La inclusión o no de muchos jugadores en los tres quintetos All-NBA de la temporada no solo implica una cuestión de prestigio y reconocimiento a su labor, sino que también afecta a sus presentes y sus futuros contratos.
Los dos jugadores más beneficiados por incluirse en dichos quintetos son los Celtics Jaylen Brown (Segundo Equipo) y Jayson Tatum (Primer Equipo).
La inclusión de Brown le permitirá ser elegible este verano para una extensión supermáxima de 295 millones de dólares por 5 temporadas, una extensión que, de firmarse, supondría el mayor contrato de la historia de la NBA. Si no hubiera sido elegido, Brown tenía derecho a un máximo de 189 millones por 4 años.
Mientras, Tatum tendría capacidad en 2024 para firmar una extensión contractual de 318 millones de dólares por 5 campañas.
En el caso opuesto, por ejemplo, Ja Morant. El base de los Grizzlies rubricó el pasado verano un contrato que podía llegar a 233 millones, pero al no entrar en ninguno de los tres equipos se quedará en 194,3 millones, lo que le hará perder casi 39 millones de dólares, según ESPN.
Otros jugadores que quedan fuera de supermáximos al no estar en ninguno de los tres quintetos son Pascal Siakam, Fred VanVleet (ambos de Raptors), Jamal Murray (Nuggets), Zion Williamson (Pelicans) y Darius Garland (Cavaliers).