Todo el optimismo transformado en preocupación. J.J. Barea estaba haciendo una temporada fantástica con 34 años. Se le veía feliz dentro y fuera de la cancha, esperanzado por el nuevo proyecto de los Mavs encabezado por Luka Doncic. Pero una gran sombra se cierne ahora sobre él.
El base boricua estaba haciendo anoche otro partidazo. Llevaba 16 puntos y 7 asistencias en 22 minutos de juego en el Timberwolves-Mavericks hasta que llegó el momento fatídico a 6:28 del final.
El jugador se echó mano a la parte baja de la pierna derecha y tuvo que retirarse del partido, y ahora su equipo teme que sufra una lesión en el tendón de Aquiles, una de las más graves lesiones que puede afrontar un jugador de baloncesto y que normalmente no tarda en curar menos de un año, con las complicaciones añadidas que implica tener una lesión así con 34 años.
J.J. se someterá hoy sábado a una resonancia magnética para calibrar cuál es el estado del tendón de Aquiles derecho.
La única esperanza es que ocurra lo mismo que pasó en el pasado, cuando Barea tuvo problemas en esa zona del cuerpo sin que finalmente afectaran al tendón.
El jugador de Mayagüez llevaba una temporada excelente, rindiendo a gran nivel desde la segunda unidad. Estaba en promedios de 10,9 puntos y 5,6 asistencias jugando 19,8 minutos.