Hay momentos en los que el baloncesto alcanza la categoría de arte, y esa categoría tan alejada aparentemente del deporte la ha logrado este domingo Boston Celtics por partida doble, ganando a los Nets gracias a una jugada defensiva maravillosa y a una definición ofensiva excepcional.
Atacaba Brooklyn con marcador favorable de 113-114, pero ni Kyrie Irving, defendido de modo brillante por el dúo Marcus Smart-Al Horford, ni Kevin Durant, cubierto a las mil maravillas por un dinámico Jayson Tatum, pudieron decidir el encuentro, con Durant lanzando un triple forzadísimo sobre el final de la posesión que, bien punteado por Tatum, fue rechazado por el aro, capturando el vital rebote defensivo Horford.
A esa brillante jugada defensiva de los Celtics le siguió una ofensiva de calibre premium. Jaylen Brown atrajo a varios defensores con su aproximación al aro, soltó la bola para el desmarcado Marcus Smart, este hizo volar a dos defensores con una bella finta, penetró y pasó en el momento preciso a un Jayson Tatum que cortaba la zona y el alero se zafó de Irving con un movimiento de pies exquisito para anotar sobre la bocina la canasta de la victoria, el 115-114 que hizo estallar la grada del Garden y que elevó los decibelios por las nubes.
Aquí está la maravilla final engendrada por Boston para ganar, incluyendo su jugada defensiva y su acción ganadora en ataque.
Una jugada, esta última, cargada de paciencia, sutileza, control ejemplar del tiempo, armonía y efectividad, una coreografía final digna de un partido mayúsculo de playoff, porque eso fue el Celtics-Nets jugado hoy, un encuentro apasionante, cargado de matices emocionales, jugado por momentos a un ritmo supersónico, trepidante de principio a fin, un partido de esos que dejan sin aliento, con 12 empates y 19 cambios de líder en el luminoso, un juego intenso hasta la médula que destiló belleza y poderío, playoff en vena en el que el máximo exponente en cuanto a descarga profunda de adrenalina fue Kyrie Irving, que se mostró en su salsa ante los abucheos de la afición local, su exafición, hasta hilvanar una actuación sobresaliente para poner en jaque a Boston.
Tatum, mientras, metió la que es la primera canasta ganadora sobre la bocina en playoff de un jugador de Celtics desde 2010, convirtiéndose así en el definitivo héroe de la noche, título al que ya aspiraba por su juego durante todo el partido. Acabó el alero con 31 puntos y 8 asistencias tras disputar 45 minutos.
Los Celtics fueron un equipo construido a partir de un póker de jugadores que se mostraron a un excelso nivel. Junto a Tatum... Jaylen Brown (23 puntos, 4 robos y varios golpes en la nariz que le hicieron sangrar para abonarse en cierto modo al toque épico), Marcus Smart (20 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias en una actuación espectacular en los dos lados de la pista) y el dominicano Al Horford (20 puntos, 15 rebotes y 8 de 13 en el tiro), un Horford rejuvenecido, vital, inasequible al desaliento, trabajador, efectivo y profundo en todo su juego, un Horford que jugó nada menos que 41 minutos y que se multiplicó ante la ausencia de Robert Williams III.
Porque no hay que olvidar que sin Robert Williams III los Celtics fueron manifiestamente superiores en el rebote y en los puntos en la pintura ante un equipo que volvió a utilizar pocos minutos a Andre Drummond a pesar de la sangría que sufrió cerca del aro.
Tras una primera parte tremendamente igualada (61-61), con un Kevin Durant irreconocible (7 puntos, 2 de 10 en el tiro y 4 pérdidas), Boston salió como un tiro en el tercer cuarto empujado por un momento ofensivo extraordinario de Smart que llevó a los de Udoka a alcanzar su máxima ventaja en el marcador, un +15 (84-69) tras un parcial de 23-8 en solo 6 minutos. Brooklyn parecía apearse del partido. Pero no fue así.
Entre el tercer y el último cuarto los Nets pasaron de perder por 15 puntos a ir ganando por 5 (102-107) en pleno festival de Irving. A Irving es imposible no quererlo como jugador, simplemente es pura fantasía deportiva cuando calza sus mejores virtudes y las pone en juego, y hoy en el Garden las puso de una manera especialmente sangrante para la afición local, que poco pudo ver de él en su triste paso por la franquicia de Boston como jugador 'franquicia'.
Un triple de Irving puso el 111-114 a 45,9 segundos del final, pero luego vino el gran final de Boston que arruinó una noche especial del base, que terminó con 39 puntos, 6 asistencias, 4 robos, 6 triples y un 60% en el tiro de campo.
Kevin Durant no estuvo a la altura de su genio. Terminó con 23 puntos, 6 pérdidas y 9 de 24 en el tiro, Goran Dragic sumó 14 puntos, brillando en la primera mitad, y Nic Claxton añadió 13 tantos, 8 rebotes y 3 tapones.
Boston se pone 1-0 en una serie que promete ser un regalo para los ojos de los aficionados al buen baloncesto.