Un final competitivo y emocionante salvó el Partido de las Estrellas, que en su primera parte había batido registros anotadores con un 88-69 para el Oeste. Una primera mitad que podría entrar perfectamente en la historia de la infamia. El Oeste ganó con Kevin Durant como MVP.
Esa recta final salvó una noche plagada de carreras sin freno, mates, alley-oops, contraataques... un horror circense que desluce muchos años de All-Star en los que la defensa no era importante, pero se jugaba con una mínima dignidad.
Durant fue MVP con 36 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias y 3 robos en 38 minutos de juego. El jugador de los Thunder anotó 14 de 25 tiros de campo con un 3 de 8 en los triples y encestó 5 de 7 tiros libres. En el Este, otros 36 puntos de LeBron James y triple-doble de Wade (24 tantos, 10 rebotes y 10 asistencias).
El español Marc Gasol hizo su debut en un Partido de las Estrellas. Sus números: 4 puntos y 3 rebotes en 14 minutos. Hizo un 2 de 5 en el tiro de campo. Además, Kobe Bryant consiguió en el tercer cuarto superar la marca anotadora que Michael Jordan tenía en los Juegos de las Estrellas para convertirse de ese modo en el máximo encestador de la historia del All-Star.
Oeste 152 Este 149
El final fue lo mejor. El Oeste dominó todo el partido con claridad llegando a acumular 21 puntos de ventaja y el Este se había pasado todo el partido intentándose acercar, pero sin amenzar de verdad al equipo entrenado por Scott Brooks, que llegó 10 puntos arriba a 6 minutos del final.
Entonces, todo se apretó y por fin llegó la competición y la seriedad al Amway Center, que durante muchos minutos había asistido a un espectáculo grotesco, casi esperpéntico, en el que la volcada o el alley-oop habían dejado de tener valor.
El Este pudo adelantarse por primera vez en el partido a 1:15 del final. Perdía 148-147 cuando el balón llegó a Wade bajo canasta, pero se resbaló y lo perdió. Fue la gran oportunidad de adelantarse, algo que jamás logró el Este a lo largo del encuentro. Y en los últimos segundos, el equipo de Thibodeau tuvo la opción de ganar. Con 151-149 atacaron para ello, pero el triple de Deron Williams quedó corto. El rebote favoreció al Este, pero LeBron James optó por el pase y el balón fue interceptado por Blake Griffin.
Para llegar a ese interesante final se tuvieron que vivir minutos de vacío, aunque para algunos pudieran parecer un regalo, un festín de mates y carreras.
El partido comenzó prometiendo mucho. Bynum le puso un tapón a Howard en la primera jugada y el Este cortó un intento de alley-oop del Oeste poco después. Pero fue un espejismo porque al poco el partido se había convertido en una galería del mate sin orden ni concierto. De hecho, ese tapón de Bynum en la primera jugada fue el único que hizo el Oeste en todo el partido.
Al descanso, la orgía anotadora batía records, a la par que el bochorno se adueñaba de los más puristas aficionados y también, por qué no decirlo, de muchos que no se consideran nada puristas. Daba pena ver cómo los jugadores se apartaban para que el otro anotara. A 57 segundos del final del primer cuarto debutó Marc Gasol en un All-Star, que, todo hay que decirlo, no fue el más propicio para sus condiciones, ya que se jugó a ritmo de Usain Bolt.
En ese descanso de récord, la mayor anotación de la historia del All-Star: 88-69 para el Oeste. Thibodeau andaba perplejo. Él, cuyo equipo, Chicago, recibe una media de algo más de 87 tantos en un partido. Por entonces, el Oeste anotaba el 60% de sus tiros, se habían anotado conjuntamente 49 puntos al contraataque, sólo se habían lanzado 12 tiros libres, el parcial del segundo cuarto había sido de 41-49 y Dwight Howard había intentado 3 triples. Una feria de vanidades incontroladas, un festín de la tontería.
Comenzó el tercer cuarto con Marc Gasol como titular, ya que Bynum, que sólo había disputado 6 minutos en la primera mitad, no volvería a jugar más para así poder conservar su rodilla en tratamiento. El inicio de ese tercer cuarto tuvo como protagonista doble a Kobe Bryant. Primero porque Wade le hizo una falta dura y su nariz comenzó a sangrar (no había término medio en este partido) y después, y esto es lo importante, porque superaba la marca anotadora de Jordan y se convertía en el máximo encestador histórico de esta cita.
Al final, victoria merecida del Oeste en un partido que se libró de ser considerado de lo peor de los últimos 25 años gracias a su buen final. Y es que nada bueno presagiaba la catastrófica interpretación previa al partido del himno nacional canadiense.
Kevin Durant, MVP con 36 puntos. Y en el Oeste, Kobe se fue a los 27 puntos, Griffin hizo 22 con 8 rebotes, Westbrook, tras una gran primera mitad, acabó con 21, Love sumó 17 con 7 rebotes y 3 robos en 18 minutos y Chris Paul dio 12 asistencias. Nash sólo jugó 5 minutos y Bynum 6. Aldridge, Parker, Nowitzki y Gasol no alcanzaron los 15 minutos.
En el Este, espectacular el dúo de Miami James-Wade. LeBron acabó con 36 tantos, 6 rebotes, 7 asistencias y 6 de 8 en el triple y Wade sumó 24 tantos, 10 rebotes, 10 asistencias y 11 de 15 en el tiro de campo. Deron Williams sumó 20 puntos con 4 de 7 triples y Anthony logró 19 tantos y 9 rebotes. Pierce, Deng y Hibbert no se adaptaron al partido en lo poco que jugaron y Dwight Howard decepcionó.