La vuelta masiva de los aficionados a los pabellones de la NBA nos ha devuelto la mejor esencia del baloncesto competitivo, pero también está trayendo algunos quebraderos de cabeza a la liga, porque dentro de esa masa apasionada y pacífica siempre se esconden algunas actitudes lamentables.
La liga está batiendo récords en estos playoffs: ¡8 días de competición y ya han sido expulsados de la grada 6 aficionados en 4 incidentes en otros tantos pabellones, 3 de ellos situándose más allá de la ya grave acción de la agresión verbal!
Los 4 incidentes se han dirigido en contra de jugadores estelares o familiares de los mismos y se han registrado en las canchas de Knicks, Jazz, Sixers y Celtics.
Todo empezó en la serie Knicks-Hawks, en el Madison Square Garden, en la planetaria Nueva York. Allí, un aficionado de los Knicks escupió a la estrella rival, el base de Atlanta Hawks Trae Young. El aficionado, que no era titular de un abono del club, fue expulsado y se le ha vetado la entrada por tiempo indefinido.
También se ha vetado la entrada al pabellón de Utah Jazz a 3 aficionados del equipo que durante el segundo partido entre Jazz y Grizzlies se dedicaron a proferir insultos racistas contra Tee Morant, el padre de la estrella rival Ja Morant, y su esposa. Otros tres a los que se les ha aplicado el veto indefinido.
El incidente más llamativo a nivel visual y mediático fue el protagonizado por un seguidos de los Sixers. Russell Westbrook, base de los Wizards, se dirigía hacia el túnel de vestuarios lesionado cuando cayó sobre él una lluvia de palomitas. El jugador tuvo que ser parado por miembros de seguridad al entrar en cólera por la actitud del espectador, que fue expulsado del Wells Fargo Center. Se le ha retirado su abono de socio del club y no volverá a pisar la instalación deportiva, una prohibición que se extenderá a cualquier evento no relacionado con el baloncesto que se lleve a cabo en ella.
El último altercado lamentable tuvo lugar este domingo en el TD Garden. Esta vez fue el exjugador de los Celtics Kyrie Irving la víctima de la ira procedente de la grada. A la finalización del cuarto partido entre Boston y Brooklyn, un espectador le lanzó una botella de plástico, un incidente serio que no tuvo consecuencias físicas. El aficionado fue detenido y también tendrá vetado entrar más en el pabellón.
Es un número de incidentes muy superior a la media habitual que se registra en la NBA. ¿Se enfrenta el baloncesto pandémico a una pequeña epidemia de violencia en la grada? El futuro lo dirá. Pero en lo que hay que insistir es que la inmensa mayoría de los aficionados sigue acudiendo a los partidos a divertirse, de eso no hay ninguna duda, ajenos por completo a este tipo de actitudes lamentables.