Problema a la vista. El origen del mismo es Andrew Wiggins y los damnificados serían el jugador y su equipo. El alero de Golden State Warriors podría perderse media temporada regular. Concretamente, podría no jugar todos los partidos como local.
La situación resulta peliaguda. Escribe sobre ella el San Francisco Chronicle.
El alero se niega a vacunarse para paliar los efectos de la Covid-19. Y esa negativa entra en colisión con la normativa sanitaria de la ciudad de San Francisco.
San Francisco solo permitirá acudir a eventos bajo techo a las personas vacunadas. Por ello, Wiggins no podría jugar en el Chase Center.
De ser así, Warriors se quedaría sin el jugador en los 41 partidos de casa. Y el jugador perdería algo más de 350.000 dólares por cada ausencia. Un auténtico boquete económico.
La NBA podría plantear una solución. Esta sería la concesión de una excepción religiosa a Wiggins. Toda vez que Wiggins asegura que no va a cambiar de opinión. Pero la última palabra la tendría el Departamento de Salud Pública de San Francisco.