La jornada sabatina de concursos devolvió el esplendor perdido al All-Star. Primero, con un notable Concurso de Triples; después, con un sobresaliente Concurso de Mates. Tremendo el duelo protagonizado por Derrick Jones Jr. y Aaron Gordon.
Todo quedaba en Florida. Los jugadores de Miami Heat y Orlando Magic dieron lustre a un concurso venido a menos últimamente. Lo hicieron con vuelos sin motor de todos los calibres. Lo hicieron a partir de la competitividad extrema. Lo hicieron apurando el físico hasta la extenuación. El título para Jones Jr. en el día en el que cumplía 23 años. Hubo tarta y vela como recordatorio. En pleno concurso.
Fue un concurso a la altura de los mejores concursos de la historia. Un duelo sin fin que se decidió por un suspiro en una competencia en la que lo peor fue el jurado, un jurado sin criterio, que se ahogó en el 50 perpetuo tras dar un 50 completamente injusto a Gordon en su primera volcada y que luego no fue demasiado justo con el propio Gordon en el momento de la verdad.
Se quedó Gordon otra vez al borde del título, rumiando su derrota sin encontrar explicación al 47 final que le dejó sin copa. Perdió tras sumar 197 puntos en los 4 mates de la final por los 198 de Derrick Jones Jr. Ambos tuvieron que hacer 6 mates a lo largo de la noche, 2 más de lo previsto inicialmente.
Jones Jr. fue mejor, posiblemente, en el cómputo global (fantástico su segundo mate en la primera ronda), pero Gordon fue mejor, posiblemente, en la final, con una volcada formidable a pase de Markelle Fultz contra el canto del tablero (tremendo el dominio en el aire de Gordon con un giro pleno de estética) y con un mate final pasando por encima de los 2,26 del gigante Tacko Fall, toda una proeza por mucho que tocara su cabeza.
Sin embargo, el último mate de Derrick Jones Jr. le valió 48 puntos -un ejercicio en carrera a lo Zach LaVine- y ese último de Gordon sobre el gigante Fall solo le valió 47. Ahí estuvo el desenlace.
En la primera ronda cayeron un Dwight Howard alejado de su físico de antaño, un Howard que hizo un primer mate pobre y un segundo recordando su pasado de Superman y con un balón con homenaje a Kobe Bryant, y un Pat Connaughton que compitió de forma excelente, con un tributo inicial a la película "Los blancos no la saben meter" y después con un matazo sobre la cabeza de Giannis Antetokounmpo en el que tuvo tiempo en el aire para enviar el balón al tablero, recogerlo y hundirlo en el aro.
Luego vendría el interminable duelo en la final de Jones Jr. y Gordon, un memorable duelo en las alturas registrado en Chicago, el hogar de Michael Jordan, ese mito recordado como Air Jordan, un dios del vuelo con herederos.