Suele ocurrir cuando un jugador tiene mucho peso en un equipo y la escuadra va a empezar una reconstrucción pura y dura. Al final, el jugador forma parte activa en la elección de cuál quiere que sea su destino, o por lo menos descarta algunos a los que no quiere ir.
Este fue el caso de la salida de Nikola Vucevic de Orlando Magic tras permanecer 8 temporadas y media en el equipo, jugar 591 partidos de temporada regular y situarse como tercer anotador histórico de la franquicia, segundo reboteador, tercer taponador, sexto recuperador de balones y octavo pasador tras ser el cuarto jugador de Orlando con más partidos defendiendo la camiseta en fase regular. Una trayectoria brillante que le daba derecho a ser tratado bien por el club. Y así fue.
Cuenta Vucevic al Chicago Sun-Times que en todo momento estuvo al tanto de las negociaciones y de sus posibles destinos. "No fue una situación en la cual ellos me traspasan inesperadamente. Fue algo que discutimos mucho y fue acordado de manera mutua. No fue una situación en la que dijeron no te vamos a traspasar y luego te traspasan", ha reconocido el jugador, que habla de la comunicación fluida que mantuvo con los despachos del club.
Vucevic no tenía cabida en la reconstrucción del equipo, como no la tuvieron Evan Fournier y Aaron Gordon, y Orlando buscaba savia nueva para dicha reconstrucción, lo que hizo que a ambas partes les interesara separar sus caminos. Y llegó el acuerdo. Partieron de Orlando Vucevic y Al-Farouq Aminu y llegaron desde Chicago Otto Porter Jr., Wendell Carter Jr. y dos primeras rondas del draft.
El All-Star montenegrino reconoció que solo tiene pensamientos positivos hacia Orlando Magic, su gran hogar en la NBA tras pasar su temporada de rookie en los Sixers. "Nunca tendré malos sentimientos hacia Orlando", ha afirmado.
Lo cierto es que ahora está en un club con bastantes más aspiraciones que Orlando. Baste decir que Chicago Bulls ha empezado con marca de 12-7 y tiene unas perspectivas muy buenas en el muy complicado Este.