Todo puede ir a peor. Bien lo sabe Chandler Parsons. Su carrera NBA es una ruina. Y solo tiene 31 años.
Ahora, el jugador de Hawks ha sufrido un accidente de tráfico. Ocurrió ayer miércoles. El alero sufre una conmoción cerebral y un latigazo cervical. Su equipo ha informado sobre su situación.
Ello hace que Parsons entre en el protocolo de la NBA. El protocolo aplicado a jugadores con conmociones cerebrales. Por eso, no viajará con su equipo a Texas. El viernes jugarán los Hawks contra los Spurs. No estará Parsons.
De todos modos, a él le afectará poco ese protocolo. Porque apenas está jugando con Atlanta Hawks en su primer curso con el equipo. Presumiblemente, también el último.
En lo que va de temporada se ha vestido 5 veces de corto. Promedia 2,8 puntos. Su deriva como jugador resulta espectacular.
Recordemos que Parsons firmó un contratazo en 2016. Llegó como una estrella a Memphis Grizzlies. Le hicieron inexplicablemente la oferta máxima. Contrato de casi 95 millones de dólares por 4 años. Ni siquiera los cumplió. Solo estuvo 3 años en Memphis. Lesionado un día sí y otro también. Jugó 34, 36 y 25 partidos en cada una de esas 3 campañas. Una ruina completa para Grizzlies.
Memphis lo traspasó a Hawks. Y en Atlanta está cumpliendo el último año de ese contratazo. Sin hacer ruido hasta el accidente. Prácticamente invisible.