Jeremy Lin está de vuelta. Ya ha jugado su primer partido con Atlanta Hawks. Lo ha hecho tras permanecer prácticamente un año sin jugar. Lin se lesionó en el primer partido de la pasada temporada. Entonces militaba en Brooklyn Nets.
Fue el 18 de octubre de 2017. En el primer partido de la temporada. Lin se dañó la rodilla derecha. Llovía sobre mojado. En sus 2 temporadas con Brooklyn jugó 37 partidos. Un desastre.
El jugador fue traspasado a Atlanta. Y debutó de forma oficiosa ante Pelicans. Jugó 16 minutos. Partió desde la suplencia. Hizo 4 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias y 2 pérdidas. Una presencia sin pena ni gloria. Habrá que tener paciencia.
Lin tiene ya 30 años. Está a años luz de aquel jugador con desparpajo que tuvo su momento mágico en los Knicks. Poco a poco ha ido perdiendo esa magia. Aunque el tirón publicitario en el mercado asiático aún le acompaña.
Jugador atípico. Por su origen. Nacido en Palo Alto (California). Formado en la muy prestigiosa Harvard. Una universidad al alcance académico de muy pocos jugadores de baloncesto. Siempre tuvo una gran cabeza. Pero el físico le ha ido abandonando. Suma ya 7 equipos en 9 años como profesional. A pesar de ello todavía conserva un salario espectacular. Muy alejado de su rendimiento. En Atlanta aún confían en recuperarle para la causa.