Lo que se esperaba ha sucedido. Indiana Pacers prescinde de su entrenador jefe, Nate Bjorkgren, después de una temporada llena de altibajos, lesiones, tensiones y problemas, una campaña en la que el técnico debutante no ha tenido buena sintonía con la plantilla.
Bjorkgren debutó como entrenador jefe en la NBA con Indiana y su experiencia se puede calificar como negativa. El equipo, que estaba llamado a clasificarse con comodidad para jugar los playoffs, terminó con una marca de 34-38 que le llevó a jugar el play-in, torneo en el que ganó el primer partido y perdió el segundo, quedando fuera de la postemporada.
La falta de química entre el cuerpo técnico y parte de sus jugadores salió a la luz al airearla los medios de comunicacion (y se reflejó con algunos episodios en la pista), lo que supuso una carga adicional de presión para un equipo que desarrolló una tumultuosa campaña en la que no faltaron las lesiones.
El fracaso del equipo contrastó con el éxito del que fuera hasta la pasada temporada su entrenador, Nate McMillan, que tras salir de una forma extraña de la franquicia está ahora mismo en segunda ronda de playoffs dirigiendo a Atlanta Hawks.
Bjorkgren, de 45 años, había acumulado 6 cursos como asistente en la NBA -3 en Suns y otros 3 en Raptors- antes de alcanzar su primera gran oportunidad con los Pacers.
Ahora mismo ya son 4 los equipos que tienen vacantes en el puesto de entrenador jefe, uniéndose Pacers a Celtics, Magic y Blazers.