La pelea, según la describen algunos medios bien informados, debió de ser una auténtica batalla campal con Larry Sanders como máximo protagonista. Al menos, eso se deduce de las primeras informaciones que llegan desde Estados Unidos.
CBS Sports informa, por ejemplo, de que la pelea protagonizada por Larry Sanders, pívot de Milwaukee Bucks, tuvo lugar en un local de Milwaukee a la 1:15 de la madrugada del sábado al domingo.
El incidente comenzó en la zona VIP y habría sido iniciado, al parecer, por el jugador de la NBA, que se lió a puñetazos y botellazos. Al menos, según algunos testigos, estampó una botella de champagne en la cabeza de un hombre y le dio un puñetazo en el ojo al hermano del primero.
La cuestión es que tuvo que intervenir la seguridad del establecimiento para intentar poner orden en el caos. En principio, algunos involucrados en la pelea tuvieron que pasar por el Columbia St Mary's Hospital y uno de ellos habría recibido 8 puntos de sutura para restañar una herida en la frente producto de un botellazo.
La policía ha avanzado que uno de los involucrados tiene 24 años, la edad de Sanders.
Apartado del equipo
Milwaukee Bucks ha decidido apartar del juego a Sanders con carácter indefinido mientras se investiga el incidente. De hecho, Sanders no jugó anoche ante los Cavaliers aquejado de una lesión en uno de sus dedos pulgares, que parece tener su origen en la propia pelea del fin de semana.
La situación del pívot titular de Milwaukee no es buena ahora mismo, justo después de firmar una cuantiosa extensión de contrato cifrada en 44 millones de dólares por 4 años. En lo que va de temporada ha promediado solo 17,3 minutos de juego por los 27,3 de la pasada campaña y sus números se están desplomando al pasar de 9,8 puntos, 9,5 rebotes y 2,8 tapones a 2,7 tantos y 3,7 rebotes.
El jugador ya expresó su malestar por la pérdida de minutos y no parece que la relación con su entrenador, Larry Drew, pase por su mejor momento.