Los aficionados de la NBA están ávidos de finales de partidos igualados en la definición del campeonato. Las Finales de la liga y de conferencia apenas han deparado partidos igualados. Se echa en falta un partido con jugada final decisiva, una prórroga, un puntito más de taquicardia.
Las Finales entre Warriors y Celtics han agotado 3 partidos que se han decidido por 12, 19 y 16 puntos de diferencia. Pero no fue mucho mejor la cosa en las finales de conferencia.
De los 15 partidos disputados entre Finales del Este, Finales del Oeste y Finales de la NBA 5 se decidieron por más de 15 puntos y solo 1 por menos de 5, un Heat-Celtics que terminó 96-100.
Ni uno solo de los 15 encuentros tuvo un final agónico, un final en un tiro potencialmente ganador, una decisión arbitral para la polémica, una prórroga, una pérdida de balón que costara la victoria, un rebote ofensivo que se sintiera crucial.
Pero es que la incapacidad para llegar a partidos con jugada final crucial ha sido generalizada desde las semifinales de conferencia.
De los 41 partidos jugados en semifinales de conferencia, finales de conferencia y Finales... ¡16 encuentros acabaron con 15 o más puntos de ventaja del equipo ganador y 9 de ellos con ventajas de 25 o más puntos! Un gran número de palizas en las últimas instancias de la definición de la temporada.
A cambio... ¡Solo 6 de esos 41 partidos se decidieron con ventajas de 5 o menos puntos! Poquísimos, solo un 14,6% de los juegos disputados.
Con estas inquietantes cifras, no es de extrañar que todos estemos esperando un partido de esos que quitan el hipo, de esos que, además de ser buenos -que buenos los está abiendo-, nos lleven el corazón hasta el límite.
¿Será el de hoy, cuarto partido de las Finales, el que por fin reúna todos los ingredientes emocionales de principio a fin?