Da gusto ver de nuevo a Kevin Love a un altísimo nivel después de tantas penurias físicas y tantas lagunas en la pista. Cleveland gozó del mejor Love para ganar 88-112 en Detroit a pesar de jugar sin Donovan Mitchell y Darius Garland.
Victoria fácil para sumar ya 7 triunfos consecutivos y ponerse en la tabla clasificatoria con un potente 7-1.
Estos Cavs de J.B. Bickerstaff ya tienen una serie de automatismos que le otorgan un carácter colectivo indudable a la propuesta del equipo. Y Pistons no fue rival para una escuadra que parece bien engrasada desde el principio.
Defensa, mucha defensa, la enorme superioridad de la segunda unidad visitante frente a la segunda unidad local y la superioridad de Cavs en la pintura fueron los tres ejes sobre los que se vertebró un triunfo que empezó a fraguarse en el segundo cuarto, un muy buen segundo cuarto de los de Ohio que llevó el partido al descanso con ventaja de Cleveland de 18 puntos (39-57).
Jarrett Allen fue el máximo anotador de Cavs con 23 puntos, a los que añadió 7 rebotes, pero el jugador del partido fue Kevin Love, simplemente inmenso: 21 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias jugando 23 minutos, y un 4 de 7 desde el triple.
A ellos se añadió la capacidad intimidatoria del joven Evan Mobley, que provocó el pánico en las filas rivales con sus 8 tapones, la cifra más alta en la NBA en lo que va de temporada.
Además, 15 puntos y 6 asistencias tanto de Caris LeVert como del suplente Cedi Osman, otro que está en gran forma y que volvió a mostrarse acertado desde el perímetro.
Cleveland terminó con un 54,3% en el tiro de campo y trabajó bien el rebote en un partido plagado de pérdidas de balón por ambos bandos.
Detroit se quedó en un 37,3% en el tiro y notó el bajón ofensivo de su líder anotador en la temporada, Bojan Bogdanovic, que solo hizo 6 puntos.
Cade Cunningham sumó 19 unidades anotadas, pero con un pobre 7 de 18 en el tiro, Saddiq Bey terminó con 18 puntos y el novato Jaden Ivey hizo otros 18.