Se le pueden poner todos los adjetivos que se quiera, pero lo visto hoy en el TD Garden tiene miga. Paliza histórica, humillación de primer orden, ridículo sin miramientos, exhibición sin límites... lo cierto es que el rodillo de Celtics aplastó a unos Warriors esperpénticos.
Warriors se presentaba en el Garden tras sumar 8 victorias consecutivas como visitante en este momento de la temporada y 11 triunfos en sus últimos 13 partidos, pero esas rachas positivas de poco le valieron cuando se enfrentaron a una debacle de proporciones bíblicas.
Al otro lado unos Celtics en estado de gracia, que con la de hoy suman 11 victorias consecutivas para ponerse con un espectacular 48-12 en la temporada.
Habrá que empezar por el final. Resultado del partido: 140-88. Un +52 que es la tercera victoria más abultada de Celtics en su historia, solo superada por el +56 ante Bulls en 2018 y el +53 frente a Kings en 2022. Como se puede ver, las palizas son cuestiones de la NBA actual, y la profusión de triples tiene mucho que ver en todos estos excesos.
Es verdad que Warriors tuvo días complicados. Jugó en 4 días 3 partidos, en Nueva York, en Toronto y en Boston, con el problema grave que tuvieron al volar a Toronto, que les dejó la noche sin dormir, pero ese inconveniente en el vuelo a Toronto y la acumulación de juego no pueden justificar una actuación tan bochornosa.
La megafiesta local coincidió con el cumpleaños de Jayson Tatum, que celebró sus 26 años a lo grande, con 27 puntos en 25 minutos de juego, por los 29 que hizo Jaylen Brown en apenas 22.
Y esa megafiesta comenzó muy pronto, con un 44-22 en el primer cuarto (con 19 puntos de Brown) y un 38-16 en el segundo (con 20 de Tatum en el cuarto).
El 82-38 de la primera parte había que verlo para creerlo. Celtics hacía la mayor anotación de su historia en una media parte, y ese +44 era la mayor diferencia histórica a favor de Celtics y la mayor desventaja histórica de Warriors. Los Jays llevaban al descanso 47 puntos y todos los Warriors 38.
Solo un precedente memorable y cercano de una paliza mayor en la primera parte: el tremendo 27-77 que le endosó Dallas a Clippers en Los Ángeles a finales de 2020.
La lluvia de triples fue igualmente histórica en el primer cuarto, con Boston haciendo 10 de 16 intentos. Y al descanso... Celtics estaba con un 60% en el tiro de campo, un espléndido 15 de 24 desde el triple, 20 asistencias y solo 1 pérdida de balón; Warriors, mientras, en un 34,9% en campo, con un horrendo 3 de 18 desde el tiro de 3.
El máximo exponente de la debacle era un descentrado Stephen Curry, que en la primera mitad, la única que jugó, hizo un 0 de 9 desde el triple para sumar solo 4 puntos.
Lo que vino después fue un no partido. Warriors salió en el tercer cuarto sin Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green, pero lo más inquietante es que ninguno de los tres estaba ni siquiera en la banda con sus compañeros (Curry se uniría más tarde). Golden State andaba fuera de lugar, como un púgil al que han dejado completamente noqueado. Si por Kerr y compañía fuera hubieran pedido reglas de boxeo: tirar la toalla y salir de la pista de inmediato para buscar oxígeno en el hotel más cercano.
La ventaja se fue ampliando aún más tras el descanso. El tercer cuarto acabó 115-62. Y en el último se alcanzó la mayor distancia en el luminoso con un +56 (118-62). Aquello era un puro consumo de tiempo, porque el partido se había acabado en el primer cuarto.
Una paliza de las que dejan huella, y los Celtics jugando el partido sin Kristaps Porzingis. Van sobrados los de Joe Mazzulla.
Boston tuvo, además de la presencia ofensiva de los Jays, a Payton Pritchard con 19 puntos y a Derrick White con 14 y 8 asistencias jugando solo 20 minutos. El dominicano Al Horford fue titular, disputó 21 minutos y firmó 7 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias.
Acabaron los Celtics con 25 triples (51% de acierto) y solo 7 pérdidas de balón, por el 7 de 41 desde el triple de Warriors (17%) y 17 pérdidas.
El máximo anotador visitante fue Lester Quiñones con 17 puntos, jugando 33 minutos.
El repaso de las estrellas de Golden State es una auténtica pesadilla matemática: Klay 6 puntos en 12 minutos, Green otros 6 en 14 y Curry 4 en 17, con Kuminga sumando 6 en 20.
Domingo duro de digerir para Warriors y su catálogo de horrores y festivo a más no poder para Celtics y su luminoso baloncesto. Los dos finalistas de 2022 vivieron en universos paralelos: Celtics en uno de materia y Warriors en uno de antimateria donde el baloncesto, tal y como lo conocemos, no tiene cabida.