Respuesta contundente de los Bucks en un momento ciertamente delicado. Milwaukee ganó de forma rotunda (120-100) a Phoenix para evitar un irreparable 3-0 y acortar su desventaja en las Finales hasta un 2-1 que devuelve la competitividad a la lucha por el título.
Victoria local inapelable con otro partido magistral de Giannis Antetokounmpo, que venía de hacer 42 puntos y 12 rebotes en el segundo juego.
El griego lideró a lo grande el triunfo de los suyos, se mostró intensísimo en la pista y acertadísimo en todos los recovecos esenciales del juego. Anteto sumó 41 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias, solo perdió 1 balón, presentó un 14 de 23 en el tiro de campo y estuvo especialmente acertado desde el tiro libre con una serie de 13 de 17, un inusual 76,5% de efectividad desde la línea de castigo.
La gran estrella de Milwaukee Bucks terminó el tercer cuarto con 34 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias, convirtiéndose en el cuarto jugador que en los últimos 25 años hace un 30-10-5 en los tres primeros cuartos en unas Finales. Le precedieron en la lista Michael Jordan, LeBron James y Kevin Durant. Un lista ilustrísima.
Junto al griego, un resucitado Jrue Holiday, vital en un momento clave del tercer cuarto y autor de 21 puntos y 9 asistencias, con buenos porcentajes de tiro y 5 triples anotados.
Ellos dos, Anteto en primer orden y Holiday en segundo término, fueron los jugadores esenciales en la victoria, sin olvidar la muy buena primera parte de Khris Middleton, que se apagó en la segunda, y las labores destacadísimas de Bobby Portis y Pat Connaughton desde la segunda unidad. P.J. Tucker fue también un jugador importante y Brook Lopez no rindió mal en los minutos que jugó, que no fueron muchos, ya que Budenholzer está incrementando su apuesta por Portis.
Milwaukee dominó el partido a partir del segundo cuarto, ¡un cuarto en el que anotó nada menos que 22 puntos desde la pintura!, y clarificó el duelo al terminar el tercer acto con un parcial de 16-0 que puso un rotundo 98-76 en el marcador.
En esos dos cuartos, el segundo y el tercero, los de Budenholzer anotaron 73 puntos, una auténtica barbaridad, una exuberancia ofensiva que se unió a una espectacular mejora defensiva de los de Wisconsin a partir del segundo cuarto.
Al descanso se llegó con un claro 60-45 tras un parcial en el segundo cuarto de 35-17, pero Phoenix reaccionó en el tercero con un enorme Cam Johnson, que hizo un mate por encima de P.J. Tucker sencillamente asombroso, importando poco que pudiera ser falta o no, ¡que jugada! Esa reacción puso a los Suns a solo 4 puntos de los Bucks, 74-70, pero en ese momento surgió el mejor Jrue Holiday para rescatar a Milwaukee con sus triples.
El 16-0 final del tercer cuarto, con 7 puntos de Anteto y 6 de Connaughton, mató a Phoenix, y el último cuarto ya fue un paseo militar para unos Bucks que llegaron a tener 25 puntos de ventaja (101-76).
Los Bucks dominaron el rebote, hicieron daño desde la pintura en la ofensiva y tiraron mejor que los Suns tanto desde el triple (Phoenix se quedó en 9 de 31) como desde, ¡y esto es noticia!, el libre, con los casi infalibles Suns firmando esta vez un pobre 11 de 16. Los puntos en segunda oportunidad también resultaron claves para hundir a los visitantes.
Phoenix no pudo ser esta vez Phoenix. El mal partido de Devin Booker (10 puntos con 3 de 14 en el tiro de campo y 1 de 7 desde el triple) y los problemas de faltas de Deandre Ayton, que hizo una enorme primera parte, adelgazaron la fibra competitiva del equipo de Monty Williams.
Chris Paul estuvo bien, pero no súper. Sumó 19 puntos y 9 asistencias. Ayton metió 18 puntos y capturó 9 rebotes, pero solo metió 2 puntos tras el descanso, quedando truncada su buena noche por las faltas. Excelente partido de Jae Crowder con 6 de 7 desde el triple y gran tercer cuarto de Cam Johnson, que terminó con 14 puntos.
Además del la mala noche de Booker y las faltas de Ayton, inexistencia en la ofensiva de un muy apagado Mikal Bridges, nada que ver con el jugador del segundo encuentro de estas Finales.
La buena noticia para Phoenix es que pudo jugar Torrey Craig tras su lesión en el segundo partido; la mala no es otra que Milwaukee pasa de estar contra las cuerdas a armarse de moral tras hacer un gran partido.