Sin piedad. Serge Ibaka no tuvo conmiseración alguna con su exequipo, OKC Thunder, ni con su antigua afición, el que había sido su público durante toda su etapa en la NBA. El hispano-congoleño se tomó cumplida venganza de su traspaso a Orlando.
Orlando sorprendió a domicilio a Thunder. Victoria por 117-119. Y como si un guion de cine se tratara, la canasta final, la ganadora, la metió el ex más solicitado: Serge Ibaka. El partido estaba empatado a 117 y Orlando disponía de 11 segundos de balón, éste llegó a Ibaka y su tiro entró limpio a falta de 0,4 segundos para el final. Era la canasta definitiva.
Ibaka se había exhibido antes. En el inicio de temporada se había mostrado, por el contrario, timorato, poco decidido a cargarse su nueva escuadra a la espalda, pero ante su exequipo la motivación se elevó al infinito. Ibaka se fue ya al descanso con 19 puntos, 8 rebotes y 4 tapones. Y terminó el choque con 31 puntos, 9 rebotes, 4 tapones y un 13 de 19 en el tiro de campo que incluyó 2 triples sin fallo.
Le acompañaron en la hazaña Elfrid Payton, autor de 23 puntos y 9 asistencias y Evan Fournier, que acabó con 21 tantos.
De nada sirvió el mastodóntico triple-doble de Russell Westbrook: 41 puntos, 12 rebotes y 16 asistencias. Tampoco las buenas actuaciones de los interiores Steven Adams y Enes Kanter. El español Álex Abrines firmó 7 puntos y 3 rebotes en 19 minutos.