Llegó el día 'inesperado'. No ahora -después de una carrera impresionante-, pero sí en perspectiva. Manu Ginóbili jamás soñó de niño con poder entrar en el Salón de la Fama. De hecho, resulta casi seguro que por entonces ni siquiera supiera de su existencia. Pero este sábado 10 de septiembre de 2022 lo "irreal", según sus palabras, cobró forma.
Día histórico para el baloncesto argentino y para el baloncesto hispano: Ginóbili puso una pica en Flandes ingresando en el Salón de la Fama James Naismith, sito en Springfield (Massachussetts). Y lo hizo rodeado de seres queridos. Presentado por su excompañero Tim Duncan, asistido por su también excompañero en Spurs Tony Parker, con la presencia de Gregg Popovich... pero también con la de su descubridor Óscar 'Huevo' Sánchez y sus compañeros de selección Luis Scola, Andrés Nocioni, Pepe Sánchez, Fabricio Oberto y Gabriel Fernández, así como la mirada del que fuera seleccionador argentino Julio Llamas... y, por supuesto, apoyado en su familia: su mujer, sus 3 hijos, su hermano Leandro. No pudieron acudir al acto ni su hermano Sebastián ni sus padres, pero todos estaban en su memoria.
Manu fue el último en intervenir. Vestía traje, camisa blanca, corbata negra a juego con la chaqueta y el pantalón y unas zapatillas especiales para la ocasión diseñadas por Nike: una parte negra y plateada con los números 03, 05, 07 y 14 correspondientes a los años de sus 4 anillos con Spurs y otra albiceleste con la cifra 04 alusiva a su título olímpico con Argentina.
Una indumentaria bien distinta a la que luciera horas antes cuando sus hijos le colocaron la chaqueta naranja propia de un Hall of Fame, a la par que recibía el superanillo para la ocasión. Entonces se presentó con una camiseta gris de manga corta y unos vaqueros. Todo más desenfadado
Entonces dijo: "Esto para mí era inalcanzable. Nunca me había propuesto conseguirlo. Es muchísimo más de lo que jamás soñé". Por eso era algo "irreal".
Horas después, en plena ceremonia, repasó su trayectoria en Argentina y con Argentina, en Italia, en Estados Unidos... utilizó la palabra "hermandad" para referirse a la relación entre los integrantes de la selección de su país, se expresó en español cuando habló de su familia, con emocionantes palabras dirigidas a su padre, momento en el que Manu se quebró al decir "papá, ¡cómo me hubiera gustado que estuvieras acá!".
En su discurso, Ginóbili aseguró que los Spurs fueron "una gran, fuerte y alentadora familia" para él, y se emocionó al hablar de Popovich, su eterno entrenador en la NBA: "Pop, ¿qué puedo decir de ti? Tú has sido tan tan importante para mí y para mi familia, dentro y fuera de la cancha, eso nunca seré capaz de agradecértelo lo suficiente".
Manu se convierte en el cuarto sudamericano en entrar en el Salón de la Fama. Antes lo hicieron 3 brasileños: la jugadora Hortencia Fátima Marcari (2005) y los jugadores Maciel Pereira (2010) y el legendario Oscar Schmidt (2013).
Los otros ingresos de 2022
Entre los nuevos integrantes del Salón de la Fama, 3 nombres propios de la NBA: el exjugador Tim Hardaway y los exentrenadores George Karl y Del Harris.
Hardaway se convierte en el tercer jugador de aquellos vistosos Warriors de los 80-90 que entra en el Salón de la Fama. Le precedieron Chris Mullin en 2011 y Mitch Richmond en 2014.
Horas antes había asegurado que "ingresar al Hall no es algo que ocurra todos los días". Se le vio realmente feliz, viendo cómo su nombre entraba por fin en el Olimpo del baloncesto, con su hijo jugando ya desde hace años en la NBA.
También en la ceremonia precedente George Karl habló de lo importante que era para él este momento: "Creo que mi formación arrancó con Dean Smith. Fue un maravilloso viaje que culmina hoy", afirmó un Karl visiblemente deteriorado por sus problemas de salud.
Ingresaron también en tan selecto club este 10 de septiembre Lindsay Whalen, Bob Huggins, Marianne Stanley, Theresa Shank-Grentz y Swin Cash, así como 7 personas ya fallecidas: Hugh Evans, Lou Hudson, Larry Costello, Wyatt 'Sonny' Boswell, Inman Jackson, Albert 'Runt' Pullins y la leyenda europea Radivoj Korac, cuyo ingreso se demoró de manera inadmisible tras fallecer en 1969.
Además, en la ceremonia se rindió un sentido tributo al recientemente fallecido Bill Russell, que forma parte del Salón de la Fama por partida doble, como jugador y como entrenador.