Impresionante. Jimmy Butler se elevó a los cielos para firmar una actuación apoteósica y llevar a Miami Heat ante una más que improbable victoria. Sin Bam Adebayo y sin Goran Dragic, Butler ofreció una sobredosis excitante de sí mismo para meter a los Heat en la Finales.
Heroicos estos Miami Heat, capaces de lo imposible. El equipo de Erik Spoelstra planteó una magnífica defensa que anuló a Anthony Davis, dominó el marcador, resistió los intentos de remontada de Lakers y volvió a jugar con extrema calma un final apretado. El resultado, 115-104 y Finales rescatadas del subsuelo para otorgarles un aire que nadie esperaba.
Lo de Butler ha sido simplemente antológico. Su anterior actuación ya había resultado espectacular si se tiene en cuenta que venía de un duro esguince de tobillo en el partido inaugural, pero es que la de hoy ha sido una actuación colosal. Omnipresente el alero de Miami hasta firmar un triple-doble histórico y dominar la pista en estos tiempos que corren sin necesidad de lanzar un solo triple.
Ha acabado Butler con 40 puntos, 11 rebotes, 13 asistencias, 14 de 20 en el tiro de campo y 12 de 14 en libres. Puso 2 tapones y robó 2 balones. Con él en cancha su equipo logró un +20 en el marcador. Fueron 45 minutos en pista para enmarcar. Solo otros dos jugadores habían logrado un triple-doble de 40 o más puntos en unas Finales: Jerry West y LeBron James.
Precisamente LeBron fue testigo de la hazaña, incluso defendió personalmente a Butler sin éxito en momentos importantes del partido. También fue testigo LeBron del gatillazo de su equipo. Se fue de la cancha según acabó el juego sin saludar a nadie, y atravesó los pasillos camino del vestuario con cara de muy pocos amigos. No era para menos. Lakers había perdido una oportunidad pintiparada para haber cerrado prácticamente las Finales.
Mientras, a Butler le acompañó otra vez Kelly Olynyk, que volvió a firmar otra gran actuación con 17 puntos y 7 rebotes, y Tyler Herro, que vivió una noche horrible en el tiro (6 de 18), pero que supo renacer de sus cenizas en el último cuarto para acabar con 17 puntos también.
Llegaron igualmente a la decena anotada Jae Crowder, fantástico su trabajo defensivo, y Duncan Robinson.
Miami estuvo por encima del 50% de acierto en el tiro, volvió a estar acertado desde el tiro libre, aguantó como pudo la lucha por el rebote y defendió a un grandísimo nivel, haciendo hincapié en las ayudas en torno a Anthony Davis, fantásticas durante toda la noche.
A Lakers le mató el partido gris del brillante Davis (15 puntos, 5 rebotes y solo 9 tiros a canasta) y, sobre todo, las pérdidas de balón, que fueron 20 en todo el encuentro y nada menos que 14 en la primera parte (¡10 en el primer cuarto!).
LeBron James fue el mejor de los suyos con 25 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias, aunque extravió 8 bolas. Pero lo realmente positivo para Lakers en una noche muy negativa vino de las actuaciones de dos hombres de gran calidad que tienen que aportar a este equipo: Markieff Morris (19 puntos con 5 triples) y Kyle Kuzma (otros 19 con 4 triples).
En el lado negativo, el 1 de 11 en el tiro que acumularon Danny Green y Kentavious Caldwell-Pope, la falta de dominio en la pista de Anthony Davis y esas pérdidas de balón excesivas por parte del equipo, que remontó dos veces diferencias de 13 puntos (primer cuarto) y 14 (en el tercero), pero que no fue capaz de rematar.
Miami dominó el marcador durante casi todo el partido y mereció la victoria por juego y por actitud en la cancha.
El primer cuarto ya resultó llamativo. La defensa de Lakers irrumpió en el partido dormida hasta encajar 16 puntos en 4 minutos y los Heat adquirieron ventaja de 13 puntos (22-9) con 8 minutos de partido jugados.
A pesar de ello, Lakers se fue del cuarto perdiendo solo por 26-23 tras un inicio de Davis para olvidar: 0 puntos, 0 rebotes, 1 asistencia, 0 lanzamientos a canasta, 4 pérdidas de balón y 2 faltas. Ese fue su calamitoso cuarto. Como calamitosas fueron las 10 pérdidas de balón del equipo. A Lakers, eso sí, le fue bien con el quinteto integrado por LeBron, Morris, Kuzma, Rondo y Caruso.
El segundo cuarto empezó con Lakers adquiriendo ventaja y yéndose incluso 4 arriba (33-37) con un triple de Caruso. A partir de ahí, Butler a lo grande, defensa notable de Heat, tercera falta de Davis, +7 para Heat tras parcial de 11-0... y duelo en el cuarto, gran duelo, entre Butler y James. Triples en la parte final de jugadores de fondo de rotación como Solomon Hill y J.R. Smith, y 58-54 al descanso.
Ese 58-54 parecía marcar el fin de Miami, ya que jugando muy bien y haciéndolo de forma gris Lakers el resultado se mostraba equilibrado. Davis, por entonces, estaba en 5 puntos, mientras que Butler y LeBron enamoraban con su juego. Los angelinos sobrevivían gracias al triple y a su segunda unidad (29 puntos por 13 la de Miami), pero sucumbían debido a que no dominaban el rebote y habían perdido ya 14 balones.
Nada más empezar el tercer cuarto Davis cometió su cuarta falta, pero Frank Vogel decidió mantenerlo en cancha. A pesar de ello, Miami empezó como un tiro, y con parcial de 10-0 adquirió su máxima ventaja del partido hasta llegar a un marcador de 68-54. Hasta 4 minutos tardó Lakers en estrenar su ofensiva.
El juego se hacía cada vez más físico, Miami aguantaba el envite, Butler iba al choque sin guardar nada (penetró mucho a canasta y acabó con más de un golpe duro contra el suelo) y Lakers, en medio de su partido gris, conseguía, no se sabe muy bien cómo, remontar. Bueno, sí, remontaba por simple calidad, más que por actitud. De 14 en contra pasó a 5 de desventaja, y terminó el cuarto perdiendo 85-80. Miami había incluso corrido la pista varias veces y Butler ya estaba con 30 puntos.
Arrancó el cuarto final con Lakers recuperando el marcador. Una canasta de Rondo ponía el 89-91 con 8:55 por jugar. Olía a tragedia para los de Florida. Pero no fue así. Miami nunca perdió el norte, jamás perdió la fe, nunca dejó de remar en grupo.
Butler capturó su décimo rebote para firmar el triple-doble y tiró de los suyos para llevarlos a ventaja de 8 que fue incrementándose.
El final de Miami resultó ejemplar, como ha solido hacer este equipo en estos playoffs. Butler puso el 109-100, un 2+1 de Herro dejó el luminoso en 112-102 y un triple de Duncan Robinson mató el partido al situar el marcador en 115-102 jugándose ya el minuto final. Parcial desde que Rondo puso por delante a Lakers, 26-11 para Heat.
Los últimos segundos carecieron de emoción. Butler saboreaba su gran noche, Miami Heat respiraba aliviado, Lakers no se lo creía y LeBron se iba a vestuarios con un cabreo de muy señor mío.
No se sabe muy bien si esto ha sido una alucinación de nuestras mentes, pero lo cierto es que aún hay Finales, y con ello tiempo para que Miami recupere a algún lesionado. De ahí el enfado mayúsculo de LeBron. Los Lakers aún no han ganado el título.