Goran Dragic reinó en la gran noche eslovena. Nunca la NBA había sido tan eslovena. Tanto lo fue que el entrenador de Miami Heat, Erik Spoelstra afirmó tras el Heat-Mavericks: "Sentí que estábamos en Liubiana".
El pabellón de Miami Heat parecía situado en la misma Eslovenia, con 2.000 aficionados del país europeo en sus gradas para ver el duelo entre sus dos grandes estrellas: el local Goran Dragic y el visitante Luka Doncic, los dos jugadores que llevaron a su país a ganar su primer Eurobasket.
Dragic se llevó el gato al agua tanto en lo individual como en lo colectivo al lograr el segundo triple-doble de su carrera NBA con 23 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias. El base de Miami lideró la victoria de los suyos por 105-99 en un apretado encuentro, un triunfo que sirve para que Heat arrebate la octava plaza del Este a Orlando Magic.
Miami se lo jugaba todo; Dallas, nada. Y la noche fue de Dragic, 32 años, 11 temporadas en la NBA, All-Star en 2018. Experiencia máxima.
Doncic era el rival. Su compañero de selección. Solo 20 años, rookie en la NBA, favorito para ser Novato del Año, extraordinario palmarés en Europa. Y anoche, según dijo, viviendo un momento muy especial que le dejó algo nervioso. No rindió como en sus mejores noches.
El ex del Real Madrid hizo 19 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias, pero con 6 de 18 en el tiro y 6 pérdidas de balón.
Fue tal la noche eslovena que el posible último duelo entre las superestrellas Dwyane Wade y Dirk Nowitzki pasó casi desapercibido.