Fue una de las imágenes de la larga jornada disputada anoche en la NBA. Entre los 11 partidos programados, uno empezó de un modo distinto. Tuvo ese inicio anómalo por una cuestión reivindicativa, por un sentido de protesta.
Salto inicial en el Bucks-Pistons, un salto que no tuvo lugar como tal, ya que solo lo 'disputó' el local Brook Lopez, que palmeó hacia atrás para que el balón llegara a Giannis Antetokounmpo. Entonces, el griego lanzó el balón fuera de los límites de la cancha y los 10 jugadores de Milwaukee y Detroit hincaron la rodilla en la pista en señal de protesta. Una imagen para el recuerdo.
Reivindicaban la justicia social y la igualdad racial, y se oponían, aquí estaba el origen de la protesta, a la decisión de los fiscales de Kenosha (Wisconsin, el estado de Milwaukee) de no presentar cargos penales contra los agentes de policía que tirotearon en agosto a Jacob Blake. Se considera que la acción fue en defensa propia.
Esa decisión ha indignado a los jugadores de la NBA, que, cabe recordar, iniciaron por aquel caso un parón competitivo en la burbuja de Orlando que se prolongó durante tres días, unos jugadores que han apoyado y magnificado el movimiento social Black Lives Matter.
El Fiserv Forum fue anoche un escenario más de ese espíritu reivindicativo que llevó a aquel plante iniciado en la burbuja por los propios Bucks.
La acción coincidió además con un día histórico en Estados Unidos, un día para la infamia en el que seguidores radicales de Donald Trump asaltaron el Capitolio pisoteando la democracia ante los ojos atónitos de todo el planeta, una acción que ha provocado muchas reacciones en el seno de la NBA a través de comunicados oficiales y mensajes en las redes sociales.
Por eso, en la acción de los jugadores, también de los cuerpos técnicos, de Bucks y Pistons latía un mensaje que iba más allá de Kenosha.