Todo está listo en Nueva Orleans. El escenario no puede ser más mítico y colosal: el gigantesco Superdome. Se busca heredero de la Universidad de Connecticut (UConn). Kentucky, Kansas, Ohio State y Louisville son los candidatos.
La Final Four 2012 comienza hoy con las dos semifinales. Primero, Kentucky-Louisville, con el aliciente de ver en los banquillos a John Calipari y Rick Pitino, ex de Kentucky, y de ver, también en el banquillo, al único hispano de esta Final a Cuatro, el dominicano Eloy Vargas. Y después, Ohio State-Kansas, un partido que promete fuertes emociones.
La final llegará el lunes. Esta vez, la NBA no parará ese día debido a su apretado calendario por culpa del lockout. Pero dará lo mismo. El lunes, todos los ojos estarán en Nueva Orleans. Vamos con el análisis previo de las semifinales de hoy:
KENTUCKY-LOUISVILLE (6:09 Hora Este USA)
Los Wildcats y los Cardinals frente a frente. O lo que es lo mismo, duelo de banquillos entre John Calipari y Rick Pitino, que ganó el título de la NCAA precisamente entrenando a Kentucky, su rival de hoy.
KENTUCKY (WILDCATS): El equipo de Lexington ha realizado una impecable campaña. Suma 36 victorias y sólo 2 derrotas (perdió con Indiana y Vanderbilt) y tiene una nómina de jugadores que le coloca como favorito para hacerse con el título. Para empezar, tiene al mejor jugador universitario y al futuro número 1 del draft si no media monumental sorpresa. Hablamos de Anthony Davis (14,6 puntos, 10 rebotes y 4,6 tapones por partido). Pero es que este equipo tiene a 6 jugadores con 10 o más de media.
Brillan también Terrence Jones, Doron Lamb y un Michael Kidd-Gilchrist que lo está bordando en el Torneo de la NCAA. Junto a Davis, estamos hablando de 4 potenciales Top 20 del draft. Además, hay que sumarles otros dos buenos puntos de apoyo en ataque: Darius Miles y Marquis Teague, el base del equipo que promedia 4,8 pases de canasta por encuentro.
En este equipo juega Eloy Vargas. El dominicano de Moca es un jugador que apenas tiene minutos dada la calidad de sus compañeros. Bastante mérito tiene formar parte de esta plantilla y más aún entrar en la reducida rotación de Calipari. Jugó 31 partidos y está en su temporada senior, la de la despedida. Hacerlo ganando la Final Four sería algo muy grande.
También juega en este equipo Kyle Wiltjer, un buen tirador que es hijo del que fuera internacional canadiense y jugador del FC Barcelona, Greg Wiltjer.
Kentucky ha ganado en el Torneo de la NCAA a Western Kentucky (81-66), Iowa St. (87-71), Indiana (102-90), que era uno de los dos equipos que habían ganado a los Wildcats, y Baylor (82-70). En la temporada, ha anotado 76,7 puntos y ha recibido 59. Su capacidad intimidatoria atrás es evidente y su poder reboteador también. En realidad, no le falta nada a este equipo.
LOUISVILLE (CARDINALS): El equipo de Rick Pitino se presenta como víctima propiciatoria ante Kentucky. Los Cardinals no han tenido un camino de rosas hasta llegar a Nueva Orleans. Primero ganaron con apuros a Davidson por 69-62 y luego sufrieron de nuevo para vencer 59-56 a New Mexico. Por ello, pocos apostaban por Louisville cuando se tuvo que medir a Michigan State. El equipo de Tom Izzo era el favorito, pero, casualmente, Louisville vivió su jornada más cómoda al ganar a Michigan State 57-44 en una apoteósica actuación defensiva. Finalmente, para acceder a la Final a Cuatro tuvo que deshacerse de la Florida de Mike Rosario (72-68).
El camino de los Cardinals, por lo tanto, poco tiene que ver con la senda de éxito y serenidad que han transitado los Wildcats. Los de Pitino acumulan en la temporada 30 victorias y 9 derrotas y promedios de 68,8 puntos anotados –el peor de los 4 contendientes- y 61,2 encajados. Es un equipo fuerte en el rebote. El problema es que tendrá enfrente a Kentucky.
En las filas de Louisville, cabe citar a su base Peyton Siva, un base puro, con buen trato del balón, buen sentido del juego y querencia a hacer jugar a sus compañeros. Promedia 5,6 asistencias por partido y su punto débil esta temporada ha sido su falta de consistencia en el tiro de 3.
Alrededor de Siva, tenemos a un anotador con buena mano (Kyle Kuric, en torno a los 13 puntos por partido), un jugador capaz de hacer mucho en poco tiempo (Russ Smith, hermano de J.R.Smith, 11,6 tantos en 21,3 minutos), un novato que promete mucho (Chane Behanan) y un auténtico intimidador armado desde un físico privilegiado (Gorgui Dieng, 9 rebotes y 3,2 tapones).
En la plantilla de Louisville, tenemos también a un jugador de origen hispano, Ángel Núñez, pero no jugará en la Final Four como no lo ha hecho durante el March Madness. Núñez, que es novato, disputó esta campaña 14 partidos anotando 2 puntos en 6,5 minutos.
OHIO STATE-KANSAS (8:49 Hora Este USA)
La segunda semifinal del día la juegan los Buckeyes, que tienen la espina de no haber accedido a la Final Four el año pasado y que acceden ahora a ella gracias a que su estrella, Jared Sullinger, decidió quedarse en la liga colegial, y los Jayhawks, campeones de la NCAA en 2008 con aquella prodigiosa canasta de Mario Chalmers que llevó el partido a la prórroga y terminó siendo la tumba de aquel Memphis de Derrick Rose y John Calipari.
El partido se presenta con muchos alicientes, dada la igualdad de los contendientes y la calidad de muchos de sus jugadores.
OHIO STATE (BUCKAYES): El equipo de Columbus, dirigido por Thad Motta, se quedó el año pasado por el camino y este año, tras hacer propósito de enmienda, logró su objetivo. Para ello, tuvo que ganar a Loyola (78-59), Gonzaga (73-66), que presentó seria resistencia, Cincinnati (81-66) y finalmente a Syracuse, una de las favoritas, por 77 a 70.
Ante Syracuse, además de Sullinger, fue importante Lenzelle Smith Jr., un buen jugador, pero que no deja de ser el quinto en importancia de un equipo que tiene muchos jugadores de nivel. El primero, el propio Sullinger (17,6 puntos, 9,1 rebotes y 42% en el triple), una estrella que no se arruga cuando llegan los momentos importantes, tal y como demostró ante Orange. Junto a Sullinger, un gran Deshaun Thomas, que ha completado un March Madness fabuloso, William Buford (14,4 puntos) y el base Aaron Craft.
En Craft hay que detenerse, porque es vital para este equipo. Es un base clásico, con muy buen manejo de las situaciones, con el pase en la cabeza antes que el tiro y con una gran habilidad para divisar líneas de pase y cortar el balón (2,5 robos por partido y 4,7 asistencias). Es la cabeza pensante de la que parte todo.
El equipo anota 74,8 puntos y recibe 59,1 y a Matta le gusta que su juego descanse en la zona, en las cercanías del aro, lo que se hace aún más evidente teniendo a un par de jugadorazos como Sullinger y Thomas.
KANSAS (JAYHAWKS): La universidad radicada en Lawrence aspira a reditar su título de 2008, pero hay que reconocer que lo tiene difícil. Ohio State sería un primer escollo de bastante consideración y en la final se podría encontrar con un equipo como Kentucky… pero nada hay imposible para un equipo que doblegó en el Elite 8 a North Carolina gracias a unos minutos finales espléndidos. Aunque también hay que reconocer que los Tar Heels no tenían a Kendall Marshall.
El equipo de Bill Self parecía llamado a perder comba a raíz del salto a la NBA de los Morris –Markieff y Marcus-, pero no ha sido así. De la mano de Thomas Robinson, segundo mejor jugador del año a nivel colegial, el equipo ha ido creciendo hasta plantarse en la final. Primero derrotó a Detroit (65-50), luego sufrió ante Purdue (63-60), más tarde volvió a sufrir de lo lindo ante North Carolina State (60-57) y en el último paso antes de llegar a Nueva Orleans se desembarazó por 80 a 67 de North Carolina.
Los de Self promedian 75 puntos en ataque y 61,9 en defensa y tienen, como decimos, una figura indiscutible: Thomas Robinson. Robinson promedia 17,7 puntos y 11,8 rebotes y es el máximo encestador de los Jayhawks, seguido por el base Tyshaun Taylor (16,7 tantos y 4,7 asistencias). Taylor y el otro hombre bajo del quinteto titular, Elijah Johnson, le hicieron un roto al final a North Carolina.
En el equipo, también hay que destacar el valor intimidador de Jeff Withey, un tipo capaz de meter 3,5 tapones en 24 minutos de juego, y la capacidad de anotación de Travis Releford.