Caras de sorpresa y de incredulidad. Cuando el avión de Oklahoma City Thunder aterrizó pasada la una de la madrugada en Chicago presentaba un aspecto inusual: ¡el morro estaba abollado, muy abollado! Nadie durante el vuelo ni en el aterrizaje sintió nada extraño.
El equipo había perdido 119-116 ante los Wolves en Mineápolis y voló a Chicago para enfrentarse a los Bulls. Fue un vuelo con algunas turbulencia, nada lejos de lo habitual.
Al aterrizar, todos andaban sorprendidos. Sin saber qué había chocado contra la parte delantera del aparato para dejarlo así.
La compañía Delta, propietaria del avión, informó mediante un comunicado que el origen del gran bollo podría estar en la colisión de un pájaro contra el avión en el aterrizaje.