Los Grizzlies del español Marc Gasol han logrado un hito histórico para la modesta franquicia de Memphis al obtener su pase para las Finales de la Conferencia Oeste tras derrotar a los Thunder en Oklahoma e imponerse en la serie por 4-1. Zach Randolph ha sido la estrella del choque.
Y Marc Gasol lo ha sido en el conjunto de la eliminatoria que ha encumbrado al equipo de Lionel Hollins, que a punto estuvo de tirar al traste su buen partido en los 3 últimos minutos.
Memphis logra su pase a la final del Oeste tras ganar 4-2 y 4-1 sin factor cancha a favor a Clippers y Thunder, sus verdugos en los playoffs de 2012 y 2011. Y lo ha hecho cerrando ambas series con 4 victorias consecutivas. Un doble dato abrumador.
En OKC, otra vez Kevin Durant se ahogó en la parte final del partido, aunque en esta ocasión su mala noche se extendió a todo el encuentro. Oklahoma, vigentes finalistas de la NBA, queda fuera. La sombra de Russell Westbrook ha sido demasiado alargada y la defensa de Memphis demasiado exigente.
Oklahoma City 84 Memphis 88 (1-4)
A la mejor temporada en fase regular de la historia de los Grizzlies (56 victorias) le va a corresponder su mejor prestación en los playoffs (por de pronto, finalistas de conferencia). Memphis es un equipo feliz que juega como un equipo en la pista. Un equipo que ha ido creciendo año a año, aunque para ello se haya tenido que desprender de algunos jugadores importantes. La recompensa llega ahora.
Otra vez la defensa de los Grizzlies ahogó a los Thunder y otra vez los Thunder revelaron no tener un plan B, una salida de emergencia, ante la baja de Westbrook, una baja doblemente importante porque hasta la fecha su equipo no sabía lo que era jugar sin él. De ahí el gran impacto de su ausencia.
Tras quedarse a las puertas de la final de conferencia en 2011, precisamente perdiendo ante OKC, Memphis demostró a lo largo de toda la serie madurez, aunque sus últimos 3 minutos de esta noche hayan sido una loa al miedo a hacer historia.
El equipo de Hollins ganaba 68-80 a 3:18 del final tras 2 canastas seguidas de Marc Gasol, que por fin apareció en ataque en la parte final del encuentro (en defensa siempre estuvo). Pero a partir de ese momento, la acometida desesperada de OKC, al modo de un animal herido, resultó muy dura de encajar para los visitantes.
Con Kevin Durant roto por la defensa de Tayshaun Prince, que le maduró, y Tony Allen, que le mató, OKC tiró de 2 canastas de Serge Ibaka y 1 triple de Derek Fisher para apretar el marcador hasta un 75-80. En ese momento delicado, surgió Tony Allen para hacer un 2+1 providencial (75-83) que pareció tranquilizar las aguas revueltas. Pero no fue suficiente.
El marcador se volvía a cerrar en un 79-83 y el partido entró en una dinámica extraña en la que OKC tuvo sus inesperadas opciones, propiciadas sobre todo por la mano temblorosa de Zach Randolph desde los tiros libres. De nada sirvió a la hora de evitar los apuros que Marc Gasol hiciera un canastón a media distancia a 27 segundos del final (79-85).
Hasta entonces, Z-Bo había sido una estrella sin fisuras, una megaestrella, mejor dicho. El ala-pívot de Memphis terminó el partido con 28 puntos y 14 rebotes y llegados los últimos segundos llevaba un 11 de 12 desde el tiro libre. Pues bien, a 19 segundos del final, Randolph sólo metió 1 de sus 2 libres con 81-85 en el marcador y con 81-86 Reggie Jackson anotó un triple que puso un increíble 84-86 con 12 segundos por jugar. Z-Bo volvió a ir a la línea de personal con 11 segundos en la recámara… ¡y la estrella del partido erró los 2!. Esto daba un vuelco al partido. La grada hervía.
Tuvo así OKC balón para empatar o ganar. Y el balón fue para Kevin Durant, claro, que ya casi sin margen para el error falló un tiro de 2 para igualar a 86. Fue de nuevo Tony Allen el que templó los ánimos y por segunda vez salvó a los suyos anotando los 2 libres de la tranquilidad. Memphis acababa de hacer historia. Y Randolph sonreía olvidándose de los 3 tiros libres fallados y acordándose de su memorable partido.
Mientras, Kevin Durant había sufrido su peor noche de la postemporada. Acudía al encuentro con medias de 31,8 puntos, 9,1 rebotes y 6,3 asistencias. Se había multiplicado ante la baja de Westbrook, pero en los 2 partidos anteriores ya se atisbó que le faltaba gasolina. De hecho, sus rectas finales de partido habían sido profundos pozos bien cerrados por Tony Allen. Esta noche, volvió a suceder, solo que en esta ocasión el partido entero de Durant no fue bueno. Es cierto que acabó con 21 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias, pero firmó un 5 de 21 en el tiro y 7 pérdidas de balón. Nunca estuvo cómodo.
Memphis volvió a tirar de defensa. Y eso que en el inicio del choque tardó 3 minutos en anotar sus primeros puntos, demostrando Oklahoma que tampoco es un equipo manco defendiendo.
Ese primer cuarto resultó muy equilibrado y dio paso a un segundo en el que Memphis sacó sus auténticas garras defensivas. En 6 minutos el partido pasó de un 35-38 al 38-50 con el que se alcanzó el descanso. Parcial de 3-12 en 6 minutos. OKC atascado hasta la médula. Pequeña ruptura con parcial de 15-32 en el cuarto entero que supuso un antes y un después en el encuentro.
Porque Memphis, con Zach Randolph en estrella y Mike Conley como cooperador necesario ya se instaló durante toda la segunda parte en el dominio del marcador, ya fuera más o menos claro.
En el tercer cuarto, los Grizzlies siguieron en su magnífica línea defensiva y movieron muy bien el balón para ponerse 46-60 tras una espectacular jugada que resumía su compromiso en ambos lados de la cancha. Gasol dio un perfecto zarpazo defensivo a Kendrick Perkins y Tayshaun Prince culminaba el contraataque con un mate enorme.
Pero a partir de ese 46-60, de esa máxima ventaja, OKC le endosó un parcial de 16-4 a Memphis para llevar el partido al final del tercer cuarto a un 62-64. Había partido. Lo había porque los locales habían apretado de verdad en defensa. Fueron los mejores momentos de Thunder en todo el partido. Y llegaron con 4 pequeños en cancha.
El último cuarto empezó con OKC tardando 3 minutos y medio en anotar. Tony Allen ahogaba a Durant y un triple de Quincy Pondexter ponía 10 arriba a Grizzlies a 6:38 del final. Luego, llegó lo ya contado. Con 12 de ventaja y 3 minutos por jugar, Oklahoma quemó sus naves y Memphis lo pasó mal. Pero ganó.
Además de Z-Bo, Conley acabó con 13 puntos, 11 asistencias y 7 rebotes, aunque no anduvo fino en el tiro -5 de 18-. Como tampoco lo anduvo un Marc Gasol (5 de 13) que estuvo muy bien al final y no hizo mal encuentro, aunque estuviera a años-luz de sus 4 actuaciones anteriores. Terminó con 10 puntos, 7 rebotes, 3 tapones, 3 robos y 0 pérdidas en 41 minutos. Y metió 6 puntos en el momento de la verdad. El español ha sido, sin duda, el MVP de la eliminatoria. Prince y Allen, excelentes en defensa en este último encuentro.
En OKC, además de Durant, 17 puntos, 8 rebotes y 3 tapones de un Ibaka que mejoró mucho en los 2 últimos partidos. Y 16 tantos con 9 rebotes y 5 asistencias de un Reggie Jackson irreprochable. Mientras, Westbrook, en la grada con su inseparable móvil. Asistiendo impotente al adiós de su equipo. Su impotencia contrastaba con la ambición desmedida de Randolph nada más acabar el partido: “Yo quiero ganar un anillo”, decía. Cuidado con Memphis.