Lo mejor de la jornada estuvo en Oklahoma, donde Houston puso en muchos apuros a Thunder. Esta vez sí funcionó James Harden (36 puntos) en su antigua casa. Un parcial de 2-21 en el transcurso del último cuarto disparó todas las alarmas en el equipo local, que sufrió para ganar.
Al final, 105-102 para unos OKC que sudaron la gota gorda y se llevaron un susto monumental. El equipo tiró, cómo no, de Kevin Durant y Russell Westbrook, pero también de un gran Serge Ibaka. En Houston, la grata sorpresa fue Patrick Beverley. Y Carlos Delfino anotó un par de triples importantes en la recta final del encuentro.
Mientras, San Antonio Spurs volvió a ganar a los Lakers y en parecidos términos al primer partido. El equipo angelino se queda por momentos sin exteriores. Perdieron a Kobe Bryant, Steve Nash está jugando muy mermado físicamente, Jodie Meeks causó baja por lesión y se lesionó en el transcurso del partido Steve Blake. Al menos, regresó Jordan Hill tras meses de ausencia.
La figura del partido fue Tony Parker. Mientras, Manu Ginóbili volvió a ser un ejemplo de efectividad, un auténtico microondas.
Además, victoria sin problemas de Indiana Pacers sobre Atlanta Hawks con Paul George y George Hill al frente.
Oklahoma City 105 Houston 102 (2-0)
Partido bien distinto este segundo al primero disputado por ambos equipos. Houston se desembarazó de cualquier complejo de inferioridad y salió a la pista a jugar su baloncesto. Lo hizo con cambios desde la banda por parte de Kevin McHale, que puso un quinteto bajo con Patrick Beverley, el gran descubrimiento del partido, como titular y Chandler Parsons como 4 abriendo el campo y obligando a Serge Ibaka a defender fuera.
El plan de McHale tenía algún riesgo en defensa, especialmente el desajuste de inicio de James Harden defendiendo a Serge Ibaka, pero incomprensiblemente el equipo local no explotó ese filón y apenas llegaron balones al internacional español en los primeros compases del partido.
Lo cierto es que el inicio del choque ya reveló una gran riqueza táctica y ganas por parte de Houston de darle la vuelta a su pobre imagen del encuentro inaugural. Parsons estuvo muy activo en ataque en el arranque del choque, sacudiéndose los nervios de su debut anterior, y sólo la clase de Kevin Durant evitó que OKC se llevara un revolcón en un primer cuarto que acabó 29-28 merced al triple final de Reggie Jackson y en el que Durant anotó 15 puntos.
A partir de ahí, Houston siguió en sus trece. Supo dormir el juego de Durant después de su exhibición inicial y mantuvo por momento un, hasta cierto punto, insulso intercambio de canastas que le venía bien. Hasta que el partido empezó a cobrar tensión con los piques. El más grande y fascinante el que emprendieron Patrick Beverley -tremendo partido el suyo- y Russell Westbrook. El base de Houston respondió como un jabato, pero el pique no le vino bien a su equipo, ya que Westbrook emergió tras haber estado dormido en el primer cuarto. Greg Smith también tuvo su particular desafío con Serge Ibaka y a Thunder le vino una gran sangría por el rebote al ceder 9 rechaces en su canasta en este segundo cuarto, que acabó 57-55. En el ecuador, las espadas estaban en todo lo alto. Durant llevaba ya 21 puntos, Harden 17 y el sorprendente Beverley se iba a vestuarios con 9 tantos, 6 rebotes y 5 asistencias.
El tercer cuarto no varió la situación. Los Rockets arrancaron con una muy mala noticia. Jeremy Lin causaba baja por un golpe en el pecho y su titularidad pasaba a manos de Carlos Delfino. Aún así, nada cambió en el discurrir de un choque preñado de igualdad. Kendrick Perkins dio un sospechoso manotazo en la cara a Delfino y James Harden fabricó un matazo espectacular para adelantar a los suyos (61-63) mediado el tercer acto. A partir de ahí, una cierta reacción local, pero equilibrio sin fin.
Y llegó el cuarto de la definición, el último, el más loco, una auténtica montaña rusa inexplicable. OKC puso la directa en el inicio del cuarto y todo pareció quebrarse. Parecía obvia en esos momentos la victoria local. Thunder había logrado de inicio un parcial de 11-2 y se había puesto con un marcador bien favorable: 89-74. Houston andaba contra las cuerdas tras el triple de Kevin Martin que firmaba ese +15. Y entonces llegó lo impensable. Debacle local ante una inaudita exhibición de baloncesto visitante.
Ese momento se cifró en un alucinante parcial de 2-21 para Houston en el que Harden ejerció de líder y en el que Delfino cobró su importancia con 2 triples, uno para acercar a los suyos a 7 puntos (84-91 a 7.13 del final) y otro para cerrar el salvaje parcial y situar a Rockets con un increíble 91-95. OKC tembló. Al menos, parecía que temblaba.
Pero el equipo de Scott Brooks mostró entonces su grandeza y con Kevin Durant, Russell Westbrook y Serge Ibaka al frente logró un parcial de 12-3 en esta montaña rusa local para abrazar un 103-98 y ganar medio partido. Un partido que ganaron al final con apuros, pero sin tener un tiro del rival para empatar o ganar.
Un triunfo, en definitiva, sufrido de OKC, que se pone 2-0. Kevin Durant hizo 29 puntos y 9 asistencias. Tremendo su primer cuarto, desaparición durante muchos minutos y resurrección en el momento preciso, al final. Westbrook sumó otros 29 con 4 robos y Serge Ibaka se fue a 12 tantos, 11 rebotes y 6 tapones con un 5 de 6 en el tiro. Muy bien igualmente Thabo Sefolosha.
En Houston, que dominó el rebote y anotó muchos puntos a partir de rebotes ofensivos, partidazo de James Harden con 36 puntos, 11 rebotes, 6 asistencias y 17 de 20 tiros libres. Impresionó en su antigua casa. Parsons, que fue de más a menos, hizo 17 tantos y 7 rebotes y un gran Beverley aportó 16 tantos, 12 rebotes y 6 asistencias. Además, laboriosa acción en tableros del turco Omer Asik, que capturó 14 rebotes. Francisco García tuvo 6 minutos improductivos y Carlos Delfino fue el mejor suplente -aunque ejerció de titular en la segunda parte-. El santafesino acabó con 11 puntos, 3 rebotes y 3 triples en 36 minutos.
San Antonio 102 L.A.Lakers 91 (2-0)
Más de lo mismo en el AT & T Center. Segunda victoria de San Antonio ante los Lakers y en muy parecidos términos a los que vimos en el primer partido. Dominio incontestable de los locales con ventajas constantes pero no definitivas. Intentos de acercamiento de los visitantes, impotentes durante toda la segunda parte para amenazar realmente al rival. Y gran defensa local, clave a la hora de maniatar a un equipo californiano fácil de controlar porque sólo tiene juego interior.
Lo del juego exterior de Lakers es ya una maldición, una especie de mal fario sin fin. Ninguno de sus hombres claves exteriores o de sus segundos espadas anda sano. Kobe está fuera, Jodie Meeks no jugó anoche por el esguince de tobillo que sufrió en el primer partido, Steve Nash está jugando más por amor propio que por físico y, por si fuera poco, Steve Blake se lesionó anoche avanzado ya el encuentro. Lo dicho, una ruina.
Frente a ese parte de lesiones, San Antonio goza de buena salud. Es cierto que tiene en el dique seco a Boris Diaw y que Manu Ginóbili está jugando minutos limitados. Pero a Manu se le ve espléndido y el resto está a tope físicamente, incluido un Tony Parker que parece no tener ya lastre alguno en su cuerpo.
El francés fue la figura indiscutible del partido al meter 24 de sus 28 puntos en una brutal segunda parte, 15 de ellos en un fantástico tercer cuarto, 12 seguidos ante la impotencia de Blake. Penetraciones y tiros cómodos al flotarle la defensa visitante fueron el caldo de cultivo de su gran actuación. Eso sí, Parker no estuvo solo. Tim Duncan metió 16 puntos, aunque no brillara como otras veces, Kawhi Leonard hizo 16 con 7 rebotes, increíble que no recibiera un solo punto en la votación de Mejor Jugador Defensivo del Año, y Ginóbili volvió a rendir a un nivel excelente.
El argentino sumó 13 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias en sólo 18 minutos y metió 3 triples de 4 intentos. Su efectividad resulta asombrosa, y su capacidad para anotar en momentos calientes. Acumula 31 puntos en 38 minutos en los 2 primeros partidos de la serie. Es el factor X.
Además, tenemos a Matt Bonner, que sigue acumulando minutos y minutos de calidad. Y, por supuesto, la labor colectiva atrás. San Antonio está defendiendo de cine, a un nivel impresionante, ahogando el físico rival, que cada vez es más escaso. En ataque, los Spurs ofrecieron buenos porcentajes, aceptables niveles de circulación de balón y sólo perdieron 9 balones.
En cuanto al partido en sí, Lakers se fue vivo al descanso (56-48). Por entonces, Pau Gasol funcionaba aceptablemente bien y el equipo, a pesar de defender poco, se mostraba fluido en ataque. Pero fue un espejismo. Nada más empezar el tercer cuarto, los locales adquirieron una ventaja de 13 puntos para hacer que los Lakers empezaran a sufrir de verdad. Fue un primer aviso. Nada definitivo. Los angelinos, como en el partido que abrió la serie, hicieron la goma y se pusieron a 6. Pero sin sensación de que fueran a cambiar las cosas.
De hecho, el inicio del último cuarto fue el segundo y definitivo aviso de Spurs. Canastas de Tiago Splitter, Kawhi Leonard y Gary Neal -el fondo de este equipo es infinito- para poner un marcador de 84-70. Y, luego, triple de Matt Bonner para un +17 a 6:09 del final, como si todo fuera un calco del partido anterior en el que un triple de Bonner también puso un +17. Y el partido se acabó. Impotencia total de los visitantes. Gasol, mala su segunda parte, y Nash al banquillo, Blake lesionado...
En la derrota, 16 puntos, 9 rebotes y 4 tapones de Dwight Howard, que sólo lanzó 4 libres y estuvo lejos del pívot dominador al que todos esperan, otros 16 de Blake, que tuvo problemas en defensa, y 13 con 9 rebotes y 4 asistencias de un Pau Gasol que no estuvo fino en el tiro y bajó muchos enteros en la segunda parte. Jordan Hill volvió al juego tras muchos meses ausentes. Disputó 6 minutos.
Indiana 113 Atlanta 98 (2-0)
Aquí se puede decir lo mismo que del Spurs-Lakers: más de lo mismo. Superioridad manifiesta de un equipo cuajado, Pacers, sobre un equipo hecho a retazos, Hawks. Una superioridad que tiene más que ver con el juego y las sensaciones de ambos equipos en pista que con los resultados, que han sido, además, proclives de forma clara a Indiana, que ha ganado los 2 partidos con enorme solvencia.
Ya empezaron mal los Hawks cuando Josh Smith, que andaba tocado de un tobillo, cometió 2 faltas a las primeras de cambio. No sólo fue perder a un hombre importante demasiado pronto, sino verle en problemas de faltas durante todo el partido. Un desastre.
Pero fuera de esa importante circunstancia, un abismo separó a ambos equipos: sus defensas. Indiana es un equipo con una defensa reconocida, intensa, notable. La defensa ejercica anoche por Atlanta fue una broma, un burla en muchas fases del partido.
Ganaron los locales con otro partidazo de Paul George, que venía de hacer un triple-doble en su debut en playoffs. Anoche, 27 puntos, 8 rebotes y 4 robos. Además, 22 tantos con 4 triples de George Hill, 15 puntos, 9 rebotes y 3 tapones de Roy Hibbert, ¡que metió un triple sobre bocina que no valió por estar fuera de tiempo e hizo un mate brutal!, y 15 tantos de Gerald Green, que hizo daño al rival desde el triple y se marcó algún que otro vuelo espectacular. La grandeza de este equipo es que un jugador como David West puede tener una noche aciaga y la escuadra no se resiente.
La victoria coloca 2-0 a Indiana, aunque tuvo un par de sombras. La mala caída de Lance Stephenson que le llevó a vestuarios con un golpe en la cadera y el golpe en el codo que sufrió en la parte final del partido George Hill. Afortunadamente, el primero regresó tras el descanso al juego y el segundo parece que podrá jugar el tercer partido.
Frente al juego solidario y sacrificado de los locales, y su acierto desde el triple, unos Hawks sin defensa, con un movimiento de balón deficiente y que, por momentos, parecían contar solo con Jeff Teague sobre la pista. Hasta Al Horford perdió los nervios y recibió una técnica. El equipo tuvo todo el tiempo un manifiesto complejo de inferioridad que, por lo visto hasta ahora, tal vez no sea tanto un complejo como simple realidad. Devin Harris metió 17 puntos, Teague sumó 16 y Josh Smith 16 y 6 rebotes en sólo 20 minutos, lo que le dejaron jugar las faltas personales. Mientras, Horford se fue a 13 tantos, 10 rebotes y 5 asistencias en 38 minutos.