Ambiente de gran gala de boxeo en Las Vegas, no para ver a dos púgiles de esos contrastados que ganan una millonada por pelea, no, sino por ver a dos jovencitos que están llamados a copar los dos primeros puestos en el próximo draft: Victor Wembanyana y Scott Henderson.
Se enfrentaban el equipo francés del jugador francés, Metropolitans 92, y el equipo estadounidense del jugador estadounidense, G-League Ignite. Ganó el segundo 115-122, pero eso era lo de menos en un partido de exhibición.
El joven Henderson lució lo suyo, dejando en la retina de los espectadores algunas jugadas maravillosas. El base hizo 28 puntos, 9 asistencias, 5 rebotes, 2 robos y un 11 de 21 en el tiro de campo que incluyó un 2 de 3 desde el triple.
Pero en realidad todos los ojos estaban puestos en el que va a ser el número 1 del próximo draft, ese fenómeno que enamora desde hace años: Victor Wembanyana. Algo más que un unicornio con sus 18 años, sus 2,21 de altura y sus solo 94 kilos de peso. Movilidad increíble para su altura, una envergadura de vértigo, buen manejo de balón, intimidación bajo el aro y muñeca muy apreciable a la hora de lanzar desde el exterior. El chico lo tiene todo para triunfar.
No en vano, los general managers de la NBA ya le acaban de elegir como el mejor jugador ajeno a la NBA con un 45% de los votos, superando a Nikola Mirotic y Vasilije Micic.
Y con toda esa presión mediática, por mucho que fuera un partido sin trascendencia competitiva, Wembanyama respondió a la perfección y enamoró a todos con un juego fantástico y números estupendos: 37 puntos, 5 tapones (3 se los puso al propio Henderson), 4 rebotes y 7 triples. Firmó un 11 de 20 en campo con un tremendo 7 de 11 desde la línea de 3.
Ningún jugador en la historia de la NBA ha hecho un partido con al menos 30 puntos, 7 triples y 5 tapones, como el que hizo anoche Wembanyama. Y solo un jugador de la liga aunó en un encuentro 7 triples y 5 tapones. Fue Danny Green en 2014, y aquel partido tuvo 3 prórrogas.
La locura alrededor de Wembanyama se desató hace tiempo y no para de crecer. Veremos hasta dónde llega, porque las expectativas con este insólito jugador son máximas.