Poco a poco se han ido conociendo aspectos contemplados por la NBA a la hora de retomar la actividad deportiva en la sede única de Orlando, en las instalaciones de Disney World, una burbuja que será permeable pero que estará llena de reglas estrictas.
El extenso texto es una muestra de cómo la NBA no quiere dejar pasar ningún detalle a la hora de velar por la salud y seguridad de todos los involucrados en el regreso del juego, aunque está claro que resulta imposible modelar todos y cada uno de los aspectos que lleva emparejados esta faraónica propuesta.
El nivel de minuciosidad lleva al manual elaborado por la NBA a fijar incluso las reglas con las que se podrá jugar al tenis de mesa en los hoteles o la regulación de los juegos de cartas.
Los equipos se alojarán en tres hoteles y jugarán los partidos en tres pabellones.
Cada equipo podrá llevar a Orlando a 17 jugadores dentro de una delegación que tendrá un máximo de 37 personas (se recomienda que una de ellas sea un experto en salud mental). Según avancen los playoffs podrán agregarse personas o haber recambios. Dos empleados podrán sumarse al equipo al pasar la primera ronda y otros dos más tras superar las semifinales de conferencia.
Además, cada club podrá reservar, tras la primera ronda de la postemporada, entre 15 y 17 habitaciones de su hotel para invitados. Para entonces solo quedarán 8 equipos en Orlando. Esos invitados tendrán que pasar controles médicos y cada habitación será pagada por el jugador a cargo del cual estén los invitados.
Positivos por Covid-19
Si un jugador da positivo por el nuevo coronavirus será aislado, se le efectuará una nueva prueba por si ha dado un falso positivo y de confirmarse su infección tendrá que permanecer durante 14 días en descanso. En ese período no podrá hacer ejercicio para prevenir riesgos cardiovasculares y se someterá a pruebas cardíacas.
Todos los jugadores en competición se harán pruebas regulares de Covid-19. No serán diarias salvo en circunstancias especiales. La NBA se anticipa al hecho de que haya jugadores que den positivo, algo que se da como algo normal. Si el número es pequeño la competición no se verá alterada, si bien el texto no especifica cuál es el tope de casos que implicaría una suspensión de la competición.
Cada franquicia podrá designar a un jugador como "jugador protegido" si su historial médico determina que presenta un riesgo mayor ante la enfermedad. Tres expertos médicos revisarán el historial de todos los jugadores. Un jugador designado como protegido no perderá su salario si no puede jugar, tal y como les pasa a los jugadores lesionados que no van a acudir a Orlando.
Cada equipo podrá designar además a algún entrenador o miembro de su personal como protegido. Sería, por ejemplo, el caso de los entrenadores de 65 o más años siempre que su historial médico presente algún tipo de riesgo.
Un universo Disney poco mágico
El de Disney no va a ser un cuento fácil. Lo primero que harán los jugadores será permanecer aislados 48 horas en sus habitaciones y tendrán que dar negativo en dos pruebas para asegurar una burbuja sin virus, algo que tendrán que hacer también todos los miembros de cada delegación.
Solo a partir del 21 de julio podrán socializar los jugadores con jugadores que se encuentran alojados en otros hoteles, para minimizar posibles brotes.
El uso de mascarillas será obligatorio en los recintos cerrados, pero no en las actividades al aire libre. El plan regula el uso de las piscinas, los senderos y los campos de golf. En cuanto a los entrenamientos, cada equipo podrá ejercitarse en bloques de tres horas en los pabellones o en los salones de los hoteles.
Cada delegación tendrá su propio chef y su propia sala de comidas, aunque también podrán comer en restaurantes de la burbuja, cerrados para ellos, o incluso, y esta es una excepción inesperada, en una serie de restaurantes locales seleccionados.
'Espectadores' en los partidos
No habrá aficionados en los partidos, pero sí 'espectadores'. Podrán estar en las gradas jugadores de otros equipos, un grupo limitado de medios de comunicación, ejecutivos de las franquicias, personal de la liga y algunos patrocinadores. También habrá un speaker.
Los jugadores se vestirán en el hotel y al término del partido volverán al mismo para ducharse en sus habitaciones. Es decir, los vestuarios del pabellón quedan, lógicamente, suprimidos.
No habrá control alguno sobre drogas recreativas, pero sí sobre sustancias dopantes que mejoren el rendimiento.
Estas son solo algunas de las normas de la nueva vida de la NBA en plena pandemia. Es un resumen muy somero, porque el plan de salud y seguridad de la NBA tiene más de 100 páginas. La liga no quiere sobresaltos, aunque parece casi imposible que no los haya.