Warriors es una auténtica apisonadora. Cleveland hizo un partidazo, su mejor encuentro de las Finales, y sin embargo perdió en casa 113-118 un partido que tenía en sus manos. Kevin Durant fue el elemento diferenciador en el final del partido.
Durant anotó 7 puntos en el momento de la verdad para poner 3-0 a su equipo en las Finales. El alero formó un trío letal en la ofensiva con Klay Thompson y Stephen Curry. A ellos se sumaron las notables actuaciones de esos dos fabulosos todoterrenos que son Andre Iguodala y Draymond Green, otra vez metido en problemas de faltas. Especialmente importante Iggy.
De nada sirvieron los 77 puntos de LeBron James (39 tantos) y Kyrie Irving (38), cuya resurrección invitó a la esperanza de la afición de Cleveland.
Cavaliers 113 Warriors 118 (0-3)
Un triple de J.R. Smith puso el 113-107 a algo más de 3 minutos del final. Se mascaba el 2-1, pero sin seguridad alguna por parte de nadie. Esa inseguridad la daba el tener a los Warriors como rival y era tan real como la vida misma, una inseguridad que cobró forma en las manos asesinas de Kevin Durant.
Con 113-107, los Warriors fabricaron un parcial de 11-0 en los 3 últimos minutos. Durant puso el 113-111 a 1:15 del final y luego el 113-114 con un triple, para acto seguido meter 2 libres y situar el luminoso en 113-116 a 12,9 segundos de la conclusión. En un abrir y cerrar de ojos anotó 7 puntos consecutivos para cargarse de un plumazo las Finales de la NBA. La realidad para Cavaliers era y es así de dura.
Los Warriors ganan con sus genialidades, pero también con su juego colectivo en ataque y con su maravillosa defensa, algo que no hay que olvidar. Sin ir más lejos, vencieron en el Quicken Loans Arena dejando en 19 puntos a Cavs en el cuarto final y no permitiéndoles anotar en los 3 últimos minutos del partido.
Cleveland tuvo su jugada para mandar el partido a la prórroga. Con 12,9 segundos por jugar tenía la bola 3 abajo, pero su jugada fue un horror, LeBron James se equivocó de pleno buscando un triple forzado de forma precipitada y Andre Iguodala, tremendo su partido, metió una mano en defensa que devastó a los de Tyronn Lue.
Los locales perdían así de una forma traumática, pues venían de hacer su mejor cuarto de las Finales, un cuarto maravilloso, el tercero, en el que por fin habían metido el partido en la vereda de la pelea, el contacto, la presión y el físico extremo, y en el que habían tenido al mejor Irving de las Finales.
El base sumó 16 puntos en el cuarto y ese tercer acto terminó con un parcial de 33-22 para los locales, que en la recta final del cuarto y en el comienzo del último período llegaron a amasar 7 puntos de ventaja. Lo nunca visto en la serie. Un dato lo dice todo: frente a los 16 puntos de Irving... Curry, Durant y Thompson solo sumaron 9 en todo el cuarto.
Los Warriors impusieron al final su ley y dejaron helado al Quicken Loans Arena. Golden State es un equipo inabarcable que ya está 15-0 en estos playoffs y que tiene el título en el bolsillo (nadie ha remontado jamás un 3-0 en las Finales).
Se trata de un equipo que es capaz de ganar 32-39 en el primer cuarto haciendo un parcial final de 10-0, anotando 9 triples en el cuarto y dando 13 asistencias (brutal el arranque de partido de Klay Thompson con su muñeca caliente). Y de un equipo que se mantiene en el partido a pesar de que su rival se sitúe en su mejor nivel, como ha ocurrido esta vez.
No hay que dejar de lado lo bien que terminaron los Warriors el primer cuarto, el segundo y el último. Cuando llegan los finales este equipo resulta incontestable.
Frente a ese mundo colectivo plagado de estrellas, Cleveland presenta una megadependencia de LeBron James más que preocupante. Cada vez que LeBron se ha sentado a descansar ante Warriors, su equipo se ha venido abajo.
Esta vez, sin ir más lejos, mediado el segundo cuarto LeBron llevaba 23 puntos y el resto del equipo 22. Menos mal que en esta ocasión surgió el mejor Irving, un jugador que necesitaba Cleveland como agua de mayo, y resucitó el hasta ahora desastroso J.R. Smith.
Al descanso se llegó con 61-67 en el marcador tras una magistral jugada de Irving solucionada sobre la bocina. LeBron, que había dado un gran susto en el primer cuarto tras chocar con Tristan Thompson, llevaba 27 puntos al descanso, pero por entonces Kevin Love no había anotado una sola canasta en juego e Irving no había dado una sola asistencia. Eso por no hablar del horrible partido que se volvieron a marcar Tristan Thompson y Deron Williams, que solo jugó 4 minutos en toda la noche.
Los Warriors hicieron 12 triples de 20 intentos en la primera parte y llevaban 21 asistencias por solo 6 de Cleveland (todo un dato comparativo). Los suplentes de Cavs sumaban 5 puntos con 1 de 8 en el tiro y solo Andre Iguodala ya estaba en 5 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias y 3 robos.
Klay Thompson (21 puntos en la primera parte), Kevin Durant y Stephen Curry sumaban ya 51 puntos en esos momentos. Y todo eso a pesar de que el equipo californiano se atascó en ataque en el segundo cuarto, anotando solo 7 puntos en los 6 primeros minutos.
Tras el descanso, llegó el tercer cuarto y Cleveland hizo soñar a todos con llevar las Finales a otra dimensión alargándolas, equilibrándolas a partir de la épica y de la brillantez de Irving y James. Pero ese tercer cuarto y todos los esfuerzos locales en el cuarto cuarto quedaron en nada en la recta decisiva del partido, en la que se pudo ver a Kevin Love cojeando y a LeBron James irse a vestuarios al final con rostro a medio camino entre la desesperación y la aceptación de una situación rotunda: Golden State es superior se mire por donde se mire.
Ganaron los Warriors con 31 puntos de Durant, 30 con 6 triples de Klay Thompson y 26 con 13 rebotes y 6 asistencias de Curry. Draymond Green firmó 8 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias y Andre Iguodala estuvo siempre a un nivel formidable.
En los Cavs, 39 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias de LeBron, 38 puntos de Kyrie Irving, 16 con 5 triples de J.R. Smith y 9 puntos, 13 rebotes y 6 robos de Kevin Love, que se fue con 1 de 9 en el tiro.