JORNADA NBA / 47 puntos estériles de Carmelo Anthony
Francisco García anota 29 puntos en la victoria de Sacramento en Denver
Orlando, sin Arroyo, gana en Cleveland
De nada sirvieron los 47 puntos que Carmelo Anthony anotó en el Pepsi Center contra Sacramento Kings. Los californianos ganaron a domicilio a Denver Nuggets y complicaron la carrera, ya de por sí complicada, del equipo de Colorado hacia los playoffs.
En la victoria jugaron un papel fundamental Kevin Martin, con 36 puntos, y el dominicano Francisco García, que completó un partidazo saliendo del banquillo. El jugador hispano anotó 29 puntos, que completó con 6 rebotes y 6 asistencias. Su contribución fue decisiva, ya que anduvo preciso en los momentos calientes logrando 7 puntos en los últimos 3 minutos.
Muy distinto fue el papel del puertorriqueño Carlos Arroyo en el Cleveland-Orlando. Su equipo ganó y puso en solfa a los que afirman que el conjunto de Ohio, liderado por Lebron James, es mejor, hoy por hoy, que el de Florida. Arroyo no fue de la partida. La presencia de Jameer Nelson y Keyon Dooling hizo que el base boricua no tuviera cabida en la rotación de los Magic.
Denver 115 Sacramento 118
Los Nuggets se complicaron, y mucho, su camino hacia los playoffs del Oeste al perder ante los Kings en un partido emocionante y buena culpa de su derrota la tuvo el dominicano Francisco García, que terminó el choque con 29 puntos, resultando un arma decisiva para el triunfo junto a su compañero Kevin Martin, que terminó con 36 puntos a pesar de sufrir problemas físicos. Ambos fueron el foco de atención en los últimos minutos. El alero hispano logró 7 puntos en los 3 minutos finales y Kevin Martin encestó dos tiros libres decisivos a 4 segundos de la conclusión (115-118).
De nada sirvió el impresionante rendimiento exhibido por Carmelo Anthony, que aportó al equipo local 47 puntos, 6 rebotes y 11 asistencias en 38 minutos, enchufando 19 de sus 24 lanzamientos de campo. Una hazaña que prolongó hasta el último suspiro, ya que fue él, prácticamente en solitario, el que alentó hasta la bocina final las esperanzas de los aficionados de Denver. Y es que Anthony fue capaz de anotar 7 puntos en el último minuto, pero también estos tantos resultaron baldíos.
El marcador señalaba 115-118, restaban 4 segundos y la posesión era de los Nuggets. J.R.Smith sacó de banda hacia Marcus Camby en un tuya-mía que terminó con el balón en manos del primero. Smith botó, condujo con rapidez la bola a la línea de tres puntos y se elevó ante la amenazante presencia defensiva de Mikki Moore. El triple resultó muy forzado, pero no quedaba otra. Y el balón del empate se quedó en nada al rebotar en el aro.
No esperaban en Denver este tropiezo. El equipo de George Karl se había mostrado muy seguro en su cancha durante toda la temporada (hasta anoche llevaba 31 victorias y 7 derrotas) y si en algún momento necesitaba imperiosamente ganar era anoche. Pero un equipo sin aspiraciones, y por lo tanto sin presión alguna, les endosó una derrota muy dolorosa.
La derrota deja a Denver al borde del precipicio en el que lleva asomado mucho tiempo. Los Nuggets son octavos en el Oeste (último puesto que clasifica para los playoffs), pero están empatados con el noveno, Golden State. Ambos han ganado 46 partidos y han perdido 30. En ese filo de la navaja también se mueve el séptimo clasificado, Dallas, que lleva 47-29.
En esa locura de cifras se mueven las huestes de Karl, una plantilla preparada para la batalla ofensiva sin tregua, pero a la que su falta de sacrificio en defensa le puede pasar factura al final de temporada.
Anoche se llegó al descanso con un espectacular 66-69. Luego se detuvo un poco la 'fiesta' ofensiva, que no siempre es sinónimo de buen baloncesto. En el partido se perdieron, sin ir más lejos, 44 balones (22 por equipo), una cifra inadmisible para cualquier entrenador y para cualquier aficionado mínimamente exigente.
Fue un partido trepidante lleno de rápidas transiciones (54 puntos al contraataque, 27 por equipo), pero esa rapidez llevó emparejada una gran carga de imprecisión. Los locales tuvieron muchos problemas para anotar desde la pintura si se descuentan los contraataques y se empecinaron en resolver desde el exterior, pero ni mucho menos lo consiguieron (8 de 31 en el triple).
La cuarta victoria consecutiva de los Kings se modeló en las manos de los ya mencionados Kevin Martin y Francisco García, pero también en las de Mikki Moore, que logró 23 puntos y 10 rebotes y resultó decisivo en defensa en la última jugada del partido.
Se trató de una meritoria victoria, ya que los visitantes no pudieron contar por lesión con Udrih, Artest y Brad Miller.
Mientras, en Denver, Anthony lo absorbió casi todo. Su único escudero en ataque fue Kleiza que ocupó el puesto del sancionado Kenyon Martin. El lituano terminó con 28 puntos. También destacaron los 14 rebotes y 11 asistencias de Camby. Iverson, por el contrario, vivió una noche gris y sólo pudo conseguir 13 tantos.
Cleveland 86 Orlando 101
Anda un tanto molesto el entrenador de Orlando, Stan Van Gundy, con más de un comentario. Y anoche lo hizo notar una vez su equipo había ganado el partido. Dejó caer, como el que no quiere la cosa, que está harto (su forma de expresarlo fue mucho más elegante) de los análisis de muchos especialistas y equipos que prefieren enfrentarse en playoffs con Orlando que no con Cleveland, lo que no deja de ser un cierto menosprecio para un equipo que ha completado una temporada mucho más brillante que la del conjunto de Ohio.
En esos análisis pesa, sin duda, el nombre de Lebron James, pero James parece pesar poco últimamente en los momentos cruciales a causa de sus problemas de espalda.
La derrota de Cleveland se fraguó en el último cuarto, en el que, por segundo partido consecutivo, Lebron James desapareció superado por sus limitaciones físicas. Y una vez desaparecida la estrella, los argumentos de los Cavaliers se van al garete.
Sin ir más lejos, ante Orlando, Cleveland anotó 14 puntos en el último cuarto con un porcentaje de tiro del 17% (4 de 21). El resultado del cuarto período fue 14-32. Así es imposible hacer nada.
El despegue decisivo lo lograron los de Florida mediado ese cuarto. El marcador reflejaba empate a 75 a 7:13 del final, pero un parcial en apenas 1 minuto y 36 segundos de 0-10 para los visitantes abrió un hueco que ya no pudieron tapar los locales.
El jugador clave de la victoria de Orlando fue el base suplente Keyon Dooling. Anotó todos sus puntos en ese minuto y medio. Y es que 7 de esos 10 puntos llevaron su firma. Ni antes ni después se notó su presencia.
Junto a esa racha crucial de Dooling, destacaron en los Magic Turkoglu (23 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias), Lewis (21 puntos) y Nelson (16 puntos y 9 asistencias).
Orlando ganó sobreponiéndose al malísimo partido en ataque de su estrella, Dwight Howard, que acabó con 4 puntos (1 de 8 en el tiro), aunque capturó 12 rebotes.
Sin embargo, los Cavs no pudieron sobreponerse al apagón en ataque en los minutos finales de Lebron (17 puntos -6 de 22 en el tiro-, 7 rebotes y 9 asistencias). En su lugar, destacaron jugadores secundarios como Delonte West (19 puntos) y Devin Brown (15 con 6 rebotes y 5 asistencias), así como el titular Ilgauskas (18 tantos, 9 rechaces bajo los aros y 3 tapones).
Orlando no sólo sobrevivió a la desacertada actuación de Howard en ataque, sino que también se sobrepuso a su debacle en la lucha en los tableros. Y es que con una efectividad muy baja en sus lanzamientos, Cleveland dominó el rebote con claridad (48 a 33). Ese inusual binomio malos tiros-dominio del rebote se debió a la indolencia de los visitantes en los aros. En la canasta de Cleveland, los de Mike Brown dominaron el rebote por un concluyente 30 a 6, pero en la de Orlando el resultado fue de 27-18. Si hubiesen cerrado el rebote con dignidad el resultado hubiera sido de escándalo.
Orlando sigue cómodo en el tercer puesto del Este y Cleveland sigue cuarto, pero tiene que tener cuidado ante la amenaza de sus perseguidores.