Los Warriors no gozan de elecciones de draft vista su gran situación deportiva, pero cada año van arañando a su modo jugadores jóvenes que les pueden ser muy útiles. En 2016 compraron en el draft a Patrick McCaw, que ha funcionado bien como novato, y anoche hicieron lo propio con Jordan Bell.
Lo más espectacular de este segundo caso es que Golden State pagó 3,5 millones de dólares a Chicago Bulls por quedarse con el puesto 38º del draft. O lo que es lo mismo, por quedarse con Bell. Jamás se había pagado tanto dinero por un jugador de segunda ronda.
Bell es un ala-pívot de 2,05 y 22 años que jugó durante 3 cursos en Oregon, un equipo universitario potente. En su último año promedió 10,9 puntos, 8,8 rebotes y 2,2 tapones en 39 partidos.
Se trata de un jugador limitado técnicamente y parco en movimientos ofensivos, pero con un notable desempeño como defensor interior y, especialmente, como intimidador (con gran capacidad para taponar). Podría ser un jugador útil para unos Warriors que buscan interiores con movilidad y capacidad defensiva.
La elección estaba en poder de Chicago Bulls a raíz del traspaso de Luol Deng en 2014. Económicamente, Bulls le sacó anoche el máximo partido posible a esa elección, pero en Chicago ha caído como un jarro de agua fría el traspaso de Jimmy Butler, más aún teniendo en cuenta el retorno que el equipo obtuvo por perder a su estrella.