Se agotan los elogios. Otra vez Gregg Popovich y sus Spurs. Otro milagro en la cancha de no creer. Victoria ante Pelicans. Con los Spurs en cuadro por culpa de la pandemia. Sin Rudy Gay. Sin Derrick White. Sin Keldon Johnson. Sin Devin Vassell. Con DeMar DeRozan regresando de enterrar a su padre. Con LaMarcus Aldridge recién recuperado de una pequeña lesión. Increíble ejemplo de superación y espíritu competitivo el de estos Spurs.
San Antonio derrotó 117-114 a Pelicans. Los de Stan Van Gundy están en la acera de enfrente. En la de los equipos decepcionantes. En la de las escuadras que andan a años luz de sus expectativas. ¡Los Spurs están en una marca de 17-12! ¡Pelicans anda en un 14-19! ¡Quién lo iba a decir!
DeMar DeRozan merece un capítulo aparte. Se perdió el anterior partido por la muerte de su padre. Volvió al juego. Y lo hizo a lo grande. Firmando 32 puntos, 11 asistencias y solo una pérdida. Y culminando todo con el mate que puso ya el cierre al partido. El que colocó el 117-111 en el marcador a falta de 11,4 segundos. Fue el líder indiscutible de los suyos en la victoria.
Pero es que Spurs fue mucho más que un gran DeRozan. Fue ante todo un equipo. Tuvo San Antonio a 6 jugadores en dobles dígitos encestadores. ¡Ya tenía a 5 al descanso!
Al final, 21 puntos en 23 minutos para el suplente LaMarcus Aldridge. Dejounte Murray hizo 18 tantos, 7 rebotes, 7 asistencias y 3 robos. Es un tipo muy completo. Y está en su mejor versión cuando no excede sus límites. Lonnie Walker IV sumó 17 puntos.
Spurs sobrevivió a sus serios problemas con el rebote. Y dejó a los Pelicans lamiéndose sus heridas. Y son muchas. Porque New Orleans presenta marca de 3-7 en sus últimos 10 partidos.
De nada sirvieron los 29 puntos de Brandon Ingram. Aunque solo hizo 4 en el cuarto final. Ni los 23 más 15 rebotes de Zion Williamson. Esta vez no fue el súper Zion de anteriores partidos. Ni los 19 de Eric Bledsoe. Tampoco los buenos minutos del español Willy Hernangómez. El madrileño logró 12 puntos y 8 rebotes en 18 minutos. Sigue aprovechando su oportunidad.
En el lado negativo, Josh Hart. Con 0 de 8 en el tiro. Y Lonzo Ball. El base estaba inmenso esta temporada desde el triple. Pero esta vez se autoinmoló desde la línea de 3. Hizo 3 de 12. Y lo peor fueron sus fallos en la recta final. Cuando estaba decidiéndose el partido no acertó. Falló un triple con 114-111 en contra. Y otro con marcador de 115-111. Para luego, con el tiempo ya prácticamente extinguido, anotar el triple cuando ya no valía de nada. Y Pelicans no está para anotar los tiros cuando ya no hay remedio.