No tiene marcha atrás. Ben Simmons no quiere saber nada de los Sixers, tal y como prueba su negativa a reunirse en Los Ángeles, donde se encuentra el jugador, con sus compañeros de equipo, según ha avanzado Shams Charania en The Athletic.
Un grupo de compañeros de Simmons iba a volar en un jet privado a L.A. para hablar con el 3 veces All-Star e intentar convencerle de que se quede en el equipo, un grupo liderado por Joel Embiid, Tobias Harris y Matisse Thybulle, pero el All-Star australiano ha rechazado la reunión, lo que ha obligado a cancelar el viaje.
El intento de convencer a Simmons llega tres días después de que su entrenador, Doc Rivers, reconociera que el jugador pidió en agosto su traspaso, un Rivers que también hizo público hace tres días su deseo de que Simmons se quede en los Sixers, aunque muchos analistas consideran que todos estos intentos de reconciliación no buscan otra cosa que elevar el valor del jugador en un futuro traspaso, un valor que decaería si la ruptura se revela total, tal y como parece que ocurre actualmente.
Lo cierto es que este lunes es el Media Day de los Sixers, su presentación pública ante los medios, y Ben Simmons ni va estar en ese día tan señalado, ni va a acudir al campo de entrenamiento, ni tiene intención alguna de afrontar la pretemporada con los de Filadelfia, todo ello a pesar de que le quedan por cumplir 4 años de contrato con un salario por cobrar de 147 millones de dólares.
La ruptura entre las partes es evidente y la incapacidad de Sixers para encontrar un traspaso cuyas condiciones satisfagan a la franquicia, también. Por eso, The Athletic afirma que no se ve en el horizonte un traspaso inminente.
Rich Paul en acción
Mientras, el agente del jugador, Rich Paul, insiste en el deseo de su representado de salir de su actual equipo, según afirma el analista de ESPN Jay Williams.
Williams afirma que ha hablado con Paul y que este le ha confirmado lo que ya se sabe: "Queremos irnos. Queremos irnos. Y nosotros haremos todo lo que sea necesario para irnos", le habría dicho Paul a Williams.
Todo apunta, viendo cómo están las cosas, que tenemos culebrón para rato.