Warriors está en alerta. Sacramento Kings se le ha subido a las barbas demostrando que un equipo que queda tercero en una temporada con 82 partidos no puede ser de ninguna manera una perita en dulce en los playoffs. Nueva victoria de Kings para ponerse 2-0 en la serie.
De'Aaron Fox y Domantas Sabonis lideraron el triunfo, 114-106, bajo la felicidad inmensa de una grada que hierve y de un Vivek Ranadive que goza de lo lindo desde la primera fila.
Mientras, Warriors no se siente cómodo, y además tiene que sobrellevar como puede las salidas de pata de banco de Draymond Green, que fue expulsado tras agredir vilmente a Sabonis cuando restaban 7:03 para el final del partido.
Green y Sabonis, que ya se las habían tenido en el anterior partido y en este segundo, protagonizaron una jugada en la que el lituano desde el suelo enganchó la pierna de su rival, sin violencia alguna, y la respuesta de Green fue dar un tremendo pisotón intencionado en el pecho al jugador de los Kings, en una acción flagrante que suponía y supuso una expulsión de libro, y que debería tener consecuencias.
Por si no hubiera sido suficiente, Green se enfrentó a algunos aficionados locales y con sus gestos desde la pista arengó a la grada para que se calentara aún más. Un nuevo espectáculo poco edificante de un gran jugador que pierde la cabeza con demasiada facilidad.
Por lo demás, el partido puso de manifiesto varias circunstancias. Estos Kings cuando se ponen a ello también defienden. Estos Warriors prolongan su mala racha como visitantes, una mala racha que les dura toda la temporada. Y a Golden State siguen sin dársele bien los finales de partido, a pesar de que Stephen Curry y Klay Thompson lo dieron todo hasta desinflarse.
Warriors empezó muy bien, dejando en 17 puntos a Kings en el primer cuarto, pero la reacción fue furibunda, con 41 puntos locales en el segundo. Tras el descanso, tremenda igualdad, con Curry sosteniendo a su equipo tras la expulsión de Green, con Thompson metiendo 2 triples importantes en la recta final... pero ante ese dúo Sacramento opuso un equipo, con muchos jugadores aportando en el final: De'Aaron Fox, Domantas Sabonis, Davion Mitchell, Harrison Barnes, Malik Monk... Un equipo con mayúsculas estos Kings de Mike Brown y Jordi Fernández.
En un ambiente infernal Golden State volvió a sucumbir. Un triple lateral de Mitchell tras asistencia medida de Sabonis puso el 112-103 en el marcador a 1:17 del final. Ese triple marcó un antes y un después, porque ahí ya se vio que Sacramento no iba a soltar la presa. Y Monk, que está haciendo una gran serie, fue el encargado de encender la luz que marca en el pabellón el éxito local.
Fox (24 puntos, 9 asistencias y 4 robos) y Sabonis (24 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias) fueron los líderes de un equipo que tuvo a Malik Monk en 18 puntos, a Kevin Huerter en 15, a Davion Mitchell en 14 y a Harrison Barnes en 13.
Sacramento sobrevivió a una mala noche desde el triple, pero su defensa puso en muchos apuros a unos Warriors que solo asistieron 18 canastas y que a cambio perdieron 20 balones, además de sufrir a partir de la nula aportación de su segunda unidad, siendo Gary Payton II el único suplente que ofreció una buena imagen.
La entrada en el equipo de Andrew Wiggins, que volvió a la titularidad, y los minutos cuantiosos de Gary Payton II para mejorar en defensa han trastocado la rotación de Kerr. Jonathan Kuminga solo jugó 4 minutos y a Jordan Poole se le está quedando cara de agitar toallas, disputando solo 16 minutos de muy mala calidad.
Stephen Curry sumó 28 puntos y 6 asistencias, sin estar bien desde el triple, Wiggins añadió 22 puntos y Klay Thompson 21 con buenos porcentajes de tiro.
Muy grave para Warriors las limitaciones de Kevon Looney por las faltas y la expulsión de Draymond Green, que poco antes de su salida del juego ya había cometido la quinta falta.
La eliminatoria viaja ahora pero viaja poco, siguiendo el corto trayecto de Sacramento a San Francisco. Y Warriors no tiene ya mucho margen para el error.