El coronavirus incide ya de forma directa en la NBA. El Warriors-Nets que se ha de disputar mañana jueves será el primer partido que se jugará a puerta cerrada por culpa del avance de la pandemia. La orden ha partido de San Francisco.
San Francisco prohíbe celebrar eventos en los que se reúnan más de 1.000 personas. Por eso, el Chase Center permanecerá sin público durante el partido.
La situación ha sido comunicada por la franquicia de la Bahía de San Francisco, que ha explicado que la escalada del coronavirus ha obligado a tomar esta decisión de acuerdo con lo fijado por la ciudad y por el condado de San Francisco.
El club reembolsará el dinero correspondiente a los aficionados perjudicados por la medida.
Warriors tiene a partir del jueves un plazo amplio sin partidos en casa. Protagonizará una gira que no le hará volver al Chase Center hasta el 25 de marzo.
La NBA ya había planteado la posibilidad de tener que jugar partidos a puerta cerrada por el avance del coronavirus, un planteamiento que algunos jugadores aceptaron a regañadientes y que otros, como LeBron James, consideraron impensable, aunque cada día que pasa esa posibilidad es más real.