Menos de 24 horas le ha durado la libertad al jugador de los Timberwolves Dante Cunningham, que este mismo domingo ha vuelto a ingresar en prisión tras ser detenido, por segunda vez en 4 días, acusado en esta ocasión de proferir amenazas graves.
Cunningham había salido de la prisión del condado de Hennepin a última hora del pasado viernes tras depositar una fianza de 40.000 dólares después de ser acusado de un cargo de agresión doméstica.
El sábado jugó con su equipo en Orlando, anotando 12 puntos y capturando 6 rebotes, y apenas unas horas después, una vez de vuelta en Minnesota, volvía a ser arrestado e ingresaba poco después de medianoche en la misma prisión de la que había salido horas antes.
En esta ocasión, podría ser acusado de un cargo de “amenazas terroristas”, un tipo penal creado en Estados Unidos tras los atentados del 11-S que ha venido aplicándose a nivel estatal a otro tipo de amenazas, en particular, las realizadas en situaciones de violencia doméstica.
Según la policía, Cunningham habría violado la orden de alejamiento que le fue impuesta tras su primera detención y le habría enviado a su novia mensajes de texto amenazantes que, una vez revisados por los agentes tras ser avisados por la mujer, llevaron al nuevo arresto del jugador. Cunningham habría entregado su teléfono móvil y su computadora personal a la policía como parte de la investigación.
Se trata de un delito grave que, de formalizarse la acusación, algo que todavía no ha sucedido, no haría otra cosa que empeorar la situación legal del jugador de los Timberwolves, quien parece haber perdido completamente el norte en los últimos días a juzgar por su comportamiento. El jugador debía comparecer hoy ante el juez en audiencia preliminar con motivo de la primera de sus detenciones.