Busca la luz en el oscuro túnel en el que está sumido. Ja Morant quiere jugar al baloncesto pero antes tiene que poner coto a los muchos excesos que le han llevado a ser apartado por su equipo, Memphis Grizzlies, y a ser investigado por la NBA.
Morant superó una investigación policial por el último incidente que protagonizó, la gota que colmó un vaso que ya estaba a punto de desbordarse, un incidente que consistió en publicar en Instagram Live un vídeo portando un arma en un club nocturno.
La novedad de las últimas horas es que el base ha entrado en un programa de asesoramiento en Florida para intentar reconducir su conducta fuera de las canchas, una mala conducta que se plasmó en una serie de incidentes que salieron a la luz pública en los últimos meses.
"Ja está completamente comprometido con este proceso", ha indicado su entrenador, Taylor Jenkins. Pero la cosa podría llevar tiempo.
Lo cierto es que Morant no juega desde el 3 de marzo y no tiene fecha alguna prevista para su regreso a las pistas, justo cuando la temporada regular está en su último tramo y Memphis ocupa la segunda plaza del Oeste tras una gran campaña.
Sus compañeros de equipo le respaldan y confían en que pueda reconducir la situación. Simplemente esperan con paciencia su regreso.
El que fuera Novato del Año y dos veces All-Star está lidiando a sus 23 años con una situación muy delicada, con un momento vital en el que tiene que dejar de lado todos los comportamientos que le han llevado a un programa de asesoramiento en Florida y que ponen en peligro su incipiente y brillante carrera.