El despropósito de los Knicks no parece tener fin. Cada temporada que pasa, lejos de menguar, se incrementa el caos en la franquicia. Un buen ejemplo es lo ocurrido hoy: Knicks ha despedido a su presidente cuando faltan dos días para que se cierre el mercado invernal.
Hecho poco común. El 6 de febrero es el 'deadline' del mercado y New York prescinde de su máximo directivo en el orden deportivo en plena vorágine de negociaciones y cierre de acuerdos.
Steve Mills, de 60 años, deja de ser presidente de un club con el que tenía una relación extensa desde que en 2003 se uniera a Madison Square Garden. Más tarde, Mills fue nombrado en 2013 vicepresidente ejecutivo de Knicks, accedió en 2014 al cargo de general manager y en 2017 al de presidente.
El propietario del club, James Dolan, asegura en un comunicado que se trata de una decisión tomada de mutuo acuerdo, a la par que agradece a Mills sus muchos años de dedicación a la franquicia, una franquicia que esta temporada ya despidió a su entrenador, David Fizdale, colocando a Mike Miller como entrenador interino.
La marcha de los Knicks no invita al optimismo, con marca de 15-36 que le aleja de los puestos de playoffs.
El deseo de Dolan es contratar como presidente al prestigioso Masai Ujiri, que sigue trabajando en clave de éxito con Raptors tras proclamarse campeón de la NBA en 2019.
El problema para New York es que no parece nada fácil que Ujiri pueda recalar en los Knicks.
Por ahora, el general manager, Scott Perry, tomará las competencias de Mills de forma interina, según ha comunicado la franquicia.