A veces la realidad es más simple de lo que parece y en otras ocasiones encierra una complejidad inesperada. El caso del polémico despido de Josh Primo bascula entre lo uno y lo otro, según cuál sea la verdad que rodea al jugador.
Primo fue despedido fulminantemente por los Spurs de un modo completamente inesperado un par de semanas después de que el equipo texano garantizara su contrato del curso 2023-2024, cifrado en 4,3 millones de dólares. Y la NBA se quedó boquiabierta, porque a sus 19 años el jugador formaba parte estable del futuro del club.
Unas horas después de conocido el despido, Primo emitió un comunicado en el que achacaba el mismo a sus problemas mentales y en el que aseguraba que iba a centrarse en tratar su salud mental.
Pareciera que Spurs podría haber garantizado el contrato del jugador a sabiendas o no de esos problemas y que la situación había empeorado de repente, o que el club había tenido un gesto con su jugador antes de romper con él. Pero ahora todo ese relato parece tambalearse.
Desde Estados Unidos llegó la voz de alerta: una extrabajadora de Spurs había contratado a un abogado, Tony Buzbee, especializado en procesos de índole sexual, y dicho abogado se habría puesto en contacto con Spurs para hablar del caso. La extrabajadora podría llevar a Primo a los tribunales por un caso de exhibicionismo, un comportamiento que Primo podría haber desarrollado también ante otras trabajadoras y extrabajadoras del club texano.
Las dudas salpican el asunto Primo. ¿Emitió el comunicado Primo como línea de defensa aconsejado por su entorno legal o simplemente desde la más honda sinceridad? ¿Los casos de exhibicionismo, si se han dado, tiene origen o no lo tienen en sus problemas de salud mental, si es que los tuviera? ¿Qué conocimiento atesoraba Spurs de la situación de Primo, tanto de sus problemas mentales como de sus insinuaciones sexuales antes de que el abogado se pusiera en contacto con el club?... y las preguntas podrían seguir formulándose, porque este caso tiene un extraño recorrido que podría acabar en los juzgados.