"Vaya noche, vaya momento". Así empezó su discurso de ingreso en el Salón de la Fama Pau Gasol en Springfield, seguido de un "Gracias, muchas gracias" en español y un más que significativo "Guau". No era para menos. Se convertía Pau en el primer jugador español en ingresar en tan elitista club, solo precedido en España por los ingresos de dos entrenadores, Antonio Díaz Miguel (1997) y Pedro Ferrándiz (2007).
Antes de subir al escenario del Symphony Hall, Gasol se levantó del asiento en el que estaba rodeado por su familia, besó a su esposa, Catherine McDonnell, hizo lo propio con Vanessa Bryant, viuda de Kobe Bryant, y de camino al escenario abrazó a Tim Duncan y Tony Parker, excompañeros en Spurs, antes de desembocar al lado del atril en compañía de Toni Kukoc, que fue su introductor en solitario al no poder acudir finalmente a la cita, por motivos ajenos a su voluntad, Kareem Abdul-Jabbar.
Pau Gasol era uno de los protagonistas de una promoción espectacular, porque la promoción de 2023 del Salón de la Fama del Baloncesto ha incluido nada menos que a Dirk Nowitzki, Dwyane Wade, Tony Parker y Gregg Popovich. Un auténtico elenco de leyendas en el que Europa -con 3 miembros- y los Spurs -con 4- han sido protagonistas.
Además de ellos, también han ingresado hoy en el Salón de la Fama Becky Hammon, Jim Valvano, Gene Bess, Gary Blair, David Hixon, Gene Keady y el equipo femenino de Estados Unidos de 1976.
Entre los asistentes a la ceremonia, los padres de Gasol, Agustí y Marisa, y sus dos hermanos, el ex NBA Marc Gasol y Adrià, así como excompañeros de sus diversas etapas baloncestísticas.
Visiblemente emocionado y agradecido, Pau hizo un repaso de su trayectoria en el que no faltaron los agradecimientos para todos sus equipos, así como palabras para los primeros europeos que llegaron a la NBA -jugadores como Fermando Martín, Detlef Schrempf, Drazen Petrovic...-, reconoció a Toni Kukoc como aquel jugador en el que se fijó y admiraba cuando era un chico en España, el Dream Team de Estados Unidos de 1992, que "cambió mi vida", según dijo, cuando tenía 12 años, Phil Jackson ("Qué hombre tan increíble. No solo me enseñó el triángulo ofensivo, también la mentalidad que había que tener"), su etapa en los Spurs con Popovich y la relación sin igual con La Familia, es decir, con los compañeros de la selección española.
Y presente estuvo, claro está, Kobe Bryant y su hija Gigi, ambos fallecidos en accidente de helicóptero en 2020. "Os echo de menos y os amo", dijo un emocionado Gasol, en presencia de Vanessa, la viuda del jugador.
No se le quedaron agradecimientos en el tintero al español, que recordó con gracia su llegada a los Grizzlies, con su escaso inglés, y cómo siguió la estela de Shane Battier, presente en la ceremonia, para intentar sobrevivir con el idioma.
Fueron 20 minutos de un Pau Gasol feliz, rodeado de los suyos, sabedor de la importancia del momento y de que estaba haciendo historia para el baloncesto español en una gala igualmente histórica para el baloncesto europeo esta del 12 de agosto de 2023, como lo fue para Pau el 7 de marzo cuando Lakers retiró su camiseta.
Un elenco espectacular
Gregg Popovich era el gran referente, por edad y por ascendencia sobre todos los presentes. Nunca quiso ingresar en el Salón de la Fama antes que las estrellas de sus títulos. Junto a él estaba David Robinson, uno de sus introductores, también Tim Duncan, introductor de Parker, así como un elenco de jugadores que desplegaron toda su calidad en la época de mayor esplendor de sus Spurs. "Inimaginable", dijo Popovich al referirse a su ingreso en el Salón de la Fama. Manu Ginóbili, obviamente, también andaba por allí. No se podía perder el argentino otra gran noche gloriosa de los Spurs.
Mientras, su pupilo, de Popovich, Tony Parker bromeaba. Jamás un entrenador y un jugador de un mismo equipo habían ingresado en el mismo año en el Salón de la Fama, y el francés se lo tomó a guasa: "No me puedo librar de él". Pero ya mucho más en serio se dirigió a su único entrenador en la NBA diciéndole: "Entrenador Pop, eres increíble".
En su turno el gran Dirk Nowitzki recordó el mate que le plantó en la cara a Mark Cuban, propietario de Dallas Mavericks, el único equipo para el que jugó el alemán en la NBA, y como la amistad entre ambos todavía perdura, y recordó también, entre otros muchos recordatorios, el valor de Don Nelson para ponerle a tirar triples con 2,13 nada más llegar a la liga o el liderazgo de jugadores como Steve Nash o Jason Kidd, ambos presentes en la ceremonia.
En cuanto a Dwyane Wade, introducido por Allen Iverson y vestido de impoluto blanco, linda la imagen junto a su padre en el escenario, linda y profundamente emotiva.
Noche especial para Wade y también para Miami Heat, ya que es el primer jugador drafteado por el equipo que llega al Salón de la Fama. Y entre los orgullosos presentes en la ceremonia, el presidente del club, el incombustible Pat Riley, una leyenda del baloncesto admirando desde su butaca a otras leyendas.