Regresó Klay Thompson y de forma totalmente inesperada Kevon Looney. Ambos rindieron a bastante buen nivel, pero de nada sirvió. Porque Toronto volvió a dar una lección magistral de juego a partir de una soberbia segunda parte.
Los Raptors ganaron 92-105 a partir de la defensa para ponerse 3-1 en las Finales de la NBA y situarse a un paso del título, título que podrían ganar si vencen el próximo encuentro en su casa, ya que la serie vuelve a Canadá tras ganar los de Nick Nurse los 2 partidos jugados en el Oracle Arena.
Kawhi Leonard se postula como MVP de las Finales si su equipo concreta el triunfo. En el cuarto partido nueva exhibición del alero que ya ganara el premio de MVP de las Finales en su día con los Spurs. Leonard terminó el partido con 36 puntos, 12 rebotes, 4 robos de balón y 5 triples. Un vendaval infinito.
A su lado, el factor Serge Ibaka. Si ya hizo Ibaka una gran segunda parte en el tercer juego, esta vez nos dejó un enorme partido de principio a fin. Inmenso el hispano-congoleño, que partiendo desde la suplencia sumó 20 puntos en 22 minutos con 9 de 12 en el tiro. Gran acierto, intensidad máxima en los dos lados de la cancha y un par de tapones como sello defensivo.
Pascal Siakam sumó 19 tantos y Fred VanVleet volvió a hacerlo bien hasta que tuvo que retirarse de la pista en el último cuarto tras darle un tremendo codazo involuntario en la cara Shaun Livingston. VanVleet se fue a vestuarios sangrando y aturdido, recibió 7 puntos de sutura en el rostro, perdió una pieza dental y no se le detectaron signos de conmoción cerebral. Y a Livingston tuvieron que vendarle el codo.
Además, 10 puntos y 7 asistencias de un intenso Kyle Lowry, más intenso que acertado, y 9 tantos y 7 rebotes de Marc Gasol en 28 minutos de acción. Ambos defendieron a gran nivel.
Toronto metió 23 de sus 24 tiros libres, solo perdió 9 balones y terminó equilibrando el rebote, una faceta que fue una pesadilla para el equipo en la primera parte.
Los de Nurse aguantaron al descanso tras ir perdiendo por una máxima de 11 puntos en el primer cuarto (23-12). En el ecuador, 46-42 con los dos equipos horribles desde el triple (4 de 30 entre ambos). Toronto aguantaba el marcador pese a estar con un 34,9% en el tiro de campo, haber dado solo 7 asistencias y haber sufrido un 24-2 en el rebote en el aro local.
La clave del partido radicó en el tercer cuarto. La reanudación del juego se abrió con dos triples seguidos de Kawhi que adelantaron a los visitantes 46-48. A partir de ahí, la cosa cambió. Y fueron la irrupción posterior en el juego ofensivo de Ibaka y Leonard las que desnivelaron la contienda llegando a poner a Toronto con 13 puntos de ventaja (64-77) tras un parcial de 21-6. Al final del tercer acto, 67-79 para los de Ontario con 31 puntos de Kawhi (14 en el primer cuarto, 0 en el segundo y nada menos que 17 en el tercero). Parcial del cuarto: 21-37.
Tras tamaña exhibición, VanVleet arrancó el último cuarto metiendo un triple y poniendo 15 puntos arriba a su equipo, 15 que se convirtieron en 16 tras otro triple de Leonard poco después. La defensa y la circulación de balón de Toronto eran ejemplares, Warriors andaba francamente perdido, sin capacidad de reacción, noqueado. Ibaka cometió su quinta falta, Stephen Curry hizo un amago de remontada que se quedó en nada y los Raptors controlaron a su antojo el final del partido.
Pausaron los ataques los Raptors, se quedaron con el tempo del partido y ejercieron un control propio de un equipo experimentado, como lo que realmente es Toronto.
Los rostros de los jugadores locales lo decían todo, mientras el público se marchaba del pabellón. No habían servido los 28 puntos con 6 triples de Klay Thompson en un gran regreso, los 27 de Stephen Curry, ni el casi triple-doble de Draymond Green (10 tantos, 9 rebotes y 12 asistencias), que terminó ganándose a pulso una técnica tras andar pegando gritos a los árbitros todo el partido.
Kevon Looney regresó por sorpresa y lo hizo bien, pero a Golden State le faltaron las aportaciones de Andre Iguodala y de un DeMarcus Cousins desfondado que solo jugó 15 minutos.
Mal el equipo desde el triple, 17 pérdidas de balón en su haber y una situación que ahora se antoja de auténtica emergencia. A los Warriors se les escapa el título sin haber puesto todavía en cancha al lesionado Kevin Durant. Los que se empeñaban en empequeñecer a los Raptors empiezan ahora a arrepentirse.