana, que está en plena racha y se resiste a abandonar su carrera imposible en pos de los playoffs.
El equipo que entrena Jim O'Brien ha ganado 9 de sus últimos 12 partidos, lo que le ha colocado con la posibilidad de obrar un milagro de última hora. Los Pacers están ahora a 2 victorias de Atlanta, que se complica la vida, aunque no en demasía ya que sólo les restan a ambos equipos 4 encuentros para concluir la temporada.
El resultado (112-98) es un tanto falaz, puesto que los últimos 15 minutos del encuentro fueron un acto de pura cosmética. En esos minutos, Atlanta maquilló una derrota que cuando faltaban 3:51 para la conclusión del tercer cuarto era ciertamente escandalosa. Y es que en aquel momento Indiana dominaba el luminoso por 29 puntos (87-58) tras una canasta de Ronald Murray, que fue uno de los destacados de su equipo.
Atlanta jugó mal y gran parte de ese mal juego se originó en la raíz de sus sistemas de ataque, ya que Mike Bibby estuvo muy desacertado. De hecho, una de las claves de la derrota se puedo encontrar en el dominio del partido que ejerció Murray, que actuó de base aunque es escolta, ante Bibby, que es un armador en estado puro, aunque no sea un gran pasador. Pero esa falta de clarividencia ofensiva no debe hacer olvidar que los de Georgia defendieron mal. En el primer cuarto recibieron 38 puntos y se fueron a los vestuarios habiendo encajado 67.
En el duelo de bases, Murray acabó con 20 puntos y 10 asistencias y Bibby terminó con 2 puntos y 2 asistencias, encallándose en un horribleo 0 de 8 en el lanzamiento de campo.
El juego de los locales resultó mucho más fluido. Mejor circulación de balón, una selección de tiro más adecuada y, como consecuencia, una mayor efectividad en el lanzamiento, que fue decisiva a la hora de ganar el partido (51,2% frente al 37,2 de su rival).
Dunleavy fue el máximo encestador de los Pacers (28 puntos), donde también anotaron con cierta fluidez el ya citado Murray, Granger (16) y Daniels (15).
Por el equipo de Woodson, otra vez sobresalió Joe Johnson, recientemente elegido jugador de la semana tras ser nombrado anteriormente jugador del mes de marzo en el Este. El escolta de los Hawks logró 30 puntos, atrapó 6 rebotes y repartió 4 asistencias. Josh Smith acabó con 25 puntos y 13 rebotes y Childress con 16 y 12.
El bajo rendimiento del dominicano Al Horford en la pintura fue otra de las claves del partido. El pívot hispano tuvo que conformarse con 4 puntos y 5 rebots en los 19 minutos que estuvo en cancha.
Milwaukee 104 Boston 107
El partido más increíble de la noche se vivió en el Bradley Center, aunque la emoción no hubiera existido de haber sido un encuentro en el que los Celtics se hubieran jugado algo.
El encuentro terminó en sus 48 minutos reglamentarios con empate a 99 después de que Boston llegara a dominar por 25 puntos de diferencia (49-74 a 7:26 del final del tercer cuarto). Poco después de alcanzar esa ventaja merced a un triple de Pierce, el entrenador de los Celtics, Doc Rivers, decidió dar descanso a sus tres estrellas, al llamado 'Big Three'. Con 23 puntos arriba, Rivers mandó al banquillo al propio Pierce y a Kevin Garnett y poco después decidió dar descanso a Ray Allen. Era lógico. El equipo ya es campeón del Este y ha de estar sano y descansado de cara a los playoffs. El encuentro, además, estaba prácticamente ganado. Y no volvió a disponer de ellos en toda la noche.
Pero con lo que no contaba Rivers era con la indolencia de su segunda unidad, algo que debería preocuparle, si bien es cierto que en un partido normal los suplentes de Boston no van a tener en frente, como anoche, a los titulares del equipo contrario.
La remontada estaba servida. Los Bucks enjugaron la ventaja de 25 puntos en 14 minutos y a 4:09 para el final empataron a 87. Y en los momentos decisivos, con 94-99 a favor de los célticos, apareció la estrella local, Michael Redd, y logró 5 puntos en los últimos 21 segundos, incluyendo un triple a 10 segundos del final, para llevar el partido a la prórroga gracias a dos tiros libres fallados por Posey y un triple postrero errado por House.
Sin embargo, la vida da segundas oportunidades que cambian el curso de los acontecimientos de forma, en algunos casos, radical.
Anoche sucedió eso porque en la prórroga los dos héroes visitantes fueron precisamente los villanos del final del tiempo reglamentario: Eddie House y James Posey.
El primero anotó un triple decisivo a 1:29 del final que adelantó a los suyos (104-105). Los tiradores son, sin duda, una raza especial. House llevaba hasta ese momento 0 triples de 6 intentos, pero anotó ése y dio alas a su equipo. Y ya en la altura los Boston no descendieron. No lo hicieron gracias a Posey.
House falló el triple final del tiempo reglamentario, pero anotó el triple decisivo del tiempo extra y Posey erró garrafalmente dos tiros libres capitales que dieron paso a la prórroga, pero en ésta volvió a disponer de otros dos lanzamientos de personales. Restaban 53 segundos y los anotó (104-107).
A partir de ahí se sucedieron imprecisiones y más imprecisiones, una cadena que dejó inalterable el marcador. Los locales perdieron 2 balones y ello dio lugar a que los visitantes pudieran lanzar 4 tiros, todos fallados y House y Posey pudieran saborear la victoria.
En los Celtics, el mejor fue Garnett con 21 puntos en 20 minutos, destacando también Pierce (14 puntos en 21 minutos), Tony Allen (17 puntos), Posey (16 y 9 rebotes) y Powe (14 tantos).
En los Bucks, el más destacado fue Redd con 25 puntos, seguido por Bogut que terminó con 15 puntos, 15 rebotes, 5 asistencias y 4 tapones, pero perdió 10 balones.